El Fermión de
Majorana
Un fermión es uno de los
dos tipos básicos de partículas elementales que existen en la naturaleza (el
otro tipo es el bosón). Este tipo de partícula se llama así en honor al científico italiano
Enrico Fermi. En física de partículas, un fermión de Majorana es un fermión que
es su propia antipartícula. No se conocen fermiones elementales con su propia
antipartícula, pero en física de la materia condensada han sido descubiertos
hace mucho los fermiones de Majorana como cuasipartículas. Los fermiones elementales se dividen en dos
grupos: Quarks, que forman las
partículas del núcleo atómico, y que son capaces de experimentar la interacción
nuclear fuerte, y los Leptones,
entre los que se encuentran los electrones y otras que interactúan básicamente
mediante la interacción electrodébil. Los fermiones elementales también pueden
ser clasificados en: Fermiones de
Majorana, cuando son estados propios del operador de conjugación de carga y
por tanto dos fermiones de ese tipo pueden aniquilarse mutuamente, y los Fermiones de Dirac, cuando no son
estados propios del operador de conjugación de carga, y por tanto, tiene una
carga eléctrica de signo contrario a la de su correspondiente antipartícula.
Ettore Majorana, fue un verdadero genio, de acuerdo a Enrico Fermi quien dijo que su
inteligencia era comparable a la de Newton o Galileo. Nacido en Sicilia en
1906, un año después de la primera publicación sobre la teoría especial de la
relatividad de Einstein, Majorana fue un niño precoz, aficionado a las
matemáticas. Según el físico francés Ethienne Klein, Majorana sería uno de los
jóvenes que inspirado por el trabajo de Einstein revolucionaría la física. En
1928 ingresó al Instituto de Física Teórica de la Universidad de Roma, bajo la
dirección de Enrico Fermi y ya al año siguiente [1929] recibió su doctorado con
mención honorífica. Entre 1928 y 1937 publicó nueve trabajos que revelarían el
minucioso conocimiento de datos experimentales, y la facilidad para simplificar
problemas, con un perfeccionismo de su mente que no admitía concesiones.
Apodado “El Gran Inquisidor” por sus críticas hacia los trabajos de otros.
A instancias de
Enrico Fermi, Majorana salió de Italia en 1933, becado por el Consejo Nacional de
Investigación. En Leipzig, Alemania, conoció a Werner Heisenberg, también
premio Nobel quien instó al joven italiano a publicar con más frecuencia, pero
Majorana habría de regresar a Roma con síntomas gástricos y de agotamiento para
desligarse de sus amigos, dejar de publicar y vivir como un ermitaño. Después
de un largo silencio, en 1934 publicó el que sería su último documento
científico y solicitó impartir docencia en la Cátedra de Física. En noviembre,
fue nombrado profesor de Física Teórica en la Universidad de Nápoles pero sus
alumnos no entendían sus clases. El 22 de enero de 1938 pidió con desesperación
a su hermano que le transfiriera todo el dinero que tenía en Roma a un banco de
Nápoles, luego pidió una fuerte suma de su salario profesional, que no había
tocado desde su adscripción a la Universidad, y con este y su pasaporte, abordó
un barco el 25 de marzo y desapareció para siempre.
Lo interesante de acuerdo al
físico Ethienne Klein, es que muchos de los trabajos de Majorana estaban muy
adelantados a su tiempo. Al parecer, en los años 30 habría resuelto problemas
que fueron re descubiertos por el gran físico Richar Feynman a fines de los 60.
En 1950 y luego en 1960, hubo indicios de que Majorana se hallaba en Buenis
Aires, pero nunca se pudo ubicar su paradero. Al cumplirse el centenario de
Majorana, en 2006, el Electronic Journal of Theoretical Physics estableció un
premio en memoria del físico siciliano.
Maracaibo, 3 de septiembre del año 2017
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