Los Cupello
de Maracaibo
“En un ranchito de la plaza Baralt, en el
año 1901, un joven italiano, de quince años, fundó una joyería y relojería. Así
comenzó la historia de Salvatore Cupello en Venezuela, quien no imaginó nunca
que su negocio se convertiría, con el paso de los años, en el más antiguo de su
ramo en el país. Ahora ya son cuatro las generaciones de Cupello que han
llegado a instalarse en la región”. Así escribió hace ya un tiempo, con el
título de “Inmigrantes”, la
periodista (Licenciada en Comunicación Social de la Universidad del Zulia) Annel
Mejias quien recogió comentarios de
Myriam Cupello, hija menor de Salvatore Cupello y del médico historiador Dr
Orlando Arrieta (1935-2013) para presentar una inteeresante historia que aprovecho para
rescatarla, por varias razones: por haber sido compañero de estudios en el
bachillerato de Jesús Cupello, médico pediatra hoy ya fallecido y por la bella
Myriam de quien escuché hablar con admiración desde la edad de 9 años. De modo
que así quise dar a conocer esta que es una historia local, en mi blog lapesteloca.blogspot.com
“Los inmigrantes salen de su país para
mejorar su vida. Ese fue el caso de mi padre”, le dijo a Annel, Myrian
Cupello, la hija menor de don Salvatore, quien fue la primera Miss Venezuela en
el año 1949, y quien le relató, la historia de su padre, uno de tantos miles
de hombres y mujeres que abandonaron sus tierras para labrarse un destino. Si
bien la mayor inmigración de italianos a Venezuela se dio luego de la II Guerra
Mundial, a finales del siglo XIX y principios del XX llegaron hasta la región
zuliana, familias, como los Fossi, Lovisi y Caruzo, Dagnino, Abot y, claro
está, los Cupello, que dejaron marcas en la historia comercial de la región. “Maracaibo
era la capital del occidente del país, prácticamente no tenía nada que ver con
Caracas, era centro comercial de los Andes y tenía un puerto movido. Fue
pionera en muchos avances, como ser la primera ciudad del país con luz
eléctrica”- Así le narró, vía telefónica desde Caracas, Myrian a Annel
Mejias que escribiría el trabajo sobre los inmigrantes, con la historia de don
Salvatore, quien falleció en 1972. Ella nos fue relatando como el joven arribó
en un barco a la ciudad de Maracaibo con dos intenciones: trabajar como
ayudante de contabilidad en la firma Lovisi y Caruzo, una sastrería, y
conseguir a su padre Francisco, quien se había aventurado a viajar hasta
Maracaibo en el año 1886. Salvatore llegó solo, con una bolsa de joyas que otro
italiano le entregó en su patria antes de partir, para un pariente que luego no
consiguió en la ciudad, su ropa y una recomendación para trabajar en la
sastrería.
“Se compró un burro, que llamó Gastone, y de
lunes a sábado laboraba en la firma y los domingos iba de casa en casa en el
burro vendiendo joyas”, dijo Myrian, para describir el inicio de un
próspero hombre de negocios que dejó como legado dos joyerías en Maracaibo y
una distribuidora de relojes en Caracas. Hasta quintas generaciones se ven de
familias que llegaron a la región durante el siglo XVIII y XIX y que, en la
mayoría de casos, se emparentaron con mujeres criollas, como Salvatore Cupello,
quien tuvo su hijo mayor con Carmen Arrieta en 1907, Salvador Arrieta. Luego, Salvatore
se casó con Josefa de Cupello, con quien procreó 11 niños. “Mi abuelo envía en 1923 a mi
padre, Salvador Arrieta, a Suiza a estudiar relojería”, así le relató Orlando Arrieta Meléndez, -muy
apreciado médico zuliano Annel Mejías, la historia
de su abuelo Salvador Arrieta: “Se formó durante cinco años en la Ecole de
Etudes D’Horlogerie de Géneve y, como tesis para graduarse, hizo en los
laboratorios de la academia europea dos relojes de oro: uno de bolsillo, que
aún funciona y posee como legado su hijo Arrieta, y otro de pulsera, que fue
concedido al ex presidente Juan Vicente Gómez y cuyo paradero está entre
Maracay y Caracas. Salvador Arrieta fue el primer venezolano en hacer relojes
en el país y, en 1928, “el ciudadano presidente del Concejo Municipal del
distrito Maracaibo, José Osorio, le notificó que la cámara lo había nombrado
relojero público del distrito”.
lamentablemente fallecido el año 2013, beisbolista (el Tacho), historiador que publicaría 21
libros, miembro de la Sociedad Venezolana de Nefrología, la Sociedad
Médico-Quirúrgica del estado Zulia, de la Academia de Medicina del estado
Zulia, de la Sociedad Venezolana de Escritores Médicos y del Centro Zuliano de
Historia de la Medicina: - para ampliarle
a la periodista
El joven Cupello, al igual que muchos
de sus compatriotas, se residenció en Maracaibo, una de las zonas más atractivas,
junto con Cabimas y Ciudad Ojeda, en la Costa Oriental del Lago, donde se
concentrarían gran cantidad de
italianos. “Mi
abuela, Josefa (con quien se casa Salvador), era andina, hija de italianos, era
muy inteligente y maravillosa en los negocios. Tuvo con él cinco varones y seis
hembras”. Así le expuso María
Eugenia Amado Cupello, de la tercera generación de esta familia, nieta de don
Salvatore, a la autora de “Inmigrantes”,
Annel Mejías. “Me habían dicho que eran flojos. Esta gente no para de trabajar. Sólo
descansan pocas horas. Y qué la ciudad, Paola (el pueblo de Calabria de donde
venía) tiene sólo una calle. Aquí hay muchas. Con ragione mio nonno, che
conosceva tutto il mundo, diceva che Maracaibo era citta con futuro”, se
lee en una carta de Cupello del año 1900 publicada en el libro “Salvatore, el inmigrante”, escrito por
Myrian.
Las razones para escoger al Zulia como
área idónea presenta varias aristas, nos dijo Annel Mejías, y a juicio del
historiador OrlandoArrieta, se debió a
que tanto el venezolano como el italiano tienen costumbres similares y el
idioma parecido. “Mi padre estaba muy contento en Maracaibo, le gustaba su gente y la
ciudad”, narró Myrian, mientras la nieta de Salvatore, María Eugenia
Cupello Amado, lo describió así: “Hasta el día que murió, mi abuelo trabajó;
recuerdo que luego de atender la relojería se iba a su casa a ensamblar las
correas de los relojes y así duraba en ese rito hasta la medianoche”. De
esta manera concluyo para este blog, un relato que para hablar de “los Cupello
de Maracaibo” se apoyó en diversas impresiones personales en el trabajo, “Inmigrantes”
publicado por Annel Mejías, quien es también autora de una obra con remembranzas
de Barrancas titulada “Mapas y Sangre”(Editorial Monte Ávila) ganadora del
premio Mención Narrativa de Autores Inéditos el año 2011.
Maracaibo,
3 de julio del año 2917
4 comentarios:
buenas, como hago para hablar con alguien que me aclare la relacion de los petrogoll y los espinas con los cupellos
que relacion hay entre los espina y los cupellos?
Hermoso artículo. Como hijo de inmigrante europeo me siento feliz al leer estas historias.
Buenas tengo un reloj de carruaje ke pone salvador Arrieta
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