jueves, 23 de abril de 2020

Cosas de la Historia


Cosas de la Historia

El 4 de marzo del año 2019 a propósito de mí manida frase de: “la historia es cíclica y repetitiva”, aproveché para brevemente y en este mismo blog, decir algunas cosas a propósito de los vampiros y de las estacas. Hablaba yo para aquella fecha, sobre Drácula… ¡Qué casualidad! En estos días hay uno que anda fugado… También me refería a Nicolás Ceaușescu, quien decía estar empeñado en construir una “sociedad socialista multilateral” e ideó un programa de demolición, con el loable propósito de remodelar la ciudad de Bucarest, dañada por un terremoto. Durante la construcción del Palacio del Pueblo en Bucarest, murió mucha, pero mucha gente, y el proceso continuó con la demolición de localidades enteras… De paso, fue trasladando a los habitantes para vivir en edificios de bloques (era una especie de “Misión vivienda”) y los mudaban para otras ciudades. Así se dijo que arrasó varios pueblos húngaros en Transilvania pretendiendo homogeneizar la población. De allí la comparación… Es decir, la que se hacía sobre Nicolás con el cruel príncipe Vlad, El empalador

El endeudamiento externo de Rumania resultaría en una grave escasez de comida, con grandes fallas de energía y de medicamentos, y fue transformando la vida diaria de los rumanos en algo parecido a lo que ha venido transitando el venezolano de a pie, desde, ¡auuff! Desde hace más de veinte años, y concretamente ha seguido acentuándose durante el mandato del otro Nicolás, el de la actualidad, mientras el ciudadano que no ha logrado escapar persiste en una lucha diaria por la supervivencia alimentaria. Entretanto, “Once upon a time” dirían los gringos, o el director Tarantino que siempre es muy sangrón, pero es en aquellos días, en Rumania de lo que hablábamos, cuando Elena y Nicolás Ceaucescu, la parejita presidencial, tenían un total y absoluto control del partido comunista, y manejaban a su antojo el sistema judicial, así como el ejército, los sindicatos, la juventud comunista y sus fuerzas de choque, que eran unas patotas crueles y pertrechadas similares a “los colectivos” de por estas calles. Ella se hacía llamar “La Madre de la Nación” y él, era sencillamente: Nicolás, otro dictador. 

En la navidad de 1989, ambos convocaron una gran manifestación de apoyo, y como siempre, en autobuses llegaría un montón de gente desde todas las regiones de Rumania, con cientos de pancartas que mostraban la imagen de la idealizada pareja presidencial. Pero sucedió que llegado el momento del acto de masas, al frente de aquella gran manifestación, algunos en las filas de los jóvenes comunistas, comenzaron a abuchear a la pareja y sorprendido, el dictador detuvo su discurso: “¡Ahora me callo!, y nunca sabrán lo que se pierden de escuchar”: digo yo que quizás así lo pensó Nicolás, pero  Elena, su mujer, ante aquel irrespeto, ordenó que disparasen sobre la muchedumbre, así no más, pero no le obedecieron, y furiosa ella se lo exigió a sus guardias, pero el ejército habría de rebelarse igualmente, y no, no le pararon pelota. ¡Era un no rotundo!… 

A pesar de haberse escapado en un helicóptero, la pareja presidencial sería capturada, y tras ser sometidos a juicio, ambos serían ejecutados. Como el zar ruso, ¡otro Nicolás! Cuando fue destronado por los bolcheviques, el último Zar de la dinastía Romanoff terminaría por perecer fusilado, y por añadidura, con toda su familia... Todas estas cosas, son historia y en realidad, yo comencé esta reláfica donde creía que iba a hablarles sobre las estacas y los vampiros, pero arranqué repitiendo aquello de que “la historia es cíclica y repetitiva”… 

Está bien. Si no se quiere ser tan dramático, se puede entonar el tango de Cadícamo “Por la vuelta” y hasta se le puede quitar un pelo del sabor de tragedia a aquello de la historia repetida, al tango digo, y si vos no lo cantáis como Gardel, así, si vos queréis, lo podéis entonarlo a lo Felipe Pirela, como si estuvieses regresando al “mosaico” de la Billo´s Caracas Boys, así, medio gimiendo… La historia vuelve a repetirse, mi muñequita dulce y rubia, el mismo amor la misma lluvia, el mismo mismo loco afán”… ¿Te acuerdas? Hace justo un año… Biirsia, ¿te acordáis? Es que, ¡recordar es vivir!
Maracaibo, jueves 23  de abril del pandémico 2020

2 comentarios:

Armando Rodríguez dijo...

Excelente, profesor. Esperemos que la historia se repita por estos lares.

Armando Rodríguez dijo...

Excelente, profesor. Esperemos que la historia se repita por estos lares.