lunes, 19 de diciembre de 2022

José Ramón Yepes


Cuando José Ramón Yepes nació en 1822, el venezolano Francisco Delgado, quien se había pasado al bando patriota, tomaría la ciudad de Maracaibo que estaba en manos del teniente coronel José Rafael Las Heras, jefe de las tropas realistas. Como consecuencia de estos sucesos, el 28 de enero de 1821 una “asambleas de notables” declaro la Independencia de la provincia y su incorporación a Colombia, la Colombia de Miranda y de Bolívar, la que hoy llamamos la Gran Colombia. Asi fue como Yepes quien nació colombiano en diciembre de 1822, en Maracaibo, a los ocho años de edad se convirtió en venezolano, cuando Páez decidió la separación de Venezuela de la Gran Colombia.

Desplazado a Caracas en su adolescencia para cursar allí sus estudios secundarios, tres años después de graduarse de bachiller, ingresó en las Fuerzas Navales Venezolanas (la Armada Nacional). En 1842 estaba de regreso en Maracaibo, en la Escuela Naval y en 1848, como marino, combatió contra las fuerzas paecistas y fue ascendido a primer teniente. En 1850 era comandante del Apostadero de Maracaibo cuando fue ascendido a capitán de fragata, y en 1853 se convirtió en capitán de navío y pasó a La Guaira.


Luego de ser diputado, ocupó varios puestos importantes. En Maracaibo de nuevo, como comandante de la plaza, donde en 1858 fundó un periódico literario llamado El Rayo Azul, y cuatro años después, en 1860, fue ascendido a contralmirante por el presidente Falcón y de nuevo fue Comandante Naval de Maracaibo, hasta que en 1874 fue designado director de la Marina en Caracas. Entre 1875 y 1879 fue Senador y Diputado por el Zulia, Ministro (encargado) de Guerra y Marina y hasta Presidente de la Corte Suprema del Zulia.

José Ramón Yepes (1822-1881) quien fuera general de brigada, ministro de Guerra y Marina, era también un poeta y novelista, que perteneció a la primera generación literaria romántica venezolana, de la cual se le considera uno de sus principales exponentes. Su fama literaria la obtuvo gracias a sus poemas líricos que lo colocan entre los mejores poetas venezolanos. Murió el 22 de agosto de 1881, sin haber cumplido los sesenta años, una noche en su querido lago de Maracaibo. Felipe Tejera, ha relatado que el contralmirante, mientras trabajaba en una poesía para el centenario de don Andrés Bello, decidió interrumpir su tarea para despejar la mente y paseaba por la orilla del Coquivacoa, cuando distraído, cayó, “recibiendo un duro golpe que le impediría evitar ahogarse”. Otra historia, dice que aquel 22 de agosto, Yepes naufragó de una barca en el lago y en aquel terrible accidente, coincidiendo con el destino narrado por Tejera, se ahogó. Los restos de este laureado zuliano, localizados en 1949 fueron trasladados al Panteón Nacional.

Se ha descrito que la tradición reivindicativa del indio, se inicia con la novela Atala de Chateaubriand y en esa misma línea se enmarcan Anaida e Iguaraya, las novelas indianas de Yepes, el poeta zuliano, político y avezado marinero… Dentro de la cosmovisión del romanticismo vigente, Yepes muestra en Anaida personajes que pueden estar saturados de occidentalismo en la acción idílica, pero lograría una novela bien armada en su tema amoroso y con un sustrato mítico envolvente. Óscar Sambrano Urdaneta ha señalado como, “en Anaida preexiste la intención de objetivar ambientes y otros rasgos que habrán de caracterizar la posterior novela de la selva y el indio hasta Gallegos”.

Domingo Miliani diría de Yepes como novelista, que su valor quizá no ha sido entendido del todo todavía: “José Ramón Yepes, poeta de fina meditación escéptica en el crepúsculo romántico, vivió y vivenció una realidad concreta: el lago de Maracaibo y su complejo paisaje perdido en una inexplorada península habitada hasta hoy por indígenas goajiros. En 1860 publicó su novela corta Anaida que tuvo éxito en su momento pero luego fue puesta al margen por la crítica, dogmatizada de regionalismo campesino.

Después vino Iguaraya (1868) y ambas imbrican el idilio amoroso dentro de un mundo mítico-legendario, expresado en lenguaje romántico-sentimental; pero ahí está, palpable, un pedazo de territorio en escorzo "la Goajira venezolana” .José Ramón Yepes también cultivo la leyenda en trabajos publicados bajo el título de Los hijos de la Parayuta. Estas obras en prosa, fueron editadas póstumamente en un volumen titulado Novelas y estudios literarios de José Ramón Yepes (1882).

Yepes considerado un romántico empedernido y enamorado de su lago, fue también llamado “el poeta de la niebla”, como un enamorado de la noche, dejo plasmado en sus poemas cuan hechizado estaba por su región, y muy representativo es su conocido poema “La media noche a la claridad de la luna”: Opacos horizontes/  i rumor de airecillos y cantares, /  i sombras en los montes,/  i soledad dulcísima/ En la tierra feliz de los palmares,/  i allá a lo lejos la luna que se encumbra/  i un cielo azul de porcelana alumbra. ...

El año 2014 a propósito de la ceremonia de clausura de la “Semana Zuliana de la Narrativa” tuve la oportunidad de pronunciar un discurso, y en noviembre del 2021, siete años después, se me ocurrió compartir en el blog retazos de aquellas palabras (https://bit.ly/3UPb1Ur)... En esa oportunidad recordé como, en el año 1991, en un evento de mi especialidad, dije, -para preocupación de mis amigos-, que ya como  "tras 13 años de estar viviendo en Caracas, debería pensar en regresar, quizás buscando, esa luna que se encumbra y un cielo azul de porcelana alumbra, o tal vez para saber si en el lago, la onda medio caliente, entumecida, coronada de espuma, acaso aún continuaba, soñando melancólica…

Su sobrino Gustavo Yepes nos recordó en mayo de este año 2022 que “los poetas nunca mueren” y plantearía que, quizás eso fue lo que Yepes nos quiso decir en su «Poema de la muerte».

Pero un día ese muerto se saldrá de mi tumba

i se irá por los rumbos de la tierra hacia Dios,

i entonces quedaremos por siempre separados

i estará roto el lazo que formamos los dos.

Yo seguiré viviendo con la luz de mis versos,

pero él estará muerto debajo de una cruz,

un desnivel entonces mediará entre nosotros:

el desnivel eterno de la sombra i la luz.

Maracaibo, lunes 19 de diciembre del año 2022

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