viernes, 2 de diciembre de 2022

El arrocito


             
                                                                           Para Alberto, fiel lector

Finalizabas el bachillerato cuando tus tías te esperaban despiertas y supiste que todos le decían “el arrocito”, donde se iban a bailar aquel que llamaban el merengue apambichao. Ellas le ponían bastante talco al piso y era pa bailar, pero... -Es que yo… -“Ay versiale, vení, no importa...” -“Si vos queréis lo bailamos sobaqueao”... Con una negra retrechera y buena moza… -“Esto es como jugar a los carritos chocones”... Era eso lo que vos pensabas y se lo decías a Arelis, y ella solo se reía y volvía una y otra vez a insistir. -“Chico, vai, vos dejate llevar y ya veréis”... A mi me gusta bailar de mediolao... La fiesta era en la casa de Marlen, una prima de El Fefi, y estaba bien, pero una cosa era segura, a las doce el viejo saldría a colgar su hamaca en medio de la sala, …bailar medio apretao, y de seguro que se acabaría la fiesta, apagaría el “radio-picó”, la cara amarrada, cero cornetas, no más GuaiFai…con una negra bien sabrosa...

Vos lo sabías, pero El Fefi era una vaina muy seria. Él te presentaba a sus amigas e insistía. -“Es que ¡coño!, vos te tenéis que civilizar muchacho”. Arelis y la China te tenían embullado con la repetidera de aquello... -“Vos lo que tenéis que hacer es aprender a menear el esqueleto. ¡Vai cristiano!, así, así”. Así era, y todo porque El Fefi, se las tiraba de ser un gran bailarín, desde chiquito, eso decía tu amigo y compañero, pero vos ni una micra, pero ni media bolita le parabas. -“Es que ¡no joda Diego!, lo que tenéis que hacer esaprender a ser, hembrero”.

Pero vos estabas en aquel “arrocito” sin ser ningún hembrero, más bien eras mal bailarín, pésimo, realmente un gran “pajúo” es lo que eras. -“Ahora sí que me acomodé”. Eso pensabas intentndo “echar un pie”, tratando de no perder el paso, queriendo no pisar a nadie, pero: ¡no había caso! -“¡Ayayaiii!”…-“¡Mierda! ¿Te pisé otra vez?” Arelis te hacía un mohín, e insistía: -“Vay, vai dale ritmo pues, asi, así”. Era difícil para vos, y es que más que complejo, aquello era casi un imposible, no así para El Fefi, porque él siempre había sido un gran “arrocero”.

La verdad es que a vos te gustaba bastante Arelis. Ella era amiga de la China... ¡El viejo de Marlen que era medio atravesao tenía cara de pocos amigos! “Cara de arrecho”, pensabas vos. Tu padre curioso de estos nuevos amigos tuyos te preguntaba: “-¿Y cómo es ese asunto de una fiestecita?” I vos… -“Pero papá ve que es solo aque Marlen, la prima de Fefito”. Es que tu viejo no era tan fregado como el de Marlene, ese sí que era una vaina seria. Espitao salió todo el mundo cuando vieron al tipo en franelilla y con la hamaca en el hombro. ¡Cómo se iban a reír tus tías con ese cuento!...

Finalizabas el bachillerato cuando tus tías te esperaban despiertas, pero vos solo le atendías a “las instrucciones”.: -“Tenéis que hembriar, no joda!” -“¡Virga callate Fefi!”… -“Ya sabéis Diego te regresáis antes de la medianoche”. -“Si tía yo llego antes de las doce”… -“¡Ay verga ahora sí nos jodimos!, ¡Como La Cenicienta!” -“¡Coño Fefi, callate que te va a oír mi tía, no joda!” -“Palante es que brinca el sapo”. -“¡Es que yo no sé bailar un coño!”- “Vos ni te preocupéis que Arelis te resuelve ese peo”.El arrocito” estaba de lo más prendío, y “el picó” de Hai Fai te daba un segundo aire, un respirito...

Mirando torear a Silverio me ha salido de muy hondo... Entonces Arelis entusiasmada, va y te dice: -“¿Veis que no es tan difícil?” Con la garganta sequita muy sequita la garganta... Es que realmente cuando sonaba un paso-doble, era un paseo, era tu salvación, pero ahí estabas vos pensando que, quien sabía que carajos habría de venir después, y ella insistiendo. -“Pero llevame vos chico, vai llevame”, y vos reflexionando con sufrida sonrisa... -“¡Pero cuño si eso es lo que estoy tratando de hacer, es esto mismo, así”... Entonces Arelis tratará de que vos giréis y ahí mismo te volviste un desastre, y pensaste. -“¡Miércoles estoy hecho mandoca, es que”… -¿Veis, veis?... -“¡Pero que ganas de inventar las de esta carajita!” Y sin embargo te gustaba Arelis, era más que simpática, la sin par Arelita que olía siempre a talco de niñito. De pronto te llegará desde “el picó” un “cambio de velocidad”...

Escuchas la melodía con un cierto ritmo, como para orientarte y una que va y otra que regresa, es merengue dominicano, ojos apretados, pero ahora si puedes oír bien, lo captais con emocionada ansiedad... Tucupucutum, tucupucutum... ¡Epa! Bailá el merengue, bailalo ya, y vos pensando. -“¡Nos jodimos par coño!”, y ella, -“Pero vai chico, pero proponete, ¡ay birsia!”, y vos repitiéndote por dentro que si “tucupucutúm tun-tum tucurucutúm”... Pero ¿Que hacerle? Vos sois un caso perdido, te lo dijo el Fefi, pero entonces la apretáis vos mismo ahí, como queriendo mejorar la situación. -“¡Cuidado, ay!”, y tras el pisotón ella va y te dice: -“¡Ay chico, mañana pongo!”...

Bailáelmenrengue, bailalo ya, lo baila la china y todita la gente... Chacaracatan, pucutucutam... Finalizabas el bachillerato cuando todo aquello y después viviste el episodio de la hamaca a que Marlen y provocó un final de fiesta. Más tarde El Fefi pasó a explicarte la cuestión del pisotón. -“¡Coño Diego! ¿Vos nunca habéis visto un gallo pisando a una gallina?” Vos pensaste y… -“Pues creo que no, ¿dónde iba a verlo?, en casa no hay gallinero...”. El Fefi estaba que se meaba de la risa, ya no aguantaba. -“Pisándola chico, ¡pi sán do la!... Es que Dieguito, a veces tus vainas son pa´coger palco”...

En la noche de insomnio te llegaría la iluminación, con el recuerdo de Arelis muy sudada, y su olorcito a talco de niñito, todo difuminado, recordarás y no abrirás los ojos, así mantendrás esa irreal sensación de estar en algún sitio, sin saber dónde... Así, suavemente te llegarán las musas, y te acordarás de la guaracha aquella, y de Arelita, maciza y olorosa a talquito… “Muchacha que hacías tú”, al girar en el baile las mechas de Arelis irán azotando tu cara, “tanto tiempo en la cocina”, Arelis bonita, Arelis jugando, “jugando mamá jugando”, Arelis en tus brazos, preciosa, “al gallo y a la gallina”, jugar con Arelis, jugar sí, así así, “con la hija de la vecina”, Arelis restregadita, Arelis apretadita, así así... Viene a tu mente de nuevo el merengue apambichao, y te repites aún sin abrir los ojos. Es para recordar, y es para bailarlo con una negra bien sabrosa...

Maracaibo, viernes 2 de diciembre del año 2022






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