El Esteticismo

 

El Esteticismo

Esteticismo significa en el diccionario castellano, actitud de quienes, al crear o valorar obras literarias y artísticas, conceden importancia primordial a la belleza, anteponiéndola a los aspectos intelectuales, religiosos, morales, sociales, etc.  Planteamiento ideológico que sitúa la estética y la búsqueda de la belleza absoluta como objetivo fundamental del hecho artístico.

El esteticismo fue un movimiento artístico inglés de finales del siglo XIX, basado en la doctrina de que el arte existe para beneficio de la exaltación de la belleza, la que debe ser elevada y priorizada por encima de la moral y de las temáticas sociales, incluso por encima de una profunda reflexión sobre lo que obstruye la felicidad y el buen desarrollo del ser humano en la sociedad.

El esteticismo se originó como reacción a la fealdad y el materialismo aparentes de la naciente época industrial y por oposición a las filosofías utilitaristas imperantes. Sus fundamentos filosóficos fueron asentados por Immanuel Kant, quien propuso que las normas estéticas podían ser separadas de la moralidad, la utilidad, o el placer.

El esteticismo, el decadentismo, léase el simbolismo, fueron las salidas que se buscaron para escapar del malestar de "el fin del siglo XIX". El esteticismo se bifurca entre, por una parte, la fe en la ciencia y la modernidad, y por otra parte, el pesimismo frente a los valores contestados por causa del materialismo.  El culto por la belleza en sí misma, así para muchos les parecería una salida, con cierto interés en evadir o prescindir de la realidad cotidiana, desacreditando y contestando la moral y las costumbres burguesas.

Contrariamente a los aspectos corrientemente destacados en las definiciones de esteticismo o estetismo, esa corriente implicaría una profunda reflexión filosófica, para nada superficial. Para los verdaderos estetas (o esteticistas), ser superficial y simplista era casi como ser criminal, ya que no sólo convenía lograr belleza exteriormente, sino que también y simultáneamente se dirigirían a la búsqueda del equilibrio y la belleza interior.

 

Walter Horatio Pater (1839 - 1894) fue un ensayista inglés, crítico literario, e historiador de arte quien destacó como profesor en la Universidad de Oxford, y por sus escritos teóricos contribuyó a definir y establecer el esteticismo. W.O. Pater Escribió la novela filosófica, Mario el epicúreo (1885), considerada una especie de "Biblia del Esteticismo". Su héroe, el joven Mario, vive en la época de los Antoninos y a quien la muerte de su madre y de su más querido amigo, el poeta Flavio, lo sumen en la incertidumbre sobre los problemas fundamentales de la vida, que cree resueltos en la filosofía epicúrea. Más tarde, su decisivo encuentro con Marco Aurelio le inclinará hacia las doctrinas estoicas. Finalmente será seducido por el espíritu rebelde y la serena actitud fraterna y esperanzada de los fieles que se reúnen en las catacumbas romanas o mueren en el circo.

Walter Pater proponía una flexibilización de los cánones artísticos más clásicos creando uno nuevo: Aquél que atendía en la obra literaria y artística a su cualidad sensible, a la producción de sentimientos y placer estético, a partir de la forma. Ante la primacía del hedonismo, el artista se crea sus propios valores que no tienen por qué coincidir con lo que la moral victoriana de la época pregonaba.

Walter Pater destacó, en el género del ensayo. Lo ejercitó sobre todo como crítico e historiador de arte. Escribió importantes ensayos en relación al Renacimiento. Exceptuando Apreciaciones (1889) y Platón y el Platonismo (1893), son famosos y conocidos sus Estudios en la Historia del Renacimiento, que se editó en 1873, con cuatro ediciones más, aunque el texto definitivo sólo encontró su forma en 1893 con un capítulo extra, “La escuela de Giorgione”.

Pater gozó de una enorme influencia en muchos escritores de su época. Se dejó sentir en muchos escritores británicos, como James Joyce o Virginia Woolf. Joyce construyó sus “epifanías” (esos instantes concretos tal y como ideó para su Dublineses), que vienen a ser como una variante de las “impresiones” que Walter Pater describe en la famosa “Conclusión” de su libro “El Renacimiento”. Virginia Woolf enunciaría una actitud parecida ante la totalidad del presente en la novela “Al Faro”, con sus célebres palabras finales: “Ya está, he tenido mi visión”.

En cuanto a los estetas o esteticistas, preferían dedicarse a la búsqueda y a la investigación del refinamiento, de la belleza, y del arte. Adhirieron fuertemente a la religión de lo bello, y lo encontraron en las formas inexploradas de “lo vulgar” y de “lo simple”: el arte primitivo (prerrafaelismo) o arte ingenuo, y muebles y vestimentas antiguas se reinsertaron en las artes decorativas de William Morris, y se volvieron a utilizar formas de lenguaje esotéricas, etc. Como ejemplo, hay una frase del prefacio de la obra El retrato de Dorian Gray, (1890) de Oscar Wilde que apunta a que: “Todo arte es completamente inútil”.

Los escritores británicos decadentes fueron grandemente influenciados por Walter Pater y sus escritos, así como por la novela Mario el epicúreo, en la que se estableció que la vida debe ser vivida intensamente, primordialmente siguiendo como ideal a la belleza. Estos enfoques junto a las investigaciones sobre el Renacimiento, se convirtieron en la biblia de los jóvenes entusiastas del arte en aquellos años. James McNeill Whistler, Oscar Wilde, y Stéphane Mallarmé, avivaron el patrón de refinamiento de la corriente, con delicada sensibilidad quizás, hasta su punto más alto.

En 1891 Walter Pater publicó una serie de ensayos (Apreciaciones) que dieron pie a que se le considerase uno de los máximos representantes del esteticismo, cuyos aspectos más deslumbrantes y exquisitos se pusieron de manifiesto tanto en su obra como en su vida. Su extenso poema Ravenna ganó el prestigioso premio Newdigate en 1878, y convirtió el estilo bohemio de la juventud inglesa en una filosofía de vida, el cual fue enunciado seriamente por Oscar Wilde, quien también es uno de los más representativos en el esteticismo. El movimiento llegó a su fin con el juicio contra Oscar Wilde ocurrido en 1895.

Maracaibo, martes 22 de febrero del año 2022