viernes, 18 de febrero de 2022

Ácaros

Ácaros

Cuando Luís Daniel Beauperthuy era un joven antillano estudiante de Medicina en París, durante el año 1834 se vio obligado a regresar a América y pudo viajar entonces con su hermano desde La Guadalupe hasta Venezuela; así, con Felipe, su hermano mayor, Luís Daniel viajó por el Oriente y por los llanos del país que Colon denominara “la tierra de gracia” (https://bit.ly/3gRSyVy) y fue tomando notas sobre el clima y la geografía, sobre sus gentes, sus hábitos alimenticios y sus condiciones sanitarias.

Entretanto, fue coleccionando insectos y plantas las cuales a su regreso a Francia, en 1837, donaría al Museo de París. Con el Museo venía trabajando casi desde el inicio de sus estudios médicos pues había comenzado a visitar sus instalaciones desde que estaba en el bacho. Al graduarse, en su Tesis Doctoral, Luís Daniel expuso todas sus experiencias de la larga visita a Venezuela, aquel país que ya lo había capturado definitivamente y demostró cómo la sarna era una enfermedad parasitaria.

 

El joven doctor Beuperthuy les mostró a los europeos que en aquella región, “la tierra de gracia”, existían unos insectos, los ácaros, capaces de meterse bajo la piel y crear una serie de manifestaciones clínicas impresionantes de una enfermedad hasta el momento desconocida. Por eso afirmaba Luis Daniel: “el hombre es una producción de la tierra” señalando insistentemente en la importancia del clima en el origen y las características de las diversas enfermedades presentadas en su Tesis Doctoral denominada “La Climatología”. Ese concepto, sobre los insectos como causa de enfermedades, era totalmente novedoso y difícil de creer. Ahora es tan común que nuestro sufrido pueblo a la sarna, por el prurito desesperante que la caracteriza, le dicen eufemísticamente la sabrosita”.

 


 

A propósito de la sarna, viene a mi mente un poema que seguramente escuché cuando estudiaba en el colegio y que ahora se es de un escritor colombiano José Manuel Marroquín (1827-1908). Su poema “La perrilla” hablaba de una:Perra…y entre perras protoperra, era tenida en su tierra por perra antediluviana; flaco era el animalejo, el más flaco de los canes, era el rastro, eran los manes de un cuasi-semi-ex-gozquejo; sarnosa era... digo mal, no era una perra sarnosa, era una sarna perrosa con figura de animal”…

 

Marroquin, escritor, estadista, periodista y político, fue  uno de los exponentes del género costumbrista en Colombia, con cuatro novelas. Fungiendo como vicepresidente de Colombia entre 1898 y 1900, dio golpe de estado tomó el poder, y fue presidente entre 1900 y 1904. Es tristemente recordado por un gobierno corrupto, poco hábil, e ineficaz. Este es el de “la perra sarnosa”… Bueno, era importante saberlo…

El nombre “ácaro” describe distintos organismos que pertenecen a la familia de los artrópodos. Están relacionados con las garrapatas, pero carecen de alas y ojos. Son bastante pequeños, lo que hace difícil identificarlos. Como resultado, muchos no se dan cuenta de que han estado expuestos a los ácaros hasta que notan lo que parecen pequeñas mordeduras que por lo general son inofensivas, aunque pueden provocar hinchazón, picazón y dolor.

 

La sarna provoca un cuadro clínico caracterizado por el prurito (picazón en la piel) provocada por un ácaro microscópico Sarcoptes scabei. Es común en todo el mundo y afecta a las personas de todas las razas y clases sociales. La sarna se disemina rápidamente en lugares con mucha gente en los que hay contacto frecuente con la piel de otras personas. Los hospitales, los centros de cuidado infantil y los asilos de ancianos y convalecientes son algunos ejemplos.

 

La sarna puede infectar a otros familiares en la casa, al compartir ropa, toallas y sábanas. Las señales de la sarna humana son: picazón fuerte que se agrava de noche, sarpullidos con bultos, como granos, con pequeñas ampollas o escamas y líneas curvas y elevadas en la piel que se forman cuando los ácaros hacen túneles debajo de la piel.

 

Los ácaros de la sarna necesitan un huésped humano o animal para vivir. Se meten en la piel, donde ponen sus huevos. Son muy contagiosos y pueden propagarse fácilmente por contacto cercano. El ácaro puede pasar por el contacto del perro a la persona, una vez en ésta puede empezar su acción cavando los microtúneles, pero el proceso es autolimitante ya que no podrá reproducirse en la piel humana, por lo que al final termina muriendo y desapareciendo. Las mascotas adquieren un tipo diferente de infección y es llamada sarna animal. Existe el Sarcoptes scabei variedad canis.

 

Con la sarna, es posible que no se experimenten síntomas durante varias semanas, pero con el tiempo, se desarrollarán bultos y ampollas parecidas al sarpullido en los pliegues de la piel, tales como: entre los dedos, en el pliegue de las rodillas y los codos, alrededor de la cintura, los senos o los glúteos, alrededor de los genitales masculinos, en la planta de los pies, especialmente en los niños La comezón asociada a la sarna suele ser grave y puede empeorar aún más durante la noche. La sarna requiere tratamiento médico, por lo que es importante hacer un seguimiento con el médico


 

Existen dos tipos principales de ácaros tipo Demodex que viven en el cuerpo. El Demodex folliculorum, o el ácaro del folículo piloso, que suele vivir en los folículos pilosos de la cara y el  Demodex brevis que vive más a menudo en la piel del cuello o del pecho. Si se tiene una infestación con estos ácaros, se padece de demodocidosis. Estos ácaros no se pueden ver sin un microscopio, y a menudo no causan síntomas. Pero algunos pueden causar: piel escamosa o que pica, enrojecimiento, aumento de la sensibilidad de la piel, sensación de ardor, piel que se siente áspera como papel de lija.  

 

Una de las enfermedades oftalmológicas más comunes es la Blefaritis, que consiste en la inflamación crónica del reborde de los párpados. Este problema puede generar muchas molestias crónicas y a veces el tratamiento no funciona porque en ocasiones no se ha diagnosticado el parásito Demodex que causa una blefaritis difícil de tratar. Los pacientes comúnmente se quejan que los tratamientos no funcionan, y tienen ojo rojo, sensación de cuerpo extraño, ojo seco, picazón, sensibilidad a la luz e incluso dolor ocular. Con frecuencia han sido operados de chalazión (orzuelo). Se puede diagnosticar la inflamación del reborde de los parpados y más específicamente la presencia de los ácaros en las pestañas. 


El tratamiento no solo es directamente con productos para los párpados al Demodex, sino que muchas veces es necesario el tratamiento con fármacos orales para lograr erradicarlos de la piel.  Las investigaciones también sugieren que un mayor número de ácaros Demodex puede contribuir o empeorar las condiciones existentes de la piel del rostro, como la rosácea, la alopecia androgénica o la dermatitis facial.

 

Maracaibo, viernes 18 de febrero del año 2022

 

 

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