viernes, 11 de febrero de 2022

Las neuronas espejo

Las neuronas espejo

Todo lo que sabemos de neurociencia, educación y psicología ha sido modificado en las últimas décadas por uno de los descubrimientos más fascinantes jamás imaginado: las neuronas espejo. El cerebro es capaz de conquistar, copiar, imitar, sentir y actuar. Sabíamos que teníamos instinto de imitación, de sentir el sufrimiento del otro, de padecerlo incluso, pero no habíamos sido capaces de explicar exactamente por qué pasaba esto.

La ubicación del sistema de neuronas espejo se encuentra en una encrucijada entre las áreas de la corteza cerebral en las que se procesan la información vinculada con orientación espacial, la visión y la audición; ellas facilitarían la integración de las distintas modalidades sensoriales que se requieren para las acciones complejas aprendidas. Estas neuronas denominadas “en espejoconstituyen el sustrato cerebral de la imitación y la empatía, características muy necesarias e interesantes cuando hablamos de educación. 

En las neurociencias se supone que estas neuronas desempeñan una función importante dentro de las capacidades cognitivas ligadas a la vida social, tales como la empatía (capacidad de ponerse en el lugar de otro) y la imitación. De aquí que algunos científicos consideran que la neurona espejo es uno de los descubrimientos más importantes de las neurociencias en la última década. ​

 Las neuronas espejo se encuentran básicamente en el lóbulo frontal (planificación y ejecución del movimiento y la sensibilidad táctil), el lóbulo parietal (integral la información de los sentidos en una imagen corporal), en la corteza insular (relacionada con las emociones y el dolor) y en el cíngulo (relacionado con emociones y dolor). Según Cattaneo & Rizzolati, (2008) existen dos redes principales neuronales que conforman el sistema de neuronas espejo una formada por zonas del lóbulo parietal y la corteza premotora, así como por la parte caudal del giro frontal inferior; y otra formada por la ínsula y la corteza frontal medial anterior.

Cuando en 1996, Giacomo Rizzolatti trabajaba con Giuseppe di Pellegrino y colaboradores en la Universidad de Parma, en Italia, estos científicos habían colocado electrodos en la corteza frontal inferior de un mono macaco para estudiar las neuronas especializadas en el control de los movimientos de la mano: como alzar objetos o ponerlos encima de algo. Durante cada experimento, registraban la actividad de sólo una neurona en el cerebro del simio mientras le facilitaban tomar trozos de alimento, de manera que los investigadores pudieran medir la respuesta de la neurona a tales movimientos. Como ya ha ocurrido con muchos otros descubrimientos, las neuronas espejo fueron encontradas por casualidad: una serendipia.

Estas neuronas especiales se hallaron durante los experimentos con macacos a los que habían implantado unos electrodos. Además, estas neuronas se caracterizan porque responden a cadenas de movimientos cuando se desarrollan con una finalidad. De ahí que las neuronas respondan de una manera distinta si se coge una taza para moverla de sitio o para llevarla a la boca. Estos estudios en humanos y en grandes simios fueron realizados utilizando la captura de las imágenes cerebrales por magnetoencefalografía o por resonancia magnética nuclear funcional y han llegado a concluir que los experimentos en monos y en humanos aunque se realizan con técnicas distintas, permiten comparar los resultados demostrando una conexión clara entre la actividad cerebral de éstos y de los monos y de hecho, “la zona 44 de Brodmann” puede considerarse el homólogo humano de “la zona F5”.   

El área F5, es en la corteza premotora, encargada de la planificación, selección y ejecución de los movimientos, especialmente de la mano y la boca. Dichas neuronas tienen la capacidad de activarse cuando los macacos ven a un experimentador asir objetos aunque ellos mismos permanezcan inmóviles. En un principio se pensó que simplemente se trataba de un sistema de imitación. Por esto se les llamó neuronas espejo, ya que se activan en el cerebro del observador como se activarían si fuera él quien realizara la acción. 

El único animal en el que las neuronas espejo se han estudiado individualmente es el macaco. En estos monos, las neuronas espejo se encuentran en la circunvolución frontal inferior (región F5) y en el lóbulo parietal inferior. Por ejemplo, una neurona espejo que se active cuando el mono rompe un trozo de papel se activaría también cuando el mono ve a una persona rompiendo un papel, u oye un papel rompiéndose, sin ver la imagen. Estas características hacen que los investigadores crean que las neuronas espejo codifican conceptos abstractos de acciones como “romper papel”, ya realice la acción el mono o una persona.  

Se denominan neuronas espejo a cierta clase de neuronas que se activan cuando un animal ejecuta una acción y cuando observa esa misma acción al ser ejecutada por otro individuo, especialmente un congénere. Las neuronas del individuo “reflejan” el comportamiento del otro, como si el observador estuviera realizando la acción. De allí su nombre de “espejo”. Tales neuronas han sido observadas directamente en especies de primates. Las aves han mostrado tener comportamientos imitativos de resonancia y la evidencia neurológica sugiere la existencia de algún sistema de reflejo. En el ser humano, la actividad consistente con las neuronas reflejo se ha encontrado en la corteza premotora, en el área suplementaria premotora, la corteza primaria somatosensorial, en el área de Broca y en la corteza inferior parietal. 

Nuestros antepasados se preguntaban cómo funcionaba la mente y hablar de neuronas espejo siempre será hablar de transmisión de cultura y aprendizaje. Las mentes se pueden conectar por un sistema increíble que nunca antes había sido explicado. A veces somos capaces de intuir lo que está pensando otra persona. Este detalle nos da una ventaja evolutiva insalvable, han tenido que pasar muchos siglos para que comprendamos cómo y de qué manera piensa, siente o actúa el otro. Todo esto son las neuronas espejo. Durante años hemos intentado comprender cómo piensan los demás, cómo sienten o lo que van a hacer, y de repente, los científicos descubren que, cuando sientes, escuchas o ves algo, hay un tipo de neurona que se activa y participa en todo lo que pasa. Aunque el descubrimiento sea reciente, siempre hemos intentado comprender la mente de los demás.


Las mentes se conectan en espejo y esto es algo que la psicología social lo ha demostrado fehacientemente. Así, el descubrimiento de las neuronas espejo es algo extraordinario porque le dio un vuelco gigante a cómo habíamos concebido el cerebro hasta ahora. Estas neuronas también nos pueden decir muchas cosas sobre trastornos mentales o sobre el autismo. Si el hecho de que yo te mire y te imite facilita las interacciones de un modo natural, quizás aquellos que tienen problemas con la activación de las neuronas espejo tienen problemas con la interacción. Se sabe que en los pacientes de autismo hay actividad reducida de las neuronas espejo. Se podría precisamente entrenar a esas neuronas espejo para conseguir una mayor capacitación de los autistas. Estamos al principio de las neuronas espejo y todavía hay muchas cosas que descubrir. 

Investigadores de la UCLA hicieron la primera medida experimental de la actividad de neuronas espejo en el cerebro humano, no sólo en las regiones motoras del cerebro (circunvolución frontal inferior y la corteza parietal inferior) donde se pensaba que existían, sino también en las regiones involucradas en la visión y en la memoria. Además ha sido demostrado que en el cerebro de la mujer hay un mayor número de neuronas espejo y el sistema es más activo que en el cerebro masculino.

Maracaibo, viernes 11 de febrero del año 2022


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