martes, 9 de junio de 2020

GILGAMESH


GILGAMESH

Baréin, oficialmente se conoce como “el Reino de Baréin” (Mamlakat al-Baḥrayn), es un Estado soberano insular asiático situado en la costa este del golfo Pérsico, cuya forma de gobierno es una monarquía constitucional. Su territorio está organizado en cinco gobernaciones y su capital es la ciudad de Manama. El país se asienta en un archipiélago cuya mayor isla, es Baréin, que tiene 55 km de largo por 18 km de ancho. Se cree que Baréin fue el hogar de la civilización Dilmún en la Antigüedad. 

En la mitología sumeria, Dilmun, es a veces descrito como "El lugar de la salida del sol" o "La tierra de la vida" y su patrona es Ninsikil. Una de las tablillas del Mito de Enki y Ninhursag, la describe como "Una tierra virginal y prístina, donde los leones no matan, los lobos no se llevan a los corderos, los cerdos no saben que los granos son para comer". Aparentemente, es el lugar que sirvió de escenario para la historia épica de la creación protagonizada por Enki, Ninhursag y Nammu la cual está relatada en el Enuma Elish. En la Epopeya de Gilgamesh, él mismo tuvo que pasar a través del Monte Mashu para llegar hasta Dilmun. Ziusudra, (Utnapishtim), fue enviado a Dilmun para vivir por siempre luego del diluvio universal. Además, en Dilmun era donde se encontraba la morada de Ninlil, la diosa del aire. 

El poema de Gilgamesh fue escrito en tablillas de arcilla y en escritura cuneiforme hacia los años 2500-2000 a. C. Además de la versión en lengua sumeria, que presenta muchas lagunas debidas a su deficiente conservación, se conservan versiones posteriores, también fragmentarias, en lengua acadia e hitita. Las ediciones y traducciones modernas de la obra incorporan este material para complementar los huecos de la versión sumeria. El poema incluye una versión del mito del diluvio universal pero el núcleo sentimental del poema es el duelo de Gilgamesh tras la muerte de su amigo. La obra literaria hace énfasis en la mortalidad humana frente a la inmortalidad de los dioses. 

…”Ante la mesa llena de botellitas ambarinas, de nuevo hablaba el Toño. Volvía a la carga. Discutía con Ninibiones, enfrascado en su empeño de relacionar el arca de Noe, con la Nave construida por Upnapistin. Su amigo quizás no le comprendía pues replicaba en voz alta. Pero Toño, ¡retoño del coño! Entendeme que no habría podido ser de otra manera, de no haber sido por el Dios Ea se rejoden, y te dejo dicho de paso, los traicionó par coño, el plan de los Dioses nunca le hubiera sido develado a Upnapistin, entonces la simiente de los seres humanos no hubiese podido ser llevaba a la gigante nave y todas las criaturas habrían muerto ahogadas y punto final. Eso es lo que yo mismo te vengo diciendo, le respondió Antonio. Para mí esa jaiba no es más que el mismo Diluvio Universal de la Biblia, ¿me entendéis?”

Gilgamesh fue el despótico rey de Uruk, y sus súbditos se quejaron a los dioses, cansados de su lujuria desenfrenada, la cual lo lleva a forzar a las mujeres de la ciudad. Los dioses atenderían este reclamo creando a Enkidu, un hombre salvaje destinado a enfrentarse a Gilgamesh. Pero cuando ambos entraron en combate, en vez de darse muerte se hacen amigos para siempre y emprenden peligrosas aventuras. Juntos dan muerte al gigante Humbaba y al Toro del Cielo, Gilgamesh rechazará el amor de la diosa Inanna y como castigo a sus repetidos actos de impiedad, los dioses harán que Enkidu muera en plena juventud.

…“Clavelo para ese momento estaba en una onda erótica empeñado en que debían conocer una casa de placer recomendada por unos primos. En realidad, las historias de como Gilgames el rey de Uruk había derrotado al demonio usurpador Kunibaba, no le interesaban en lo absoluto. Por eso y por bastante más, todos dejaron la taguarita ya anocheciendo. Cuando enfilaron por el callejón del Amparo hacia la casa de Astarted estaban sin duda alguna, parcialmente confundidos por la cerveza”....

Impresionado por la desaparición de su amigo, Gilgamesh emprenderá la búsqueda de la inmortalidad, lo cual le llevará hasta los confines del mundo, donde viven el sabio Utnapishtim y su mujer, únicos supervivientes del Diluvio, a los que los dioses concedieron un don que Gilgamesh pretenderá entonces; pero el héroe no alcanzará lo que pretendía. En el camino de vuelta, encuentra, siguiendo instrucciones de Utnapishtim, una planta que devuelve la juventud a quien la toma; pero una serpiente se la roba y Gilgamesh vuelve a Uruk con las manos vacías, convencido de que la inmortalidad es patrimonio exclusivo de los dioses. 

…“En la penumbra, Antonio admiró sus ojos rasgados de extraño fulgor y notó como su larga cabellera lacia le tapaba los pechos. Ninibiones ya había ordenado las cervezas y comenzaba de nuevo a hablar sobre Gilgames cuando ella con gestos felinos se acercó hasta la mesa. Sus ojos eran muy grandes y muy verdes, alrededor de ellos se había pintado líneas de color azul y violeta, los dientes parecían blancas perlas en su boca carnosa color sangre”...

Cinco poemas independientes sumerios, constituyen la obra épica más antigua conocida. La versión más completa que se conserva, aparece en un conjunto de doce tabletas de arcilla pertenecientes a la biblioteca del siglo VII a. C. del rey asirio Asurbanipal. Las once primeras tabletas narran la Epopeya de Gilgamesh, y la duodécima contiene un poema independiente sobre la bajada de Enkidu a los infiernos. Originalmente, la obra se conocía con el título Aquel que vio las profundidades (Sha naqba īmuru) o Por encima de todos los otros reyes (Shūtur eli sharrī), versos tomados del arranque de la obra que aluden a la naturaleza excepcional de Gilgamesh. 

…“Soy Astaned, les dijo y se acercó hasta Antonio para tomarle la cara entre sus manos con largas uñas pintadas de azul. Mirando profundamente sus ojos ronroneó. Tú me gustas, vente conmigo ahora y dame tus frutos, sé mi hombre y yo seré tu hembra, yo te regalaré un carro de oro y lapislázuli, con ruedas de plata y ejes de diamante, yo soy la hija de Anú y si entras en mí, serás el más sabio, el más dichoso y el más afortunado de los hombres. Ninibiones quien conocía el curso de todas las historias, sintió miedo porque estaba seguro de que el Toñito con su ridícula manía de la castidad y demás vainas que continuamente constreñían sus acciones, ante la propuesta del sexo débil rehusaría el pedido amoroso de la diosa Ishtar y al final como siempre y eso le constaba a él quien era su amigo de verdad verdad, les tocaría a él y a los demás compañeros de palos, padecer los horrores de los maleficios demoníacos y así sufrirían como Enkidu, y se verían arrojados al reino arcano, la región donde todos van y de donde nadie vuelve y entonces, en aquel momento supremo, seguro estaba de que se cumpliría el designio de los Dioses cuando vieron regresar a la serpiente con la planta y luego sin escapatoria volvería a suceder la misma cosa, ella se iría, desaparecería par coño al igual que la serpiente, sí, ella sonrió y se sumergió ante todos en las profundidades del abismo, ella como la culebra también habría de esfumarse y así, presos del destino cruel e inextricable todos envejecerían y morirían”.

En la última tablilla, Gilgamesh se duele ante Enkidu de que su juego ha caído en el inframundo y él le ofrece traerlo de vuelta. Encantado, Gilgamesh le dice a Enkidu lo que debe y lo que no debe hacer en el inframundo para poder volver. Enkidu olvida el consejo y hace todo lo que se le advirtió no hacer, por lo tanto, el inframundo lo retiene. Gilgamesh pide a los dioses que le devuelvan a su amigo. pero Enlil y Sin no se molestan en responderle. Enki y Shamash deciden ayudarle. Shamash hace un hoyo en la Tierra y Enkidu sale por ahí. La tablilla termina con Gilgamesh preguntándole a Enkidu sobre lo que ha visto en el inframundo. No queda claro si Enkidu reaparece en la historia como espíritu o si vuelve a la vida.

NOTA: Los fragmentos de texto entre comillas pertenecen a uno de los relatos de “Trípticos” con 39 ejercicios narrativos, aun sin publicarse (JGT).

Maracaibo, martes 9 de mayo, 2020.

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