Amanda y Gisela
“George Floyd se había contagiado de coronavirus, le habían despedido
del trabajo como consecuencia de la pandemia y murió bajo la rodilla de un policía blanco”;
así iniciaba la periodista Amanda Mars,
escribiendo desde Washington el día 7 de junio 2020, un encendido artículo muy
bien documentado contra la terrible discriminación racial que aún existe en los
Estados Unidos de América, que sería publicado en el diario “El País” de España…
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No
conozco a Amanda Mars, pero es muy fácil saber que Amanda es la delegada en
twitter de@el_pais en Washington, desde marzo del 2011. Que estuvo
antes en Europa Press y en Gaceta de Negocios, y que tiene en “las redes” la
bicoca de 10.4K seguidores. Ella ha notado igualmente como el movimiento de los
manifestantes es tan plagiariamente repetitivo (“copy cat”-para que ella lo
entienda mejor-), y así también compensadoramente nos informaría tuiteando; “El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo,
defiende la permanencia de la escultura del navegante en Central Park tras la
vandalización de varios monumentos en el país”.
A Gisela Kozak Rovero (Caracas,
1963)
la conocí personalmente en la Universidad del Zulia el año creo que 2007, no
recuerdo la fecha con precisión, pero estaba en la Escuela de Letras de LUZ con
el poeta Luis Perozo Cervantes y nos acercamos a tomarnos un café en un
improvisado cafetín estudiantil cuando pasaba Gisela con una joven amiga y Luis
la detuvo para presentarme ante ella. La saludé y le comenté que me había
gustado su libro “Los latidos de Caracas”
y ella, quien sin duda no recordará estos detalles, me agradeció muy
sorprendida, según me dijo que no esperaba estando de visita en Maracaibo
encontrarse en LUZ con un lector de su recién editada y premiada novela.
Siguieron su camino y creo que le comenté a Luis sobre las dificultades que
para publicar existen en nuestro país, aún después de ganar cualquier certamen
literario… Desde entonces no la volví a ver pero seguí su trabajo como investigadora,
profesora
universitaria, ensayista
y narradora
y sé que es considerada hoy día
como una de las representantes más significativas del cuento venezolano
contemporáneo.
El tema de “la izquierda” y de cómo
progresivamente se ha ido mimetizado en lo que ahora denominan “el
progresismo”, muy bien lo describe Gisela Kozak cuando relata: “hemos
podido ver a hombres y mujeres blancas arrodillarse y pedir perdón por la
esclavitud ocurrida hace siglos”. Disparatados movimientos de masas
desenfrenadas han llegado a defenestrar las estatuas de Abraham Lincoln el
hombre que lideró la abolición de la esclavitud, y hasta de Winston Churchill,
retrotrayéndonos mentalmente al triste espectáculo de chavistas enardecidos
bajo la égida del engendro de Sabaneta, ensañándose con la efigie del almirante
Cristóbal Colón en Caracas… Ya lo decía Amanda sobre Cuomo el gobernador y
cómo, lo que estamos viendo, sirve para recordar que estamos antes las
mismísimas circunstancias, viviendo no un “progresismo”, sino una especie de
retro-sismo que aspira apoderarse del mundo decente, de el mundo de los hombres
justos y honestos.
Engañosamente, parecería que tratan de
hacernos creer que la mayoría de los seres humanos, quisiera ser parte de una
generación dolida de seres llorosos y estúpidamente ofendidos, ante un pasado
cruel que nos les incumbe; entes que en una fanatizada estupidez tan solo aspiran
poder pedirle, rogarle, o implorarle casi, a sus gobernantes en cualquier
“Estado”, o país, que los ayuden para poder sentirse -“buenos y “humirdes”-, siempre sumisos y así, confiarán
en la paz que les otorgarán tras la espera de su ración (en cartilla, de la
comuna, o en una de“bolsa clap”), o en su defecto en una bolsa de la basura,
que es lo más probable. En este paradigma, es por demás evidente que existe un -ya
no tan escondido- discurso de odio, reconocido como “el resentimiento social”,
acicateado por un muy bien dirigido adiestramiento mediático estimulador con
mentiras y mucho populismo, que sencillamente, pretende destruir las libertades
humanas. Bien lo decía Gisela al señalar que: “Hoy son abucheos, linchamientos
sociales, mañana cuando estén dentro de las instituciones de poder, esto
escalará, entonces los ofendidos comenzarán los fusilamientos en masa”...
Todo este bochornoso espectáculo que se
despliega encarnizadamente en medio de la pandemia que vive el mundo, no es
meramente circunstancial, les recuerdo a quienes piensen que son casualidades, que
éstas son verdaderas causalidades y como lo hacía mi primo Ernesto tan solo
digo: “Que oiga quien tenga oídos”…
Maracaibo, sábado 13 de mayo, 2020
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