lunes, 25 de mayo de 2020

Mirar para atrás…


Mirar para atrás…

Lo aquí redactado, son solo fragmentos del texto original, escrito el 8 de julio del año 2003. No creo ser pitoniso, sencillamente, sigo repitiendo el mismo discurso. Desde bastante antes de redactar aquel texto que intitulé “¡OhCuba!”, entendí dónde estaba la raíz del mal, pues parafraseando a Martí yo había “vivido en las entrañas del monstruo”.

Después del año 83 ya nadie pudo engañarme. Sin embargo, así como mi colega Rafael Mucci pudo ir a Cuba para ayudar a su pueblo invidente por desnutrición, también durante varios años, yo traté de ayudar a los cubanos dictando a su personal técnico y médico, cursos sobre inmunohistoquímica y sobre la patología del SIDA hasta que en el año 2003, me dije, hasta aquí llegó esto… A pesar de recibir varias invitaciones, juré no volver a la desdichada isla del Caribe. Hoy, en mayo de 2020, mirando hacia atrás, comparto con Uds., algunos segmentos del artículo original, “¡Oh Cuba!”, del 2003.
 
“Fue el año ochenta y tres. Viajábamos un lote grande de médicos venezolanos a un evento fastuoso, un Congreso Internacional en el impresionante Palacio de las Convenciones de La Habana”… “Estábamos llenos de curiosidad…compartíamos esa camaradería que nos hacía sentir progresistas, hasta llamarnos sin excepción ni convicción alguna, gentes de izquierda”... …“El segundo día del Congreso me escapé con mi mujer. Nos fuimos a pie y durante más de nueve horas caminamos sin tregua, mirando, preguntando, conociendo, atisbando la ciudad de La Habana y sus habitantes”... 

…“Observamos en nuestra caminata, casas muy pobres, con mugre acumulado, unas viviendas que eran verdaderas madrigueras. Vimos envases de aluminio al sol y sin la tapa, con leche, y un mosquero. Las botellas de vidrio llenas de leche, esperaban en los portales, decorando el mármol de los primeros tramos de escaleras mugrientas, o en los zaguanes malolientes de viejos caserones derruidos. Pensamos en las moscas y en probables diarreas. Eran tantos los niños que pululaban en aquellas covachas compartidas. Las moscas completaban un cuadro muy tercermundista y sin duda no estaban esterilizadas, pero seguramente esas no entraban en las estadísticas”...

…“un ambiente de euforia en algunos cubanos que nos mostraron como sus privilegios se los habían ganado duramente, en el África, o en Vietnam, y algunos batallando en el frente, y era, que el internacionalismo militante era el garante. Ellos, si se sentaban con nosotros y podían hablar un rato o compartir algunos tragos. En “la boite” del hotel Habana Libre”… …“nos parecían unos soberanos disparates, las explicaciones eran muy parcas, o venían como en el caso del por qué La Habana parecía una ciudad en ruinas, a resolverse con explicaciones peregrinas como decirnos que era un castigo por no apoyar con toda decisión los designios de la revolución”... 
…“uno de nuestros colegas, golpeado por las realidades que había observado, estaba decidido a levantarse en el discurso de clausura que lo daba Fidel. Decepcionado y como un energúmeno él quería protestar por lo que consideraba una vil patraña, me han engañado estos perros desgraciados, se quejaba, y estaba de muy mal talante, pero al final le convencimos para que no insistiera, y antes de que fuese a dar una cómica, lo sacamos del acto. Después, al regresar a Venezuela terminó en tratamiento por una úlcera gástrica sangrante”... 

…“Yo he vuelto varias veces a La Habana, por lo menos cinco veces más”… …“Estuve antes y después de los balseros, les visité en épocas muy duras, de racionamientos de combustible, de comida es lo usual y de apagones de luz”…  …“Reflexionábamos, y con ardor lo discutíamos para decirnos que aunque nos gustase mucho el son y el ron, nunca seríamos capaces de aceptar tantas desigualdades como las que estábamos observando durante el viaje. Algunas situaciones nos parecieron en realidad grotescas e inaceptables y era evidente que creaban marcadas diferencias entre hermanos”...  …“El hambre y la necesidad de mantenerse con vida, les ha llevado a extremos inenarrables, mientras la férrea dictadura ha apretado cada vez más sus mecanismos de represión. Esto no es un secreto. En todo el mundo  se conoce la precaria situación del pueblo en Cuba y cuanto podamos añadir sería superfluo”...  

“Cuando escribí mi novela “Escribir en La Habana”, galardonada en la Bienal José Rafael Pocaterra del año 1994, lo hice porque no quise eludir el compromiso de expresar las contradicciones que para la época eran más que evidentes en el proceso revolucionario. Bajo el peso de lo que el pueblo cubano denominaba “la per-estoica”, se les estaba pidiendo que asimilasen las enseñanzas de la historia y Gorbachov les llamó la atención a los cubanos por su patética y ampliamente demostrada ineficiencia, a pesar de haber ya transcurrido para la época 30 años de padecimientos y de sacrificios revolucionarios. Ese mismo año, 1989, Fidel y Raúl liquidaron al general Arnaldo Ochoa y a sus colaboradores en una purga de corte staliniano, para lograr una limpieza en el ejército y consolidarse ante el derrumbe del muro de Berlín”...  

…”quisiera no pasar por alto dos situaciones adicionales. La primera tiene que ver con lo que fue nuestra relación con la revolución sandinista, la otra, puede que tenga más bien qué hacer con los desafueros de la cuarta república. Ambas están relatadas a través de las vivencias de los personajes de mi novela “La peste Loca”, publicada en 1998 por la Gobernación del Estado Zulia. Debo destacar que en todos estos años, con tanta propaganda de izquierdismos sedientos de justicia y de ver muchas claudicaciones, asumimos un hecho como cierto: desde finales del primer gobierno de Caldera, el país comenzó a desviar su rumbo”...

…“el vecino país que desde la muerte de Gaitán no había podido salir del marasmo de la violencia, cayó en las garras de los narcotraficantes. Para ese entonces, nos entusiasmó como a muchos compatriotas la gesta heroica del pueblo nicaragüense; pobres, desarrapados pero con el recuerdo de Sandino, derrocaron al tirano Somoza y desarticularon los planes de la CIA para hacer una verdadera revolución, y además, tuvieron que sostener una desigual guerra contra los Estados Unidos que apoyaban descaradamente al ejército de “los contras”. Estuvimos en Nicaragua varias veces, promovimos cursos y charlas que dictamos en Managua. Ayudamos a nuestros hermanos nicas a salir adelante y cuando el sandinismo pareció chocar con la revolución cubana, ofrecimos nuestra versión”…

…“en esos años de movernos entre las dos revoluciones, pudimos ir observando como las cosas fueron torciéndose en Nicaragua, no tanto por lo terrible de la guerra con “los contras”, más bien por fallas y pleitos intestinos, por la corrupción y las luchas entre los líderes que terminaron ahogando los logros del sandinismo. Las recientemente publicadas memorias de Gioconda Belli pueden servir de colofón a “La Paciente Impaciencia” del cura Tomás Borge. En esa época, nos llamó la atención, ver que los asesores, y los ayudadores, y los facilitadores cubanos en Nicaragua, terminaron por ser malqueridos. A pesar de su misión de apoyo a la nueva revolución, al final, por obra y gracia de su propia pedantería, la de quienes se sentían “sobrados”, por ser los verdaderos revolucionarios, salieron de Centroamérica. Finalmente, la señora Chamorro desalojó a Ortega y a los sandinistas para siempre, en un ejemplar proceso democrático”…

…“Por último, “la Peste Loca de las bestias” es como le dicen los campesinos a la encefalitis equina venezolana, pues enloquece a los caballos y a los burros antes de liquidarlos. Es este uno de los temas de mi novela homónima, pero es también la historia de sus personajes padeciendo la peste de la corrupción, la locura del desenfreno por lograr el poder y el dinero, y de tantísimas fallas de nuestros cuarenta años de cuestionada democracia. Estas situaciones están desnudadas en “La Peste Loca”. No haberlas denunciado en aquel tiempo, creo que me hubiese ahora detenido y tal vez no me hubiese atrevido a escribir esta crónica sobre Cuba”... 

…“Lo he hecho, precisamente en estos días, cuando pienso que estamos en la etapa más crítica de nuestra historia. Vivimos los mayores niveles de pobreza, de desnutrición, de desempleo, con el país transformado en un gran mercado persa por la institucionalización del comercio informal. Son tiempos de quiebra financiera, de cierre de comercios y de industrias, hemos presenciado el desmantelamiento del personal mejor capacitado de la industria petrolera, a diario vemos el desastre de los servicios de salud y el bloqueo sistemático de los procesos de descentralización. Es esta una época (año 2003) de desmembramiento de todas las estructuras republicanas, y hasta las policías han sido desarticuladas. Las acciones tomadas concienzudamente, han sido estimuladas por la siembra del odio y el fomento de escuadrones de asesinos armados que campean rompiendo semanalmente las cifras sobre la criminalidad en el país. 

Ahora, en medio de este sinnúmero de calamidades, estamos presenciando lo que ejecuta la gente del gobierno. Prefieren otorgarle a Cuba privilegios y facilitarle los recursos del petróleo, mientras nuestro pueblo está en la miseria, y entretanto nos estamos llenando de facilitadores, de asesores, de entrenadores, de pseudomédicos y de otros cubanos que nos invaden ante la impasible y traidora complacencia de nuestras fuerzas armadas nacionales. Nunca como antes, la definición del acto de traición a la patria ha estado planteada con mayor seriedad que hoy en día…

Hasta aquí los retazos de “Oh Cuba” del año 2003

Decía yo, (y lo escribí en el año 2003 <<el artículo fue publicado en una edición de El Gusano de luz  número 33 año 2003>>y el 7 de diciembre del 2014, (https://bit.ly/2WUDVHV) está entre las primeras publicaciones de este blog -lapesteloca-) que la lectura de “Adiós Muchachos” de Sergio Ramírez nos obligaba a los venezolanos a establecer comparaciones, y aunque era cierto que ellas, “siempre son odiosas”, decía que era muy difícil sustraerse de pensar en las vicisitudes de “el proceso”, este término kafkiano usado para mirar nuestra pseudorevolución, que desde aquellos días ya inclementemente se metamorfoseaba.

En noviembre del año 2019 (https://bit.ly/36vZLVh) once años después de la publicación de un comentario hecho en 2008, ya no existe un ser en el planeta tierra, la OEA, la ONU, y cualquier organismo multinacional, que diga no comprender lo que todos entienden. Es por demás evidente que aferrados al poder quienes dirigen el narcoestado sostienen la pesadilla que comenzábamos a presagiar en 2003 y se ha tornado en una tragedia que se ha extendido a los demás países de América en una conspiración internacional. Desde La Habana impulsan el proyecto con el foro de SaoPulo, Hezbollah, FARC y ELN, a través del narcotráfico y sus millonarios ingresos, luchando para desestabilizar los gobiernos democráticos y acabar con la paz de toda Latinoamérica, mientras los políticos siguen buscando alianzas que les aporten dinero fresco para consolidar sus cuotas de poder... Entretanto, el venezolano en medio de la pandemia de covid-19 trata de sobrevivir pasando hambre, sin medicinas, sin agua, con cortes de luz y sin gasolina… 
Maracaibo, lunes 25 de mayo, 2020

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