lunes, 8 de abril de 2019

¡Con pedófilos hemos topado, Pancho!



¡Con pedófilos hemos topado, Pancho!

Pero como este tema “pica y se extiende”… Al decir esto recordé a “El Premier”, locutor de radio-perifoneador les decíamos cuando de niños le oíamos narrar los juegos de pelota- en Maracaibo, quien curiosamente se llamaba exactamente igual al famoso obispo de las diócesis de Maracaibo de 1910 a 1919, Arturo Celestino Álvarez: él decía cuando algún roletazo era disparado desde cajón de bateo, “la bola pica y se extiende en consideraciones”… Así, este es un asunto muchísimo más extenso y creo que se puede tratar, con o sin consideraciones; pero solo hablaré de la diócesis de Boston, en USA y de la película que divulgó la lucha de un periódico local para decir la verdad.

En las décadas de 1820 y 1840 y a inicios del siglo 20,  llegaban oleadas de inmigrantes a Boston, muchos de ellos eran irlandeses católicos, y los protestantes reaccionaron con hostilidad. Floreció una prensa anti-católica. Enfrentados a la discriminación y rechazados por las instituciones de la ciudad, dominadas por protestantes, los católicos de Boston desarrollaron intensos lazos con sus sacerdotes, quienes ayudaron a los nuevos inmigrantes a pagar arriendos, postular a la ciudadanía y crear sindicatos. Boston se transformaría en  “la más católica de las grandes ciudades del país”. Un diario de Minneapolis, dijo: “Boston es para la iglesia lo que los Yankees de Nueva York son para el baseball, lo que Carnegie Hall es para la música, lo que Broadway es para el teatro.” Sin embargo, en las décadas previas a la Segunda Guerra Mundial, la suerte de los católicos de Boston cambió.  Si la historia de la iglesia en Boston era una historia de éxito, se encontró con un giro en la década de los sesenta.

En 1984, el Obispo Bernard Law se convirtió en el arzobispo de Boston. Reemplazó al Cardenal Humberto Medeiros, quien había alejado a los fieles católicos al apoyar un programa de transporte escolar para obligar a la integración racial en las escuelas. Law era conocido por su rígida adherencia a las enseñanzas de la iglesia y por su tradicionalismo respecto de temas sociales como el aborto, estuvo en los titulares de diarios por haberle prohibido a una niña con alergia al trigo usar una galleta de arroz durante la comunión. A Law y al Cardenal John Joseph O’Connor, de Nueva York (también designado en 1984) se les conocía como “Ley y Orden”. Ambicioso y cómodo tanto en el sur de Boston como en Roma, un conservador en una época conservadora, Law se convirtió en un líder nacional. Se hizo amigo del Presidente George H.W. Bush, con quien conversaba todos los meses… En 1989, Law condenó como “calumniosa” una denuncia del Globe de que él había llegado a un acuerdo con el Presidente Bush.17 Según el Globe, Law había accedido a guardar silencio respecto de la inacción de Bush en torno al asesinato de seis jesuitas y dos mujeres en El Salvador. A cambio, Bush avanzaría en temas de importancia para católicos conservadores, como el aborto, las oraciones en las escuelas y el apoyo gubernamental para programas de guarderías de niños de la iglesia. El caso del padre Porter en 1992 sólo exacerbó la hostilidad entre el diario y el cardenal.

En 1993, desde el púlpito, con ojos centelleantes y vehemente discurso el cardenal Bernard Law, jerarca de la Iglesia Católica en Estados Unidos, casi que  invocaba la ira divina contra los periodistas de Boston, y fustigaba la "obsesión" de los medios, sobre todo del diario Boston Globe, con el caso del sacerdote James Porter, sentenciado a 20 años de prisión por el abuso sexual de 28 niños en la diócesis de Fall River. Si había un lugar en Estados Unidos donde una gran investigación sobre la Iglesia Católica podría causar conmoción pública era Boston.

El Cardenal Law había asumido en Boston mucho después del retiro de Porter, pero el escándalo reventó durante su periodo. Cuando el caso se hizo público, Law dijo que el crimen de Porter era “un acto aberrante”.  Los críticos afirmaron que Law tenía demasiada simpatía por Porter, citando la siguiente declaración del cardenal: “Seríamos menos que esa comunidad de fe y amor que somos llamados a ser… si no intentáramos responder tanto a la víctima y al traidor con verdad, amor y reconciliación.”  El Cardenal Law se negó a responder a las preguntas del Globe sobre Porter y en respuesta a su agresiva cobertura, dijo: “Por todos los medios, llamamos a que el poder de Dios caiga sobre la prensa, especialmente el Globe.”

El padre John J. Geoghan, había sido retirado en 1993 luego de 28 años como sacerdote. Entre 1996 y 2000, 70 personas acusaron al padre John J. Geoghan de abusos sexuales. Para el verano boreal de 2001, las demandas habían conducido a cargos criminales y 84 juicios civiles, 70 de ellos presentados por sus presuntas víctimas y los demás por sus familiares. La iglesia prácticamente reconoció su culpabilidad cuando lo expulsó del sacerdocio en 1998 (la sanción más severa de acuerdo a las leyes canónicas). No obstante, en la lectura de cargos en 1999, Geoghan se declaró no culpable. La columnista McNamara volvió al ataque a mediados de julio de 2001. El Globe ya había reporteado que Geoghan se iba reiteradamente con “licencia médica” antes de reaparecer en otra parroquia, y en junio de 2001, durante la fase de presentación de evidencias previo al juicio, Law había presentado un documento que incluía una admisión: en septiembre de 1984 ( antes de ocurridos los presuntos crímenes)  había sido alertado sobre Geoghan. Sin nombrar la fuente, Law reconoció haber recibido una carta que señalaba que Geoghan había abusado a siete niños.

El 22 de julio, McNamara escribió: ¿Se le permitirá al Cardenal Bernard F. Law jugar a las escondidas indefinidamente? ¿Alguien le exigirá al jefe de la Arquidiócesis de Boston que explique cómo fue que pastores, obispos, arzobispos y cardenales---arzobispos que supervisaban a Geoghan nunca enfrentaron, o acaso sospecharon, sus presuntos abusos de niños en cinco parroquias distintas a lo largo de 28 años?  En uno más de sus mea culpa, el cardenal ha entregado a las autoridades estatales los nombres de entre 60 y 70 sacerdotes acusados de abusar de niños en los últimos 40 años. Líderes católicos de Boston, han entregado los nombres de una docena de sacerdotes más, acusados de abuso sexual. Según el Boston Globe, la cifra total puede llegar a 80; la mayoría de los cuales no han sido enjuiciados aún.

Recién finalizó la cumbre de la Iglesia Católica hace un mes este año 2019 sobre la pedofilia, con un discurso de clausura donde el papa Francisco llamó a encontrar soluciones a la "monstruosidad" de los abusos a menores dentro de la institución. Ciento noventa  miembros de la jerarquía católica buscaron soluciones a la "monstruosidad" de los abusos a menores. El italiano Francesco Zanardi, presidente de la Red de Víctimas del país, consideró que el discurso del papa Francisco en su opinión, estuvo cargado de frases genéricas y mil veces repetidas, en vez de proponer "procedimientos concretos, de dimisiones de obispos, de denuncias a la magistratura". El español Miguel Hurtado, criticó al papa argentino y puntualizó: "no ha hablado de entregar a la Justicia a los responsables, de entregar los documentos a la magistratura y no destruirlos como desveló uno de los obispos, no ha dicho que los responsables de los abusos van a perder su puesto de trabajo, ni de indemnizar económicamente a las víctimas... No pone ninguna medida en la mesa".

Spotlight (En primera plana) es una película del 2015, dirigida por Thomas McCarthy y escrita por McCarthy y Josh Singer, con Mark Ruffalo, Michael Keaton, Rachel McAdams y Brian d'Arcy James. El filme cuenta la historia de cómo los investigación del periódico Boston Globe, ("Spotlight") desenmascaró un escándalo en el que la Iglesia católica de Massachusetts ocultando abusos sexuales perpetrados por distintos sacerdotes de Boston, por el cual el Boston Globe ganó el Premio Pulitzer en la sección servicio público de 2003. Nominada a seis Premios Óscar y solamente ganó 2 por Mejor película y Mejor guion original en la 88° ceremonia de entrega de los Óscar celebrada el 28 de febrero del 2016. Fue la sexta película en la historia de los premios en conseguir solamente dos estatuillas incluyendo Mejor Película, como sucedió en el caso de El espectáculo más grande del mundo, y ya de esto hace más de 60 años. No tantos como cuando el Quijote le advirtió a Sancho, que se habían topado con La Iglesia…

Mississauga, Ontario, 8 de abril del 2019

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