Sobre el “Adiós
Miss Venezuela” de Suniaga
A
finales de los años 90, el desencanto de los venezolanos por los políticos y
por sus partidos, llevó a la elección como presidente de un militar
golpista exculpado, Hugo Chávez, quien desde 1998, utilizó la
televisión para impulsar una campaña mediática de corte populista favoreciendo
la patria de su admirado líder Fidel Castro y haciendo que Venezuela, el país
de las reinas de belleza y la riqueza petrolera, se transformarse
paulatinamente en la grotesca caricatura de república en el cual todavía
sobrevivimos. Este remedo de nación, que estadísticamente ha demostrado
consolidar terribles cifras de hechos negativos que van desde criminalidad,
hiperinflación, desnutrición y crisis humanitaria con records catastróficos en
salud pública, así como de corrupción e impunidad, ¿puede inspirar a
novelistas? Casi nadie leyó “El año de la lepra” de mi autoría, y es que puedo
asegurarles que es muy difícil escribir y publicar exitosamente en un país de
cada vez menor número de lectores…
Maite
Delgado, quien participó en el concurso de Miss Venezuela en 1986 y luego presentó
la gala del evento durante15 años, recordaba recientemente para BBC Mundo…"Era una Venezuela distinta, una época dorada
a nivel de presupuestos y de factura. Era una escuela y referencia de
televisión como uno de los grandes shows en América Latina"… “Ahora el Concurso es
el fiel reflejo de la realidad del país". Lamentaba decir esto Maite
Delgado al conversar sobre la realidad actual, y tener que ver, en lo que se ha
convertido el concurso. "Es triste
porque era un patrimonio importante. Es triste ver empequeñecer año a año algo
que era grande". Francisco Suniaga recurrió a este antes famoso
concurso para, en medio de la decadencia del país, crear su última
novela, "Adiós Miss Venezuela",
una novela que para César Miguel Rondón es quizás la mejor novela, del escritor.
Novela donde un abogado, especie de alter ego del autor, el doctor Benitez, estará
encargado de resolver un problema, el suicidio de una Miss Venezuela en la isla
de Margarita, la “otra isla” de Suniaga, donde justamente se estaba preparando
el Concurso anual para la elección de la reina de belleza. La novela es sin
duda alguna, una metáfora de nuestro país venido a menos, terrible metáfora del
país actual.
Suniaga,
un margariteño de 63 años, ha dicho que su novela “le alteró la concentración durante ocho años” y la escribió como percibiendo sus
personales vivencias y sobre ellas hubo de hablar para regresar a las
dificultades de cómo y cuánto trabajo le costó impulsar su primera novela “La otra isla” actualmente con más de
catorce ediciones traducida al alemán y al francés, y de “El pasajero de Truman” exitosa novela de la cual ya se han vendido
más de cincuenta mil ejemplares. En “Adiós Miss
Venezuela”, él nos
habla de la decadencia del principal concurso de belleza, “El Miss Venezuela”
como una creación del país que al mismo tiempo, es su reflejo. Suniaga se
preguntaba. “¿Qué es lo que pasa con los
jóvenes en la actualidad?, pues que se quieren ir del país, y El Miss Venezuela
también se va”. Las opciones que se ofrecen en este momento son muy
sencillas, “o te mueres o te vas”. El
paralelismo entre lo que ha ocurrido con el concurso y lo que ocurre con el
país es impresionante. Si estuviésemos en
una dictadura dura, creo que esta novela la
prohibirían”.
Así llegó a afirmar el autor quizás tratando de olvidar que quienes están en el poder, no
leen. Ahora quienes leen son cada vez menos, y quienes se puedan interesarse por el certamen parecerían
no ser racionales porque ya el otrora famoso concurso, absolutamente ha perdido
su prestigio y es más que evidente que en su ranking, ha perdido peso. “Todos hemos perdido peso”, afirmaría
Suniaga ya finalizando el año 2016 cuando
fue entrevistado a propósito del bautizo de “Adiós Miss
Venezuela”.
Yo, quien
estoy de reposo obligado en cama, he recibido de mi hermano Lorenzo un ejemplar
de la novela del exitoso abogado y escritor margariteño y estoy degustando su
lectura sin saber hasta cuándo resistiremos y que día llegaremos en nuestro
país a encontrar la senda perdida para regresar a ser una nación saludable y
próspera. Sin arribar aún a mis ochenta años, pero debo repetir las precisas y
sabias palabras de mi estimado profesor y maestro Rafael Muci Mendoza: “En el
umbral de mis ochenta años sé que mi labor aún no ha terminado, particularmente porque en medio de una guerra
declarada contra la excelencia y el saber, muchos de mis alumnos han tenido que
dejar el país en pos de otros rumbos donde igualmente puedan echar raíces,
crecer y tener frutos como yo los tuve… Ojalá,
cuando nuestra patria vuelva a ser la tierra fecunda que fue, puedan volver a
colaborar en su reconstrucción, para que empujando con sus hombros y en unión
indeclinable podamos como una sola persona de nuevo cambiar los destinos de la
patria”…
Maracaibo 7 de marzo del año
2018
No hay comentarios:
Publicar un comentario