El sabio Dr
JM Vargas el día del médico
El Discurso de Orden del
Doctor Rafael Muci-Mendoza con motivo de la sesión extraordinaria de la
Academia Nacional de Medicina de Venezuela el Día del Médico, sábado 10 de
marzo de 2018 fue memorable. Me he atrevido a tomar retazos del mismo para destacar una imaginaria conversación entre él,
conferencista ante los Académicos y ante el país, con el sabio Doctor José
María Vargas (1786-1854), Padre de la Medicina Venezolana, reformador de los
estudios médicos en el país y primer presidente civil de la república, quien desde
su estatua de mármol en el patio de hospital, hablará con
el conferencista…
…Será entonces el Dr Vargas quien se
dirige a Rafael Muci y le preguntará: -“¿Qué pasa en el afuera…? Veo muchas gentes
bullangueras, empobrecidas y entregadas a su sino entrando en mi recinto cuyos
rostros son trasunto de sufrimiento, de severa desnutrición y desesperanza, y
se me antojan galeotes, esclavos privados de libertad, condenados a remar hacia
la nada en las galeras, casi que la peor de todas las condenas en vida; otros
parecen reos que ascienden al patíbulo hacia la muerte sin redención, donde
serán ejecutados sin clemencia aunque poca culpa tengan de su suerte…”.
El Dr Rafael Muci Mendoza, le
interrumpirá para responderle de esta manera:
-¨No podrá
creerlo Maestro, pero nuestro país sufre adolorido de una emergencia compleja, suerte de crisis humanitaria muy grave, para
colmo negada, que viene a ser el resultado de una mixtura de inestabilidad
política creada y mantenida por el Estado, conflictos y violencia y tremendas
desigualdades sociales producto de una pobreza agravada. Pero además, es esta
una crisis prolongada traída a escena por una gobernanza débil y malvada, con
una crisis alimentaria continuada, colapso de los medios de vida ante una
pasmosa y delincuencial indiferencia, y ninguna capacidad institucional para
reaccionar ante esta crisis. Esta situación coyuntural es fundamentalmente de
carácter político pero ha hecho mella en la estabilidad cultural, civil,
política, moral y económica de la sociedad venezolana, sobre todo cuando se han
visto agravadas por contingencias naturales de abandono criminal, pues un plan
oculto y macabro ha llevado a la población a niveles tan elevados de
insalubridad y depauperación como para que ya no tenga fuerzas ni resistencia
para alzar una protesta, y de entre ellas, la reemergencia de pestilencias
epidémicas antaño controladas por mano sabia como el paludismo que ahora contando
las recaídas, asciende a la cota del millón de casos, la difteria, sarampión,
difteria, tosferina o enfermedades controladas por vacuna aún existentes
dejaron de ser aplicadas; el zika, chikungunya, dengue y fiebre amarilla y el
síndrome de inmunodeficiencia adquirida (VIH/SIDA)…, ¿Qué ocurrirá con el virus
del polio también ignorado por el atalayero adormilado?; y como si fuera poco
por el ascenso sin detención de las mortalidades materna – la tasa aumentó en
30% desde 1998-, infantil, neonatal, y de las enfermedades crónicas no
transmisibles; la desnutrición está afectando ya a 1.3 millones de personas y
en promedio cinco o seis niños mueren cada semana por este nuevo jinete de la
Apocalipsis; todas, en su conjunto marcadores del desamparo e irresponsabilidad
del Estado, del retroceso sanitario y del sufrimiento, menoscabando los medios
de vida y acentuando aún más la pobreza… La enfermedad cardiovascular
abandonada, se cerraron los servicios de cirugía cardiovascular, hay buena
voluntad médica pero no hay marcapasos ni stents… 43 jóvenes mueren
diariamente por causa de la violencia apadrinada desde el alto gobierno. Una
medicina del siglo XIX mal hecha… Un retroceso sanitario de 25 o 30 años… Y
todavía quieren seguir destruyendo para mantenerse en el poder…¨…¨Nuestro país
ha devenido en gigantesco Campo de Concentración donde se mantienen
secuestrados a 30 millones de venezolanos los cuales son fríamente sometidos a
un exterminio general por hambre, enfermedad y falta de medicinas debido al
deterioro del poder adquisitivo y la hiperinflación, donde los niños y ancianos
están muriendo por cientos de miles, donde el colapso de su economía sólo es
comparable con naciones que han sido devastadas por la guerra o por una
catástrofe ambiental y económica como sequía o inundaciones. Una crisis humanitaria que fue denunciada y
declarada por la Asamblea Nacional, el 26 de enero de 2016 y de inmediato, su
existencia fue negada por el Gobierno Nacional. De la misma forma, la Ley
Especial para atender la emergencia aprobada el 21 de abril de 2016, fue
rechazada por el Tribunal Supremo de Justicia.
El Dr José María Vargas volverá a
interpelar al conferencista y le dice: –¨Este
Hospital erigido en mi homenaje y muchos otros a lo largo y ancho del
territorio patrio, hoy por obra de insignificantes hombrecitos llenos de
complejos y odio febril y sin realizaciones que mostrar, destruida su moral y
ética desde sus cimientos, quieren tergiversar la historia, enalteciendo a un
guerrillero argentino quien en nombre de una justicia social que nunca conoció,
asesinó sin juicio previo en Sierra Maestra, Santa Clara y La Cabaña. ¿Cómo les
han permitido tanto…? Me pregunto…¨ …¨La
Universidad que yo hice laica y progresista para ayudar al crecimiento de la
nación; la medicina que yo reformé e hice científica por mandato de nuestro
Libertador Simón Bolívar para que ayudara a todos, ricos y desposeídos, ha
sufrido abismal transformación negativa, enseñada la medicina ahora como vil
estrategia, servil a los más bajos intereses de la política internacional
cubana, donde se da a entender que se ayuda cuando sólo se pretende someter
mediante la penetración política e ideológica y la dádiva y cuando el derecho a
la salud es ignorado: El mendrugo engañoso que oculta una precaria, inefectiva e
irreflexiva manera de hacer medicina, una oferta engañosa, una vil estafa hacia
estos jóvenes desprevenidos hoy también migrantes y no deseados en ningún país
latinoamericano. Los médicos desunidos, sin brújula y sin sextante, ciegos y
sordos funcionales, asustados, dicen que no quieren meterse en política y por
tanto dejan hacer y se transforman en colaboradores activos de maneras ruines
de hacer… …¿Es que acaso son de
fibra espuria? ¿Es que mi ejemplo de nada les sirvió? Lejos de apoyar a la
medicina venezolana y resistir presiones y tentaciones, algunos se van en pos
de una Misión Milagro que privilegia a extraños sobre propios; viajan a lugares
distantes de América buscando pacientes para ser operados de cataratas en
Venezuela cuando ellos muy bien saben, que los suyos propios, olvidados y
desesperanzados deberán esperar largas jornadas para ser intervenidos o no
serlos nunca. Yo tampoco quise entonces hacer política, pero las circunstancias
por las cuales transcurría mi patria, me indujeron a decir con palabra sonora y
firme, ¨¡Acepto!¨, echando sobre mis hombros el peso que el pueblo venezolano
en ese momento crucial de la historia me exigía¨.
Y mirándolo desde sus profundas
cuencas le increpa:¨ ¿Qué
habéis hecho vosotros con los dones que os trasmití para emplearlos y
multiplicarlos de acuerdo a vuestras capacidades?¨ … …¨-¿Qué
crees que pienso acerca de la entrega de la soberanía de la salud a la Misión
Cubana, a una nación de extraña idiosincrasia y torcidos intereses a quien se
ha pagado para que nos invada y pisotee y en forma intencionada deje perder la
excelencia de los estudios médicos que tanto costó al desinterés, la
inteligencia y la entrega? Yo no cohonestaría el atropello a la madre
embarazada, al bendito producto que lleva dentro de su vientre, a la comida
adulterada y venenosa que en cajas se sirve al hambriento para enriquecer más a
unos pocos; a la adolescente marginal a quien se regala un bono para que siga y
siga pariendo futuros cadáveres o niños de bajo peso cerebral donde la idiocia
y la manipulación futura merodean; las epidemias que muestran picos letales en
las gráficas de malaria, difteria, tuberculosis, e infecciones de toda ralea
siempre ocultadas por los ministros de salud de turno; la destrucción
inmisericorde y cobarde de hospitales, institutos universitarios, inapreciables
acervos de la nación; una oposición que no la es, fábrica de colaboradores
participantes en el festín de lo poco que queda… La tolerancia cobarde y
cómplice actual sería incompatible con mi honestidad y rectitud¨.
Entonces
el Dr Muci Mendoza retoma la palabra y dice a su Maestro: en consideración de lo antes expuesto y entendiendo
que la salud es un derecho fundamental reconocido por nuestra Carta Magna… …Exigimos a las autoridades del
Gobierno Nacional, el reconocimiento de la emergencia compleja que
sufre la Nación… …El Estado no puede permanecer ciego, sordo
y mudo ante este real genocidio; por ello, más que exhortar, exigimos con
urgencia al Gobierno Nacional, para que cumpla con sus obligaciones y
comprometa su voluntad de aplicar en el marco de la Constitución, los Acuerdos
y Tratados Internacionales y las leyes, sin dilación ni restricción alguna,
las medidas necesarias para subsanar las fallas y carencias del presente,
que impiden garantizar el derecho fundamental a la salud de todos y cada uno de
quienes vivimos en Venezuela.
Finalmente el conferencista habrá de
concluir su imaginaria conversación ante su Maestro, expresándose así… A pesar de los casi dos siglos y medio, 232 años,
transcurridos desde el nacimiento del doctor Vargas en La Guaira, de la
veneración de su pueblo por la pulcritud y moral de sus ejecutorias, que, por
supuesto, produce gran envidia entre quienes nos gobiernan, tal vez recordemos
sólo su nombre, no el camino al cual nos invitó a recorrer, el de la
perfectibilidad, la honestidad, la moral, la ética y la bondad ciudadana y por
sobre todo el compromiso con la patria…
…Oímos a menudo que no tenemos nada que celebrar en este día, el Día del
Médico: ¿Cómo no celebrar…? No han podido destruirnos, somos ricos, tenemos
amplias reservas morales y éticas, cumplimos con nuestras responsabilidades en
las peores condiciones, tenemos alumnos a quienes guiar en medio del caos,
podemos acompañar a nuestros pacientes con nuestra presencia aunque parezca que
no hay nada que hacer por ellos, les brindamos consuelo aunque sabemos que
mucho más podría hacerse y se hará porque este mal llegará a su fin en el
tiempo de Dios, nunca temprano, nunca retrasado, en aquel instante menos
pensado. ¡Arriba corazones, a celebrar que somos médicos y que todavía vivimos
para revalidar la magia, del curar por influjo de nuestra mera presencia…!
He
aquí condensados, algunos retazos de parte del brillante discurso del Dr Rafael
Muci Mendoza hace unos días y quiero adelantarme solicitando a Uds que puedan excusar
mi atrevimiento al modificar la estructura del mismo y a fragmentarlo para
intentar adaptarlo al espacio de este blog lapesteloca .
Maracaibo, 15 de marzo de 2018
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