viernes, 16 de marzo de 2018

El sabio Dr JM Vargas el día del médico



El sabio Dr JM Vargas el día del médico

El Discurso de Orden del Doctor Rafael Muci-Mendoza con motivo de la sesión extraordinaria de la Academia Nacional de Medicina de Venezuela el Día del Médico, sábado 10 de marzo de 2018 fue memorable.  Me he atrevido a tomar retazos del mismo para destacar una  imaginaria conversación entre él, conferencista ante los Académicos y ante el país, con el sabio Doctor José María Vargas (1786-1854), Padre de la Medicina Venezolana, reformador de los estudios médicos en el país y primer presidente civil de la república, quien desde su estatua de mármol en el patio de hospital, hablará con el conferencista…
…Será entonces el Dr Vargas quien se dirige a Rafael Muci y le preguntará: -“¿Qué pasa en el afuera…? Veo muchas gentes bullangueras, empobrecidas y entregadas a su sino entrando en mi recinto cuyos rostros son trasunto de sufrimiento, de severa desnutrición y desesperanza, y se me antojan galeotes, esclavos privados de libertad, condenados a remar hacia la nada en las galeras, casi que la peor de todas las condenas en vida; otros parecen reos que ascienden al patíbulo hacia la muerte sin redención, donde serán ejecutados sin clemencia aunque poca culpa tengan de su suerte…”.
El Dr Rafael Muci Mendoza, le interrumpirá para responderle de esta manera: No podrá creerlo Maestro, pero nuestro país sufre adolorido de una emergencia compleja, suerte de crisis humanitaria muy grave, para colmo negada, que viene a ser el resultado de una mixtura de inestabilidad política creada y mantenida por el Estado, conflictos y violencia y tremendas desigualdades sociales producto de una pobreza agravada. Pero además, es esta una crisis prolongada traída a escena por una gobernanza débil y malvada, con una crisis alimentaria continuada, colapso de los medios de vida ante una pasmosa y delincuencial indiferencia, y ninguna capacidad institucional para reaccionar ante esta crisis. Esta situación coyuntural es fundamentalmente de carácter político pero ha hecho mella en la estabilidad cultural, civil, política, moral y económica de la sociedad venezolana, sobre todo cuando se han visto agravadas por contingencias naturales de abandono criminal, pues un plan oculto y macabro ha llevado a la población a niveles tan elevados de insalubridad y depauperación como para que ya no tenga fuerzas ni resistencia para alzar una protesta, y de entre ellas, la reemergencia de pestilencias epidémicas antaño controladas por mano sabia como el paludismo que ahora contando las recaídas, asciende a la cota del millón de casos, la difteria, sarampión, difteria, tosferina o enfermedades controladas por vacuna aún existentes dejaron de ser aplicadas; el zika, chikungunya, dengue y fiebre amarilla y el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (VIH/SIDA)…, ¿Qué ocurrirá con el virus del polio también ignorado por el atalayero adormilado?; y como si fuera poco por el ascenso sin detención de las mortalidades materna – la tasa aumentó en 30% desde 1998-, infantil, neonatal, y de las enfermedades crónicas no transmisibles; la desnutrición está afectando ya a 1.3 millones de personas y en promedio cinco o seis niños mueren cada semana por este nuevo jinete de la Apocalipsis;  todas, en su conjunto marcadores del desamparo e irresponsabilidad del Estado, del retroceso sanitario y del sufrimiento, menoscabando los medios de vida y acentuando aún más la pobreza… La enfermedad cardiovascular abandonada, se cerraron los servicios de cirugía cardiovascular, hay buena voluntad médica pero no hay marcapasos ni stents… 43 jóvenes mueren diariamente por causa de la violencia apadrinada desde el alto gobierno. Una medicina del siglo XIX mal hecha… Un retroceso sanitario de 25 o 30 años… Y todavía quieren seguir destruyendo para mantenerse en el poder…¨…¨Nuestro país ha devenido en gigantesco Campo de Concentración donde se mantienen secuestrados a 30 millones de venezolanos los cuales son fríamente sometidos a un exterminio general por hambre, enfermedad y falta de medicinas debido al deterioro del poder adquisitivo y la hiperinflación, donde los niños y ancianos están muriendo por cientos de miles, donde el colapso de su economía sólo es comparable con naciones que han sido devastadas por la guerra o por una catástrofe ambiental y económica como sequía o inundaciones.  Una crisis humanitaria que fue denunciada y declarada por la Asamblea Nacional, el 26 de enero de 2016 y de inmediato, su existencia fue negada por el Gobierno Nacional. De la misma forma, la Ley Especial para atender la emergencia aprobada el 21 de abril de 2016, fue rechazada por el Tribunal Supremo de Justicia.
El Dr José María Vargas volverá a interpelar al conferencista y le dice: ¨Este Hospital erigido en mi homenaje y muchos otros a lo largo y ancho del territorio patrio, hoy por obra de insignificantes hombrecitos llenos de complejos y odio febril y sin realizaciones que mostrar, destruida su moral y ética desde sus cimientos, quieren tergiversar la historia, enalteciendo a un guerrillero argentino quien en nombre de una justicia social que nunca conoció, asesinó sin juicio previo en Sierra Maestra, Santa Clara y La Cabaña. ¿Cómo les han permitido tanto…? Me pregunto…¨   …¨La Universidad que yo hice laica y progresista para ayudar al crecimiento de la nación; la medicina que yo reformé e hice científica por mandato de nuestro Libertador Simón Bolívar para que ayudara a todos, ricos y desposeídos, ha sufrido abismal transformación negativa, enseñada la medicina ahora como vil estrategia, servil a los más bajos intereses de la política internacional cubana, donde se da a entender que se ayuda cuando sólo se pretende someter mediante la penetración política e ideológica y la dádiva y cuando el derecho a la salud es ignorado: El mendrugo engañoso que oculta una precaria, inefectiva e irreflexiva manera de hacer medicina, una oferta engañosa, una vil estafa hacia estos jóvenes desprevenidos hoy también migrantes y no deseados en ningún país latinoamericano. Los médicos desunidos, sin brújula y sin sextante, ciegos y sordos funcionales, asustados, dicen que no quieren meterse en política y por tanto dejan hacer y se transforman en colaboradores activos de maneras ruines de hacer…   ¿Es que acaso son de fibra espuria? ¿Es que mi ejemplo de nada les sirvió? Lejos de apoyar a la medicina venezolana y resistir presiones y tentaciones, algunos se van en pos de una Misión Milagro que privilegia a extraños sobre propios; viajan a lugares distantes de América buscando pacientes para ser operados de cataratas en Venezuela cuando ellos muy bien saben, que los suyos propios, olvidados y desesperanzados deberán esperar largas jornadas para ser intervenidos o no serlos nunca. Yo tampoco quise entonces hacer política, pero las circunstancias por las cuales transcurría mi patria, me indujeron a decir con palabra sonora y firme, ¨¡Acepto!¨, echando sobre mis hombros el peso que el pueblo venezolano en ese momento crucial de la historia me exigía¨.
Y mirándolo desde sus profundas cuencas le increpa:¨ ¿Qué habéis hecho vosotros con los dones que os trasmití para emplearlos y multiplicarlos de acuerdo a vuestras capacidades?¨     ¨-¿Qué crees que pienso acerca de la entrega de la soberanía de la salud a la Misión Cubana, a una nación de extraña idiosincrasia y torcidos intereses a quien se ha pagado para que nos invada y pisotee y en forma intencionada deje perder la excelencia de los estudios médicos que tanto costó al desinterés, la inteligencia y la entrega? Yo no cohonestaría el atropello a la madre embarazada, al bendito producto que lleva dentro de su vientre, a la comida adulterada y venenosa que en cajas se sirve al hambriento para enriquecer más a unos pocos; a la adolescente marginal a quien se regala un bono para que siga y siga pariendo futuros cadáveres o niños de bajo peso cerebral donde la idiocia y la manipulación futura merodean; las epidemias que muestran picos letales en las gráficas de malaria, difteria, tuberculosis, e infecciones de toda ralea siempre ocultadas por los ministros de salud de turno; la destrucción inmisericorde y cobarde de hospitales, institutos universitarios, inapreciables acervos de la nación; una oposición que no la es, fábrica de colaboradores participantes en el festín de lo poco que queda…  La tolerancia cobarde y cómplice actual sería incompatible con mi honestidad y rectitud¨.
Entonces el Dr Muci Mendoza retoma la palabra y dice a su Maestro: en consideración de lo antes expuesto y entendiendo que la salud es un derecho fundamental reconocido por nuestra Carta Magna…Exigimos a las autoridades del Gobierno Nacional, el reconocimiento de  la emergencia compleja que sufre la Nación  …El Estado no puede permanecer ciego, sordo y mudo ante este real genocidio; por ello, más que exhortar, exigimos con urgencia al Gobierno Nacional, para que cumpla con sus obligaciones y comprometa su voluntad de aplicar en el marco de la Constitución, los Acuerdos y Tratados Internacionales y las leyes, sin dilación ni restricción alguna, las  medidas necesarias para subsanar las fallas y carencias del presente, que impiden garantizar el derecho fundamental a la salud de todos y cada uno de quienes vivimos en Venezuela.
Finalmente el conferencista habrá de concluir su imaginaria conversación ante su Maestro, expresándose así…   A pesar de los casi dos siglos y medio, 232 años, transcurridos desde el nacimiento del doctor Vargas en La Guaira, de la veneración de su pueblo por la pulcritud y moral de sus ejecutorias, que, por supuesto, produce gran envidia entre quienes nos gobiernan, tal vez recordemos sólo su nombre, no el camino al cual nos invitó a recorrer, el de la perfectibilidad, la honestidad, la moral, la ética y la bondad ciudadana y por sobre todo el compromiso con la patria…   …Oímos a menudo que no tenemos nada que celebrar en este día, el Día del Médico: ¿Cómo no celebrar…? No han podido destruirnos, somos ricos, tenemos amplias reservas morales y éticas, cumplimos con nuestras responsabilidades en las peores condiciones, tenemos alumnos a quienes guiar en medio del caos, podemos acompañar a nuestros pacientes con nuestra presencia aunque parezca que no hay nada que hacer por ellos, les brindamos consuelo aunque sabemos que mucho más podría hacerse y se hará porque este mal llegará a su fin en el tiempo de Dios, nunca temprano, nunca retrasado, en aquel instante menos pensado. ¡Arriba corazones, a celebrar que somos médicos y que todavía vivimos para revalidar la magia, del curar por influjo de nuestra mera presencia…!
He aquí condensados, algunos retazos de parte del brillante discurso del Dr Rafael Muci Mendoza hace unos días y quiero adelantarme solicitando a Uds que puedan excusar mi atrevimiento al modificar la estructura del mismo y a fragmentarlo para intentar adaptarlo al espacio de este blog lapesteloca .
Maracaibo, 15 de marzo de 2018

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