sábado, 14 de octubre de 2017

Jenner: ¿un virus de vacas y caballos?





Jenner: ¿un virus de vacas y caballos?

En el volumen 173 de la revista Veterinary Records del añ0 2013, nuestro apreciado colega maracucho José Esparza publicó un trabajo señalando un interesante misterio sobre las vacunas para la viruela, tan conocidas son, que todos ostentamos en el brazo la marca que en la infancia nos dejó su inoculación. Las “vacunas” se llaman así, por las vacas, pero según nos reveló nuestro colega, las “vacunas” originalmente quizás pudieron ser de naturaleza equina, o sea que su origen no era de vacas sino de caballos…  Esparza señalaba que habiendo tan pocos casos descritos de viruela-equina, el misterio pudiese ser difícil de esclarecer. Hace un par de días, en la prestigiosa revista New England Journal of Medicine volvería José Esparza con varios colegas suyos a retomar el tema. En una comunicación al Editor de la revista, el trabajo intitulado “An Early American Smallpox Vaccine Based on Horsepox” fue firmada por Livia Schrick, Simon H. Tausch, Andreas Nitsche y P. Wojciech Dabrowski, del Instituto Robert Koch en Berlín, Alemania; por Clarissa R. Damaso de la Universidad Federal de Rio de Janeiro en Rio de Janeiro, Brasil; y por José Esparza trabajando actualmente en la Escuela de Medicina de la Universidad de Maryland, en Baltimore, Estados Unidos.

En 1798, Edward Jenner notó lo poco usual que era hallar casos de viruela en las lecheras. La viruela era una enfermedad que las dejaría marcadas, o desfiguradas si sobrevivían a la infección, y no conocía casos de viruela en las mujeres encargadas del ordeño y cuidado de la vacas. A Jenner se le ocurrió pensar que la razón de esta particularidad podría provenir de que ellas, las lecheras, tal vez se infectaba con viruela bovina, una enfermedad que padece el ganado bovino que produce molestias menores en quienes se infectan al manipular los animales. Jenner entonces decidió tomar costras y pus de las lesiones de las manos de una de las lecheras infectadas e inocularlo en un brazo a un niño de ocho años. El niño quedó protegido contra la viruela. Así fue como durante décadas las costras o el pus de lesiones de las vacas con viruela-bovina fue usada en miles de brazos para proteger, “vacunar” a los humanos, y llegar a erradicar la viruela totalmente para el año 1980. 
 
Sin embargo, nunca quedó aclarado, y el mismo Jenner no sabía si realmente el material que él mismo había utilizado era de viruela vacuna,  pues era posible que la viruela equina también afectase a las vacas y entonces se hubiese utilizado una protección de origen equino y no bovino. José Esparza y sus colegas investigadores de Alemania y de Brasil han demostrado que este asunto no está totalmente esclarecido y que el virus que se usa modernamente en las vacunas para la viruela quizás no es ni bovino ni equino y pudiera ser otro virus que tal vez infecte otras especies animales, quizás roedores, o que posiblemente se ha venido modificando en los laboratorios con el paso del tiempo.  
Para arribar a tan interesantes conclusiones, los investigadores que escribieron la carta al New England Journal of Medicine, analizaron una vacuna para la viruela preparada en 1902 por la Compañía H-K- Mulford de Filadelfia de Sharpe And Dohme en 1929 y extrajeron el ADN dela vacuna glicerinada realizando una amplificación de su genoma a través de sus secuencias usando el kit de TruSeq Nano DNA. Subsecuentemente el ADN fue examinado en un Illumina MiSeq, para luego, la secuencia obtenida ser ensamblada a un genoma ya precisado (GenBank accession number, MF477237; 196,464 bp) y con la ayuda de los recursos de Bioinformatica proporcionados por el SPAdes Genome Assembler se hizo un análisis filogenético apoyándose en la organización conocida de las secuencias del genoma de los orthopoxvirus a través de un software en versión 7.205.

Las similitudes halladas en el genoma viral de la muestra de vacuna Mulford 1902 es similar en un 99.7% al virus de la viruela-equina. Curiosamente las supresiones en los extremos de las secuencias son similares a las de virus de la viruela pero no se parecen a los de la viruela bovina ni a la equina. Estas evidencias parecen apuntar a que era equino y no bovino el virus que se ha utilizado para protegernos contra la viruela. Finalmente el origen de la vacuna Mulford de 1902 proviene seguramente de Europa ya que no existe viruela equina en América.

Según el Dr David Evans Jefe del Departamento Medical Microbiología e Immunología Médica de la Universidad de Alberta en Canadá y experto en estos grandes virus virus ADN conocidos por la viruela en los humanos y las mixomatosis en conejos, diría; “hay evidencias de que el virus bovino se adaptó compartiendo caracteres del virus equino, por lo que seguramente el virus de la vacuna de Jenner era también virus equino”. Los doctores Damaso y Esparza esperan continuar su investigación revisando otros recipientes de vacuna porque según diría José Esparza. “Resolver misterios es parte de la naturaleza de los humanos”.

Maracaibo, 13 de octubre del año 2017

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