Las “Cinco
esquinas” de Vargas Llosa
Desde la época cuando se hizo pública
la relación de Vargas Llosa con Isabel Preysler, se ha especulado sobre su posible
boda. El pasado mes de marzo, el escritor Mario Vargas Llosa llegó a su ciudad
natal, Arequipa, acompañado de su novia Isabel Preysler, para celebrar su 81
cumpleaños y en esa oportunidad, Julio
José Iglesias, el hijo más cercano del clan Preysler, al asegurar que están muy
enamorados confirmó que se casarán este año 2017. Hace ya más de un año
(03/03/2016) que Vargas
Llosa presentó su última novela en la sede de Casa América, en Madrid, frente a
la Plaza de la Cibeles y una semana después, en el Salón de las Columnas del
Círculo de Bellas Artes, en la madrileña calle de Alcalá. Desde entonces se han
expresado opiniones diversas sobre esta obra, que ha sido calificada por algunos
críticos como “novela póstuma”, para
otros “novela mediana”, o “una obra menor”, “una venganza de la ficción contra Fujimori” y hasta se ha dicho que
es “una novela que no merece la pena
leer”. Por razones comprensibles para quienes saben cómo vivimos los
venezolanos de esta cruel época, no había tenido la oportunidad de leer la
novela que se titula “Cinco esquinas”,
y aprovecho ahora que he podido hacerlo para comentar algunos aspectos de la
misma.
Como escritor, (o escribidor diría parodiando al autor de “La tía Julia…”), de novelas, he leído
a releído las obras de Vargas Llosa desde “La
ciudad y los perros” y “La casa
verde” hasta “Conversación en La
Catedral”, “La guerra del fin del mundo”, “Pantaleón y las visitadoras”, “El paraíso
en la otra esquina”, “La fiesta del Chivo”, “Travesuras de una niña mala”, “Los cuadernos de don Rigoberto” y dejo
sin mencionar unas cuantas para insistir en que bien merecido tuvo el Nobel de
Literatura el año 2010. Además el escritor peruano es ganador del Premio
Leopoldo Alas (1959), Premio Biblioteca
Breve (1963), Premio Rómulo Gallegos
(1967), Premio Príncipe de Asturias de las Letras (1986), Premio Planeta (1993)
y el Premio Cervantes (1994) entre otros, y el año 2011, recibió de Juan Carlos
I de España el título de Marqués de Vargas Llosa. No obstante su nueva novela ha tenido que enfrentar el
escrutinio de críticos y lectores y al parecer no sale bien parada pues lo que
pareció iniciarse con un publicitado primer capítulo sobre la relación lésbica
de dos mujeres de la alta sociedad peruana, según algunos transformaría un “thriller político” en un “fresco
de la sociedad peruana”. Escribir una “obra menor” al final de su carrera
literaria no ha sido algo inusual y se ha señalado al Gabo con sus “Memorias de mis putas tristes” y a
Saramago con “El viaje del elefante” para
destacar que Vargas Llosa tendría variadas razones para escribir sus “Cinco esquinas”.
En “Cinco esquinas”, Vargas Llosa
ofrece un retrato del Perú gobernado por Fujimori en los años 90, la época de Sendero Luminoso y del Movimiento Revolucionario
Túpac Amaru, y del siniestro Vladimiro Montesinos quien aparece en la novela
como el “Doctor”, jefe de Inteligencia del presidente, pero el tema principal se
refiere al periodismo amarillista y Vargas Llosa habla de los “periodistas” de
farándula ya que los ha padecido en carne propia desde que es novio de la
Isabel Preysler la hispano-filipina de gran popularidad en la prensa rosa
española, madre de los cantantes Enrique Iglesias y Julio Iglesias, Jr., y
también de Chábeli Iglesias, fruto de su matrimonio con el cantante Julio
Iglesias; de Tamara Falcó, fruto de su matrimonio con Carlos Falcó, marqués de
Griñón; y de Ana Boyer, fruto de su matrimonio con Miguel Boyer, ex ministro de
Hacienda de España, con quien permaneció casada hasta el fallecimiento de éste
en 2014. Ante una pregunta al escritor sobre si estaba consciente de que lo
escrito sobre el periodismo amarillista se leería pensando en su relación con
Isabel Preysler, Vargas Llosa respondió: “La última versión la escribí cuando vivía
los estragos del periodismo amarillo. Inconscientemente tal vez ha influido.
Nunca pensé que me vería envuelto en un escándalo informativo de esa magnitud.
Al mismo tiempo fue una experiencia muy instructiva para escribir esa parte”.
Montesinos, aparecerá
como “el Doctor” y será el jefe del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), que
utilizará la prensa de farándula para arrancarle la respetabilidad pública a
los detractores del gobierno de Fujimori, controlando las voces disidentes
mediante el periodismo amarillista. “Cinco
esquinas” es una novela sobre el periodismo utilizado como un arma para
destruir honras, pero también quedará como un hecho cierto, y muy evidente, que
vemos aparecer la novela en el año en que Keiko Fujimori, recién había pasado a
la segunda vuelta en las elecciones presidenciales del Perú, lo que hace
comprensible la idea de que el escritor con “Cinco esquinas” logrará un ajuste de cuentas con la tiranía de
Fujimori y de paso con la alta burguesía limeña, de hinojos ante cualquier
sátrapa que haga con el poder.
“Cinco esquinas” narra la
historia de cuatro personajes: el ingeniero de minas Enrique Cárdenas, el
periodista de farándula Rolando Garro, su colaboradora Juliana Leguizamón “la
Retaquita”, y del recitador caído en desgracia Juan Peineta. Sus vidas se unen
por la tragedia del periodismo farandulero y amarillista de la revista “Destapes”
que dirige Garro quien tratará de chantajear al ingeniero y será asesinado.
Esta situación no será tratada como en la clásica novela policial, ya que no se
le ofrecen pistas al lector ni se va hacia un desenlace oculto, la novela por
el contrario desde el primer capítulo adelanta un idilio erótico entre dos
limeñas burguesas, Marisa y Chabela, una de ellas la mujer del ingeniero
Cárdenas. En más de 300 páginas de la novela, el autor mezcla el erotismo, con el
periodismo amarillista y la corrupción, modalidad escritural del Nobel que alguien
ha denominado “el erotismo póstumo de
Vargas Llosa”, pues resulta ser una
novedad. Ni en “Las Travesuras de una niña mala”, o en “Los cuadernos de don Rigoberto”, o en las implicaciones sexuales
de “El sueño del celta”, el laureado
escritor se habría recreado en el erotismo como en estas “Cinco esquinas”, desde el primer publicitado capítulo (aparecería
antes de ser publicada como preámbulo, especie de abre-boca de carácter
comercial), hasta el último titulado “Happy end”. De manera que debemos señalar que a pesar del relajo o la huachafería peruana, del
arribismo limeño, la corrupción política, el erotismo transgresor, la degradación moral y el fracaso personal de
algunos de los personajes, el final de “Cinco
Esquinas” es feliz, y veremos como triunfará el bien y las buenas
costumbres de la clase peruana que siempre vivió de espaldas a la realidad
política y social de su país.
Maracaibo 16 de
mayo del año 2017
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