sábado, 12 de junio de 2021

Gisela Kozak

Gisela Kozak

Gisela Kozak fue por décadas profesora en la Universidad Central de Venezuela y es columnista del portal Letras Libres, donde hizo reflexiones de un realismo extremo, con el título “Venezuela desahuciada… Entre las muchas obras de narrativa y ensayo, de Gisela Kozak se cuentan Latidos de Caracas (Alfaguara, 2006) y Siete sellos: historias de la Venezuela Revolucionaria, (Kalathos, 2017).

 

Gisela Kozak obtuvo el Premio Sylvia Molloy, de la Asociación de Estudios Latinoamericanos, LASA (2009). Ella lleva menos de cuatro años en Ciudad de México, donde es investigadora de la Universidad Autónoma de México y evoca su exilio traumático como, “una de esas típicas huidas de los latinoamericanos”. …“Quizá solo un capitalismo “a la china”, podría remediar la atroz crisis humanitaria, ya mismo, antes de cualquier evolución democrática”.

Conocemos por experiencia el enorme valor de quienes permanecen en el país bajo dictadura. Esa resistencia rinde sus frutos luego, en la transición democrática. Pero en Venezuela no se ve el horizonte. ¿Cómo describirías el campo cultural que permanece en el país de Maduro?

“Nuestro país tiene una suerte de cultura de guerra, sin que la haya habido. En efecto, persisten unos pocos enclaves que se financian a través de iniciativas de mecenazgo privado están el centro La Hacienda de la Trinidad, la revista digital Letralia, portales como Trópico Absoluto, que sobreviven, no como negocio, sino como espacios de resistencia ética, ajenos al ruido de la miseria e incluso de la oposición, en esa vida cotidiana espantosa, sin agua ni electricidad, con problemas de energía”

A la pregunta de ¿Cómo describirías el campo cultural que permanece en el país de Maduro? Gisela Kozak respondería: –Nuestro país tiene una suerte de cultura de guerra, sin que la haya habido. En efecto, persisten unos pocos enclaves que se financian a través de iniciativas de mecenazgo privado. Es el caso de La Poeteca, sustentada por un empresario venezolano; y de Los Galpones y otras librerías que funcionan como centros culturales. Además, están el centro La Hacienda de la Trinidad, la revista digital Letralia, portales como Trópico Absoluto… Sobreviven, no como negocio, claro, sino como espacios de resistencia ética, ajenos al ruido de la miseria e incluso de la oposición, en esa vida cotidiana espantosa, sin agua ni electricidad, con problemas de energía.

–Mencionabas esos enclaves con esfuerzos de continuidad crítica…La cultura oficial relanzó el premio Rómulo Gallegos; sin embargo, en Venezuela ya casi no hay libros…Todas las editoriales transnacional salieron del país, lisa y llanamente porque no les pueden pagar derechos a sus autores. Debido al control de cambio estricto, no podían enviar ganancias a la casa matriz. Les pasó lo que a muchas otras empresas de Venezuela, tuvieron que levantar. No llegan libros más que en modo ilegal, por pdfs.

–¿En Los Galpones tampoco; o importan libros por las suyas?Ya no, muy pocos. Eso lo hacía su propietario anterior; llegaba con maletas de libros comprados de su bolsillo para vender. Pero el mercado editorial se desmoronó al completo, librerías e imprentas, distribuidoras, las casas editoras... Existe una editorial muy importante Alfa Editorial, que pasó por la Argentina. Ha sido muy perseguida. Su dueño, Ulises Milla, hoy vive en Barcelona y tiene su fondo en Amazon. Allí puedes conseguir los libros de venezolanos, on demand o e-book, lo que sostiene el lazo con la diáspora. Pero eso no sustituye el circuito del libro. Los venezolanos más leídos son aquellos que han llegado a las editoriales importantes, como Rodrigo Blanco Calderón o Karina Sainz Borgo…

El mercado del libro funciona a través de las grandes editoriales, admitamos; entonces, por ejemplo, aunque los autores somos conseguibles a través de estas editoriales que ponen sus libros en Amazon y en otras plataformas, nos limita el hecho de no estar publicados por las grandes editoriales… …La literatura y el pensamiento venezolanos, aunque están en digital, no son conocidos, no logran trascender.

Maracaibo, sábado 12 de junio del 2021

 

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