Más de Karina Sainz Borgo
Cuando la periodista venezolana Karina Sainz Borgo ganó el prestigioso O. Henry Prize de EEUU, registramos (https://bit.ly/3wJka5i) en este blog su importancia y hoy quiero regresar para ampliar el exitoso trabajo de esta joven escritora venezolana desde cuando publicó su primera novela de ficción La hija de la española-Edt Lumen 2019-. En aquel momento, ya se habían vendido sus derechos de traducción para veintidós idiomas. Con su novela, ella ganaría el International Literary Prize, fue finalista del Kulturhuset Stadsteatern Stockholm y era nominada al LiBeraturpreis. En NPR, Time y The New York Times de la versión inglesa, aparecerían reseñas privadas y la versión francesa, publicada por Gallimard, ganó la categoría de novela extranjera del Grand Prix L’Héroïne Madame Figaro 2020.
Karina dice que al día de hoy desconoce cuántos factores influyeron para que su primera novela generara tanto interés pero vista en perspectiva, La hija de la española es una historia de la pérdida: de las certezas del país, de la madre, de los proyectos, de la identidad individual tras ser arrasada por una tragedia autoritaria y una situación que sin duda sobrepasa a quien la vive. Ella confiesa que "Más que explorar una vulnerabilidad, procuro describir la naturaleza de quienes resisten porque no tienen otra opción".
Es evidente que lo que ha pasado con La hija de la española es impresionante para cualquier primera novela de cualquier parte del mundo. Su segunda novela es El Tercer País, y salió justo dos años después del éxito de la primera, y ya fue pulicada en la misma editorial. La nueva novela arrancó con buen pie, pues nació en un relato, “Tijeras”, que ganaría el premio de cuento O. Henry y fue seleccionado por la escritora nigeriana Chimananda Ngozie Adichie para la edición de Granta que reúne a los ganadores de ese certamen.
El Tercer País es el nombre del cementerio improvisado en el núcleo del mundo de refugiados, guerrilleros, contrabandistas y demás sobrevivientes en el que Karina Sainz Borgo hace coincidir a sus dos protagonistas: una mujer que asume la tarea de enterrar a quienes no tienen cómo pagar su entierro y otra que acepta sus servicios y se une a ella, atrapada en una frontera que es como un purgatorio. En ese Tercer País, Karina nunca nombra a Colombia o a Venezuela.
Hace unos días (el 28 de mayo, 2021) Rafael Osío Cabrices entrevistó a Karina Sainz Borgo y aprovecharé algunas de sus respuestas para completar información para os lectores; Osío Cabrices es periodista y escritor, graduado en la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas, quien ha sido reportero de El Nacional, profesor de crónica y jefe de redacción de las revistas Primicia y de El Librero. Ha publicado, entre otros títulos, Salitre en el corazón (2003), El horizonte encendido (2006) y La vida sigue (2008).
El entrevistador le comentará a Karina que también a él le daba mucha curiosidad el entender como la industria editorial global reaccionaba de la manera que lo hizo ante una primera novela de una venezolana, y que su obra resultaba ser un desesperado registro apocalíptico, especie de pesadilla, o de trauma que muchos han registrado con diversos grados de intensidad y de comprensión: el de ver tu mundo arder. Tanto La hija de la española como El tercer país son novelas protagonizadas por mujeres, pero no es solo eso, sino que los conflictos que enfrentan y la vulnerabilidad que las rodea suelen estar asociadas a la condición de mujer. Sabemos que la crisis venezolana afecta particularmente a las mujeres y las niñas. ¿Tus novelas también exploran esa vulnerabilidad particular?
Sainz Borgo le responderá: “No todos han tenido una infancia en Ocumare de la Costa, pero todos, hemos perdido esa infancia, y eso nos deja a la intemperie”… “Me crié rodeada de mujeres que valoraban el trabajo, la inteligencia y detestaban la queja. Me formé en la discreción, la compostura, la contención y la capacidad de resistencia. Fue algo que me condujo naturalmente a Elisa Lerner, a Susan Sontag o Doris Lessing. Más que explorar una vulnerabilidad, procuro describir la naturaleza de quienes resisten porque no tienen otra opción.
Osio Cabrices le preguntará a Karina: ¿Te sientes parte de la “literatura española” o de la “literatura venezolana”? y ella responderá: No creo en las literaturas nacionales, creo en la literatura a secas… Llegué a España con 23 años y desde entonces casi todas mis lecturas han estado marcadas por una relación distinta con el lenguaje: en el castellano descubrí palabras que parecían recubiertas de pan de oro y al mezclarlas con mi español encontré una caja de herramientas con el doble de tamaño. Creo que nunca se vuelve igual del siglo de Oro español, ni de los clásicos. Tamizada por la lengua, esa lectura incide en la propia escritura.
Cómo fue tu proceso para meterte dentro de los personajes de El Tercer País y de La hija de la española?, y lograr ver su mundo a través de sus ojos? Karina lo explica en el sentido de que: “las novelas tienen su propia lógica. Son en sí mismas un mundo y tienen el poder evocador y simbólico de las alegorías que es algo tremendo”…“La primera persona es uno de los registros que más me gustan, tiene fuerza, y convence”. Según ella misma, “la primera persona conmueve y refuerza la idea de que el lector y el protagonista saben lo mismo. Sin embargo referirá que no podía hacer lo mismo en El Tercer País. “No podía jugarle toda la novela a un narrador en primera persona, de manera que le añadí el registro de una tercera persona que está focalizada en uno de los personajes: Aurelio Ortiz, el alcalde”. “Este tipo de decisiones, confiesa Karina, “las llevé a cabo siguiendo mi intuición y, atendiendo a mis referentes literarios y lecturas, desde Ovidio hasta Rulfo…
Osio Cabrices le preguntó entonces, si acaso sus novelas, ¿No formarán un tercer país que no es físico sino literario? Un país hecho de memoria y emoción, un lugar intangible donde procesamos el duelo del país perdido, como un largo sueño, y pues hay algo también onírico en las novelas de Karina, que podrían estar describiendo un sueño. Ella le responderá afirmando: “Los únicos sueños que recuerda al levantarse suelen ocurrir en Venezuela Sueño que un delincuente sale de la nada, apunta con una pistola y me dispara en la frente. Caigo, tendida, pero en lugar de sangre, y de la herida sale jugo de guayaba. Así que puedo decir que en mis sueños me desangro en un charco de jugo de guayaba”.
Hasta aquí este ejercicio que ha pretendido tan solo destacar aspectos de la personalidad de esta brillante escritora venezolana confiando en que continuará hacia el futuro como una figura que dará nuevos e importantes frutos literarios.
Maracaibo, miércoles 2 de Junio del año 2021
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