domingo, 7 de octubre de 2018

¿Leyenda negra sobre los gatos?




 ¿Leyenda negra sobre los gatos?

La historia popular y generalizada  de cómo la gente en la Edad Media, por instigación de los clérigos mató a miles de gatos, y de que como consecuencia de esta situación  murió en un número aún mayor la gente durante la epidemia de 1340, es discutible. Quienes repiten esa conseja, no aclaran ni explican que en realidad no existen referencias que respalden tales afirmaciones. Nadie tiene datos precisos sobre una matanza general de gatos en el medioevo, ni de su conexión con la peste bubónica. La historia parece corresponder a eso que denominamos una leyenda urbana, o uno de los mitos urbanos donde culpan a la Iglesia medieval por algo que es producto de la cultura popular. Es posible imaginarse este tipo de cosas quizás provocadas por la Iglesia cuando se pensaba que el demonio podía tomar las formas de un sapo o de un gato, aunque nadie se molesta en verificar si realmente ocurrieron tales cosas. También es cierto que no hay que profundizar mucho en historia de la Edad Media para hallar un Guillermo de Auvernia, obispo de París, quien en 1230 afirmaba que el demonio podía tomar las formas de sapo o de gato, o recordar como Los Caballeros Templarios fueron acusados de herejía por el papa Clemente V en 1300 entre otras falacias por adorar a un gato negro, y se ha señalado que el Papa Inocencio VIII en1484 propugnaba el sacrificio de los gatos señalando que era algo bueno a los ojos de Dios, y que supuestamente la Iglesia propiciaba quemarlos en las fiestas populares…

Las pocas versiones de estas historias que se molestan en dar alguna justificación, afirman que los gatos fueron declarados siervos del mal por el  Papa Gregorio IX en 1232  y que él dijo que todos los gatos deberían ser asesinados. Eso suena específico y muy preciso pero sin evidencias reales. La bula papal Vox en Rama fue un “toro papal” emitido por Gregorio IX en 1232, o 1234 condenando una herejía alemana conocida como luciferina, que representaba una forma de adoración al diablo. Pero, es difícil asegurar que Gregorio IX declaró a todos los gatos malvados y ordenó su destrucción. Hay que señalar que en 1232 es más de un siglo antes de la primera aparición de la Peste Negra de 1347 de manera que cualquier masacre de gatos, en tiempos de Gregorio IX difícilmente influiría en la aparición de la peste bubónica. Si bien es cierto que la bula daba una descripción de algunas de las ceremonias de este grupo herético que incluían muchas ideas medievales espeluznantes e involucraban visiones de sapos gigantes, o la estatua de un gato negro que cobraba vida y hablaba con los iniciados, pero en ninguna parte de la bula se condena a todos los gatos o se llama a su matanza. Muchas de las afirmaciones sobre la supuesta masacre de gatos y la Peste Negra hacen referencia al libro “Gatos clásicos” de Donald W. Engels (1999; Classical Cats: The Rise and Fall of the Sacred Cat. Psychology Press). Engels quien es, o fue profesor asociado de historia en la Universidad de Arkansas es también el autor de un libro sobre la logística del ejército de Alejandro Magno.


Desde Bastet, la diosa egipcia de la armonía (representada como un gato o bien, una mujer con cabeza de gato) y hasta Freya, la diosa nórdica cuyo carruaje es empujado por felinos domésticos, la humanidad aparentemente encontró en el gato a un aliado poco común, que si bien no poseía características específicas como otros animales de trabajo domesticados previamente, su presencia y carácter depredador entre poblaciones humanas resultaba eficaz para ahuyentar a los roedores y a otros animales pequeños que amenazaban con comer o contaminar las cosechas de granos. Así podemos apreciar que existen variadas referencias pictóricas en el medioevo donde los gatos eran protegidos y aceptados como mascotas, especialmente por monjes. Los gatos eran realmente apreciados porque eran buenos controlando los roedores. Los bestiarios medievales hablan de cuán útiles son los gatos para atrapar ratones y ratas. Isidoro de Sevilla pensó que el nombre latino para el gato - cattus – provenía en realidad del verbo "atrapar” (ratones). La mayoría de los hogares mantuvieron a los gatos simplemente como mascotas. En libros de etiqueta sobre cómo se deben llevar las comidas formales, se habla de cómo los "perros y gatos" deben ser expulsados ​​del salón antes de que se sirvan los alimentos. En el siglo XIII Ancrene Wisse- en una guía para mujeres ermitañas, aconsejaba, "usted no poseerá ninguna bestia, mis queridas hermanas, excepto un gato".  Lejos de ser virtualmente eliminados, es evidente que a los medievales les gustaban los gatos. Obsérvese un grabado de la época donde los gatos están cazando ratones. 

Existe un cuento popular europeo recopilado en 1500 por Giovanni Francesco Straparola en su novela Las noches agradables, y otro en 1634 por Giambattista Basile como Cagliuso y es bien conocido el de Charles Perrault en 1697 como El gato maestro en su libro Cuentos de mamá ganso. En el cuento El Gato con Botas de Perrault, el marqués de Carabás es el personaje inventado por el Gato para que su amo, quien no era de cuna noble, se hiciera pasar por terrateniente. Todos creo que recuerdan la historia de “El gato con botas” (Il gatto con gli stivali” en Italiano, “Le chat botté” en Francés).  Recuerdos que relatan la inolvidable figura de un gato que amenazaba a los campesinos que trabajan para el ogro, obligándoles a decir que trabajan para el Marqués de Carabás, y en una versión más moderna, el gato con botas, que llega a un acuerdo con los campesinos por el que si dicen ser siervos del Marqués de Carabás entonces él los liberará de la tiranía del cruel ogro. La película animada titulada El gato con botas fue estrenada directamente en video en 1999 por Plaza Entertainment y El gato con botas apareció como un personaje en la película Shrek 2 con la voz de Antonio Banderas. En el cómic Xanadu, el principal héroe masculino, Tabbe Le Fauve, es un gato a imagen del gato con botas con influencia del personaje espadachín interpretado por Errol Flynn. Y es que… ¿Podemos acaso olvidar al Gato Félix?, ¿y a Silvestre? El perseguidor pero amigo de Piolín, ¿y a Garfield?, ¿y Tom el compañero de Jerry?, y, ¿el Gato Jims que lo escuchamos hablando andaluz detrás de los ratoncitos, el mexicano y el cubano? 
Bien, basta de gatos por hoy…

Maracaibo, 6 de Octubre de 2018

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