Una ópera y dos novelas
Klingsor es un personajede la ópera Parsifal del compositor alemán Richard Wagner (1813-1883).
Klingsor era un caballero de la Orden del rey Amfortas, quien siendo incapaz de
controlar su propia libido se castró a sí mismo y fue expulsado de la Orden con desprecio. Exiliado al
desierto, Klingsor construyó allí una tierra de placeres, donde era flanqueado
por una suerte de doncellas mitológicas llamadas las flores diabólicas y
gracias a ellas, logrará engatusar héroes y destronar reyes para así vengarse
de sus congéneres y desde aquel entonces intentar atrapar a los caballeros con
la idea de conseguir volver a su reino. Cuando el rey Titutel, ya anciano,
entregó la insignia de soberano a su hijo Amfortas, este en el ardor de la
juventud intentó combatir al diablo de Klingsor, a cuyo reino se dirigió
llevando la Sagrada Lanza con él, pero, fue seducido por una rubia borrascosa a
quien llamaban Herodías y se convirtió en una flor del infierno. Así fue como
la lanza cayó en poder de Klingsor quien se la clavó a Amfortas en el costado
provocándole una herida que sólo la propia lanza podría curar. El rey en su
retirada, sería escoltado por el anciano Gurnemanz, mas ardía una llaga en su
costado. ¡Era la herida del remordimiento que jamás querrá sanar!... Por eso era necesario conseguirla la lanza de
nuevo, pero todos aquellos que intentaron recuperarla de manos del brujo,
también sucumbieron. Sin embargo, el Grial había profetizado que un día
llegaría un hombre puro y gran conocedor de la pena...
El
escritor mexicano Jorge Volpi escribió En busca de Klingsor, una novela que relata la
búsqueda de Klingsor, un físico de primera línea que, en tiempos
del Tercer Reich, que aconsejaba a Hitler en materias científicas. La
novela fue ganadora del Premio Biblioteca Breve 1999, Seix Barral. Barcelona,
con gran éxito pues es de esos libros donde no se puede suspender la lectura. Una obra que se sucede en
los estertores del nazismo, aunque remite con frecuencia al lector a los
orígenes del III Reich. La novela ha sido estructurada como un policial o
novela de espionaje, un poco como las que popularizó el famoso escritor John Le
Carré. Pero especialmente es una incursión en la historia de la Física alemana
y veremos en ella a personajes que fueron reales científicos, como Heisenberg,
Stark, Bohr, Einstein y Von Neumann, quienes intervinieron de diversa manera o
directamente en los proyectos nazi o estadounidense en el diseño de la bomba
atómica. El principal personaje de ficción es un joven físico y teniente
norteamericano, Francis H. Bacon, a quien se le encarga la misión de descubrir
la identidad de Klingsor quien
supuestamente sería el consejero científico, secreto y privado, de Adolf
Hitler. Si no la ha leído, tiene que hacerlo.
Herman
Hesse escribió una novela corta, surrealista con el título de El
último verano de Klingsor. En ella Hesse describe los últimos
meses de la vida del pintor Klingsor, meses llenos de deseos de vivir y de
obsesión por el trabajo, en los que plantea el presentimiento de la muerte
próxima. El pintor naturalista quien vive su vida al tope, siempre exaltado a
causa de la pintura, la poesía y la bebida será denominado Klingsor, como el
personaje de la ópera Parsifal de Richard Wagner; el mago perverso y libidinoso
que desterrado, construye su propio reino de placeres. Nuestro personaje, el
pintor, tiene una gran imaginación creadora y una admiración exacerbada por un
poeta chino del siglo VIII, Li Tai Pe, y la lectura de sus poemas le hacen
acompañar su éxtasis con un reiterado delirio poético reflejo de la propia
situación del escritor en aquel momento: una encrucijada en que buena parte de
su vida anterior -la lucha por hacerse un nombre como escritor, el áspero
conflicto con su familia, su primer matrimonio y sus frutos- había tocado fin o
estaba a punto de hacerlo. Junto con Siddharta
y El lobo estepario, ésta es una de
las obras que hicieron célebre al gran escritor alemán y lo catapultaron al
Premio Nobel de Literatura de 1946.
Maracaibo 21 de agosto de 2017
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