La vacuna del VPH, nuevamente demandada…
La desconfianza a las vacunas no es nueva, se debe en gran parte al
artículo del doctor Andrew Wakefield, que en 1998 asoció la aplicación de la
vacuna triple viral (sarampión, parotiditis y rubéola) con el desarrollo de
autismo. El informe resultó falso, y aunque fue retractado, el autor perdió su
licencia médica. Los efectos del artículo
del británico doctor Wakefield, han impactado en distintos lugares del mundo. En Inglaterra, las enfermedades contagiosas
tuvieron repuntes como consecuencia del temor a las vacunas de los cuales aún
no se recuperan (The Telegraph 2009). Tras el rumor, se desató una
epidemia de parotiditis en el Reino Unido en 2005, con 43.378 casos, en tanto
que el sarampión aumentó a 1370 casos en 2008; para 2012 seguían registrándose
brotes. En
el norte de Nigeria, durante 2003 existió una campaña de vacunación contra
poliomelitis, pero se esparció el rumor de que las vacunas provocaban
esterilidad, y para el 2006, los cinco estados del norte nigeriano concentraban
más de la mitad de los casos mundiales de polio.
En Colombia el uso
de vacunas profilácticas contra virus del papiloma humano data del año 2006.
Para 2012 se inició la aplicación de la vacuna tetravalente en tres dosis. La
Dra. Lina María Trujillo, del Instituto Nacional de Cancerología, Colombia, Medscape
en Español comentó la forma en que
el caso fue ampliándose, A partir del año 2014, cuando un grupo de niñas
vacunadas presentó diversos síntomas, posiblemente asociados a una intoxicación
la inmunización disminuiría. Nunca se demostró un vínculo de causalidad, pero
el rumor se extendió y pronto se formó la asociación de víctimas de la vacuna,
liderada por la abogada, Mónica León del Río quien ya había presentado otras
demandas dadas a conocer por la “Asociación Reconstruyendo Esperanza” el año
2015, solicitando al gobierno colombiano generar un registro de casos con los
efectos adversos a las vacunas, y la tutela por parte del estado para las
menores consideradas víctimas. Una nueva demanda se presentó ocho días después de una realizada en Japón, y los argumentos utilizados en la denuncia japonesa son
similares a los del caso colombiano. La demanda es contra el gobierno, y contra
los productores de la vacuna, Glaxo Smith Kline (productora de Cervarix) y
Merck & Co (productora de Gardasil), por los problemas de salud
hipotéticamente asociados a Gardasil (incluyendo, cefaleas, dolor y mareos). La
solicitud es por una compensación de 15 millones de yenes por afectada,
aproximadamente 140.682 dólares americanos. La denuncia judicial colombiana busca
una indemnización grupal por 490.000,00 millones de pesos colombianos,
aproximadamente 30,5 millones de dólares norteamericanos.
La asociación, interpuso
la acción de grupo, el 4 de agosto en contra de la farmacéutica Merck Sharp
& Dohme, productora de Gardasil, y agrupa a 700 supuestas víctimas la
vacuna aplicada por el gobierno colombiano como medida de salud pública. Las
indemnizaciones por los daños causados debido a la aplicación de la vacuna
principalmente en el sistema inmunológico y neurológico, y se pide que se
declare que la vacuna no es segura. Sin embargo, la seguridad del uso de la
vacuna contra el virus del papiloma humano parece ser adecuada, y los efectos secundarios reportados con más
frecuencia son de gravedad menor, incluyendo dolor excesivo en la zona de
aplicación, cefaleas o mareos ocasionales, en tasas de 7,5 casos por cada 100
000 dosis. Los controles de seguridad han sido amplios, aprobando
requerimientos de la Food and Drug Administration (FDA) de Estados
Unidos, Centers for Disease Control and Prevention (CDC) y de la
Organización Mundial de la Salud (OMS), sin presentar alguna incidencia de
gravedad. El estudio más amplio sobre
este tema, dio seguimiento a más de dos millones de mujeres inoculadas.
Artículo de fecha 7 de agosto de 2017, en Medscape por Carlos Guevara-Casas
Maracaibo,
viernes 11 de agosto de 2017
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