Comencé por imaginar cómo
titularía esta crónica navideña y pensé que han sido muchos los artistas que
representaron a través de sus obras pictóricas y esculturas la estampa del
momento y el lugar en el que nació el niño Jesús. Lo cierto es que la
tradición del pesebre es muy antigua, y hay evidencias de su composición en
catacumbas del cristianismo primitivo, como también en antiguas iglesias y
lugares de peregrinación del culto cristiano.
En el año 1021 se realizó una
representación del Nacimiento con figuras inanimadas de arcilla o terracota, en
la iglesia de Santa María de Nápoles, de manera que fue en esa población
italiana donde realmente nació la tradición pesebrista por lo que el nombre
común de los belenes montados con figuras era conocido también como “pesebre
napolitano” (presepe napoletano) y puede decirse que alcanzó su
mayor difusión entre las familias y creyentes de Nápoles, en el siglo XV,
impulsada por el religioso italiano Cayetano de Thiene (San
Cayetano), quien trasladó la tradición desde las iglesias hasta los hogares,
poniendo de moda montar un pesebre en las casas particulares.
En el año 1223, Giovanni di
Pietro un italiano que sería conocido después como San
Francisco de Asís, decidió realizar con autorización del papa Honorio III, una
recreación del Nacimiento, con personas y animales en una
cueva cercana a la localidad de Greccio. Desde entonces, los
monjes de la orden franciscana creada por Giovanni di Pietro lo convirtieron en
una tradición navideña realizando la representación anualmente. San Francisco
de Asís sería quien dio origen al “pesebre viviente”.
A España llegó la costumbre de
montar ese tipo pesebres durante el Renacimiento y realmente se popularizó
hacia la segunda mitad del siglo XVIII, denominándoles “Belenes” costumbre que
llegó exportada desde Italia por el rey Carlos III de
España (anteriormente nombrado también rey de Nápoles donde se
acostumbraba a montar el presepe napoletano) y desde aquí se
difundió por las colonias y posesiones de la Corona Española (América,
Filipinas, e islas en el Pacífico) haciéndose muy popular montar un pesebre
coincidiendo con las fechas navideñas.
Pesebre, Belén, Nacimiento o
Portal, es una representación plástica de tamaño y materiales variables
del nacimiento de Jesús de Nazaret, evento que tradicionalmente se
ubica en un granero, una cueva o en un portal solitario, o un lugar para
alimentar a los animales. De hecho, la palabra pesebre designa
literalmente establo, que es donde, según la tradición, nació Jesús.
Los pesebres son
escenificaciones, en las que intervienen figuras o figurillas que representan a
quienes, según la tradición, estuvieron presentes en la venida al mundo del
hijo de Dios: la sagrada familia (José, María, y el niño Jesús), el arcángel
Gabriel y los tres Reyes Magos que vienen de Oriente, así como la mula y el
buey. Sin embargo, es común que aparezcan también pesebres de mayor tamaño
con otras figuras secundarias o terciarias, como pastorcillos con sus rebaños,
paseantes, bailarines, ángeles, etc. En 1.465 que fue fundada la primera fábrica
de pesebres navideños en París. La elaboración de los pesebres
suele corresponder a las familias,
las comunidades religiosas parroquiales o las instituciones educativas
y/o públicas. Era frecuente que se celebrasen certámenes para premiar la mejor
representación del nacimiento.
Los pesebres fueron incluso
empleados como herramienta de evangelización en la América hispana, a lo largo
del siglo XVIII, incorporando a su representación especies vegetales y animales
locales. Ya en el siglo XIX, eran tan popular que surgieron las primeras “Asociaciones
Belenistas” en Europa, y se llegó incluso a celebrar congresos
especializados en la materia. Sin embargo, hoy en día se considera una forma de
expresar libremente la fe católica y de celebrar la llegada de las fiestas
navideñas. Por esa razón, son muchas y muy variadas las costumbres actuales en torno al
pesebre.
El pesebre
venezolano se origina de las tradiciones españolas traídas a América por los
colonizadores. El pesebre se arma antes de la Navidad, generalmente el día 8 de
diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepción, y se deja en pie hasta el 2 de
febrero, fiesta de la Candelaria. La Navidad en el país es una festividad que
se acompaña con la música de villancicos y en el Zulia con las gaitas y existen
las “misas de gallo” y hasta hubo una tradición de patinadores,
ya casi todas estas tradiciones muy debilitadas o desaparecidas…
El pesebre siempre
fue una tradición en Venezuela. El primer domingo de diciembre, comenzaban las
celebraciones en los diferentes estados de Venezuela. En los estados andinos
Táchira, Mérida y Trujillo entre el 24 de diciembre y el 2 de febrero se
realiza la Paradura del Niño, que consiste en pasear al Niño Jesús en un
pañuelo de seda, con cantos y procesiones con complejos y elaborados pesebres.
El día de la celebración, músicos, cantantes, rezanderos y padrinos entonan
coplas pidiendo al Niño Dios que bendiga las casas y los campos. Cuando termina
el paseo de “la paradura”, el Niño es regresado y vuelto a colocar en el
Pesebre, pero de pie.
En casa, ya he
relatado como mi madre con sus ancestros tachirenses, iba con todos nosotros y sacábamos
las telas arrugadas y los bártulos del pesebre cada año, para con engrudo
coloreado con anilinas ir preparando las serranías donde colocaríamos los
conjuntos de casitas y pequeños personajes y animales, con calles en el coleto,
creando valles de aserrín pintado, con pastorcitos, ovejitas de anime y
muñequitos que estaban presentes, emergiendo cada año. Las figuras principales
del pesebre, la Virgen María, San José, la mula y el buey, esperaban ya
ubicados hasta la medianoche del 24 por el Niño Jesús. Además, estarían los
tres Reyes Magos que acostumbrábamos ir acercándolos hasta hacerlos presentes
el 6 de enero del año siguiente. Una cueva o la casita para albergar las
figuras centrales se lograba siempre y el piso de lama y musgo que teníamos la
precaución de haber guardado recogiéndolo en los páramos andinos durante las
vacaciones. De esa manera, todo el año, nos preparábamos para la próxima
Navidad.
Así lo hacíamos en
casa, también mi madre usaba algo que era común según sus tradiciones ya
heredadas por nosotros, ocultaría al principio al niño Jesús (retirado
físicamente de la escena), hasta la medianoche del 24 de diciembre, cuando se
haría presente pues se consideraba que por fin Jesucristo “había nacido”. Así
era la navidad en mi casa y lo hacíamos con un ritual de llevarlo al Niño Dios
en un pañuelo por la casa catando villancicos y tocando campanitas hasta
colocarlo en su sitio en medio del pesebre entre San José y la Virgen María…
Así era nuestra Navidad…
En Maracaibo, el jueves 25 de diciembre del año
2025
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