miércoles, 22 de agosto de 2018

Golpes en la vida de Milagros…





Golpes en la vida de Milagros…

Me atrevo, en este mi blog lapesteloca,  a recordar lo escrito hace ya muchos años por Milagros Mata Gil, en febrero del 2004 y publicado en “el gusano de luz”, que creo en estos días puede servir para… ¿Una re evaluación?
“Hoy siento que tengo 300 años sobre este pobre esqueleto, sobre estos músculos, sobre las majestuosas estrías de mis maternidades, sobre mi cerebro derramado en millares de litros de tinta. Hoy siento callos en el alma, heridas en la dignidad, como si un enfermo se hubiera dedicado a cruzar con una hojilla afilada ese delicado recinto de los valores y las tradiciones, del linaje, de la cultura, de la lengua, de lo que es bueno e inocente en el hombre, aún hoy: de la patrialidad… 
…No se trata de las cínicas mentiras que presentan, dispuestos a llegar hasta el final de sus pozos de lodo, personas como Carrasqueño o Jorge Rodríguez. En el caso de este último, hasta pudiera comprender su atroz resentimiento y hasta pudiera sentir lástima por él. Se trata de ver cómo el hombre, esa especie a la que le prometieron autoridad y felicidad, se va degradando en este país donde alguna vez, sin darme cuenta, tuve mi hogar (pues ahora el hogar es la cueva enrejada donde uno se encierra y adonde no permite el paso de extraños: hogar que es cárcel invertida donde las cerraduras sirven para mantener alejados del resto a los otros).
Diosdado actúo con petulancia y cinismo, como si olvidara que el tiempo es inexorable y fatal y en algún lugar de ese recorrido queda una ciudad con un tribunal: una ciudad llamada La Haya, en el hermoso país de los tulipanes… ¿Disparará Diosdado las tanquetas?¿Cuántos muertos recomendó Fidel Castro, el más perjudicado con el Revocatorio, para aplacar este pueblo de alzados que, una vez que se alebresta, es como un río crecido en la montaña y no lo para nadie?¿
Yo no entiendo cómo esa gente, que se aferra al Poder con las uñas y los dientes, que es capaz de todo para conservar el Poder, bajo el simulacro de una Revolución Bonita que beneficia a los pobres, no es capaz de ver el futuro: no puede ver que de esas semillas sembradas a lo largo de los cinco años, está brotando una cizaña terrible, un diente de dragón terrible, cualquier cosa terrible, que los devorará y dejará trazas de maldición en su sangre: en la de sus hijos y sus nietos y sus bisnietos, hasta la generación séptima, o hasta el Juicio Final…
…En el fondo, yo quisiera que las aguas se volvieran claras para poder ver si hay caribes y caimanes y rayas en el río: quisiera que Hugo Rafael, en este país que le está ardiendo por todos lados, se decidiera a declarar el Estado de Excepción, y entonces, sí: dale. Quita las Garantías, Hugo. Ábrete como Dictador. Sé un hombre macho por una vez en tu vida: un macho como Falcón, por ejemplo, o como don Cipriano, o como el General Gómez, que debería haber tenido tres soles, pero prefirió tener dos bolas. Y me da rabia que tú no eres macho, ni eres nada más que el payaso de las Cumbres, el títere de Armando Guzmán o un hijo del títere, o el títere de un anciano moribundo que escucha toda la noche el mar, tratando de captar por dónde es que la gente se le va, enfrentando tiburones, antes de seguir en la Felicidad Cubana…
…Tantas cosas se han perdido, se han sacrificado. La Gente del Petróleo, por ejemplo. Los amigos a los que jamás volveremos a ver como tales. Los entierros a los que asistimos. El luto que vestimos. La salud que se nos deterioró para siempre. Y ahí vamos, tercamente… nos podemos permitir otros muertos, otros mutilados, si a cambio nuestras generaciones futuras siguen en libertad, a pesar del cinismo y el agusanamiento de los vendidos. A pesar de Hugo Rafael, que no es más que circunstancia.  Nos permitiremos otros muertos, otra decepción…
Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.
Y el hombre... Pobre... pobre Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como un charco de culpa, en la mirada.
Hay golpes en la vida, tan fuertes ... Yo no sé
César Vallejo en LOS HERALDOS NEGROS
 Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé”
   Milagros Mata Gil, febrero, año 2004.

Maracaibo 22 de agosto, 2018



No hay comentarios: