miércoles, 16 de enero de 2019

Enfermedad por arañazo de gato



La enfermedad por arañazo de gato es una enfermedad infecciosa producida por el bacilo gramnegativo Bartonella henselae, usualmente introducido por arañazo, rasguño o mordida del gato doméstico (el reservorio principal de la bacteria). "El riesgo es mayor con gatos cachorros y cuando tienen pulgas, porque son vectores de la bacteria", señaló la Dra Griselda Berberian, infectóloga pediatra del Hospital de Pediatría Dr. Juan P. Garrahan, en Buenos Aires. La  Dra. Berberian señaló que la Bartonella henselae pasa al pelo del gato a través de las heces de las pulgas, así cuando el animal se lame y se rasca, se ensucia las uñas, la lengua y los dientes, y puede transmitir la bacteria a los humanos". 
 
Este estudio argentino, ha llamado la atención sobre el hecho de que la mayoría de los pacientes con enfermedad por arañazo de gato no presentan huellas visibles en la piel en el momento del examen médico. Este hallazgo desafía las descripciones tradicionales de la enfermedad y la implicación diagnóstica de este signo, ya que del 60 al 90% de los pacientes tienen una lesión cutánea en el sitio de inoculación  y más de 90% de los pacientes desarrolla una o más pápulas de color rojo pardusco de 3 a 5 mm de diámetro, entre 3 a 10 días y la lesión persiste de una a tres semanas. En distintos estudios se observaron tasas de infección en gatos, que van de 85,6% en Chile a 47,5% en Singapur; 36% en Francia y 11,6% en Argentina, aunque las distintas metodologías de análisis y el número de muestras evaluadas no permiten comparaciones directas.

La bioquímica Rita Armitano, Ph. D., de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud Dr. Carlos Malbrán, en la Ciudad de Buenos Aires, ha llamado la atención de que si bien es cierto que el 80% de los pacientes con sospecha clínica tiene algún contacto con gatos, cuando se busca la cicatriz o el antecedente real de la causa del arañazo, aparece en menos de 10% de los casos. Según la Dra. Berberian esto se debe a que la uña de un gato que araña, funciona como si fuera una inyección intradérmica, y aunque el hallazgo de puerta de entrada ayudaría al diagnóstico, su ausencia no lo descarta. “La pápula puede no ser notoria", comentó la Dra. Salomé Santarcángelo, profesora adjunta de Pediatría de la Universidad de Buenos Aires y exjefa de la División de Clínica del Hospital de Pediatría Pedro de Elizalde.

Las Dras. Berberian y Santarcángelo recordaron los signos y antecedentes para sospechar la enfermedad, en su forma típica: adenopatías localizadas, sobre todo en axila y cuello; síndrome febril prolongado, y contacto frecuente con gatos, sobre todo menores de un año. Habitualmente el diagnóstico se realiza a partir de la clínica, el antecedente epidemiológico y las pruebas serológicas. Cuando la serología es negativa, se puede detectar el ADN bacteriano con la técnica de reacción en cadena de la polimerasa sobre el tejido afectado o muestras de sangre. En el nuevo estudio, investigadores de los Institutos de Salud-Malbrán y del Instituto de Zoonosis Luis Pasteur de Buenos Aires, analizaron la evidencia serológica de infección por Bartonella henselae en 92 pacientes de 1 a 14 años (edad media = 5 años) con tres criterios clínicos/epidemiológicos para la sospecha de enfermedad: adenopatías regionales; fiebre prolongada (igual o superior a 2 semanas) y antecedentes de contacto con gatos. Las lesiones pueden ser muy superficiales, y pueden cicatrizar antes de que se desarrolle la inflamación de los ganglios. El proceso demora de 2 a 3 semanas, por lo que los rastros cutáneos podrían desaparecer para el momento de la consulta. Resultados publicados en la Revista Argentina de Microbiología confirman, que la concentración de anticuerpos específicos IgM e IgG fluctúa en función del tiempo en que se realiza el análisis desde la aparición de los síntomas. 

¿Por qué las huellas de rasguños, no siempre se notan? Puede que los médicos no hubieran completado ese dato cuando remitieron las muestras para su análisis o que no las hubieran buscado en el examen clínico. Otra opción es la transmisión por contacto con la saliva del felino a través de piel lesionada o mucosas, "cuando el niño se frota los ojos o se lleva las manos a la boca" o, la infección transmitirse por la picadura directa de la pulga al humano. Aunque la mayoría de los casos de enfermedad por arañazo de gato es benigna y autolimitada (puede curar espontáneamente en dos a tres meses), existen variantes atípicas, son 10% del total y pueden desencadenar cuadros severos de encefalitis asociada a neumonía, anemia hemolítica, meningitis aséptica, neurorretinitis con pérdida aguda de la visión y compromiso óseo. 

La Dra. Armitano opinó que sería importante realizar estudios en el país que exploren la seroprevalencia de la infección por Bartonella henselae en población sana, con el objetivo de definir mejor los puntos de corte adecuados para los análisis serológicos.  En cuanto a la interrogante acerca del cuidado de las mascotas y si se puede tener un gato conviviendo con niños, las Dras. Armitano y Berberian indicaron que. "La clave es una tenencia responsable". Los padres deben conocer los riesgos que implica tener un gato, entre ellos, la enfermedad por arañazo de gato. Hay que llevar a las mascotas periódicamente al control veterinario, y en la medida de lo posible, evitar el rasguño de los gatos pequeños. 'Conocer siempre ayuda a prevenir'".

Donosti, País  Vasco, 16 de enero 2019

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