El aumento de enfermedades
transmitidas por vectores: indicador del desastre de la salud en
Venezuela
La revista PLoS para Enfermedades
desatendidas presenta el artículo editorial “Venezuela and its rising
vector-borne neglected diseases” de los autores Hotez PJ, Basáñez MG,
Acosta-Serrano A, Grillet ME, publicado en la edición PLoS Negl Trop Dis 11(6): e0005423. El artículo expone claramente
las causas que han promovido el desastre de la salud en Venezuela. Los hechos
permiten señalar a Venezuela como el ejemplo más reciente de aumento de
enfermedades desatendidas por desestabilización política y colapso económico.
Los investigadores afirman
que en líneas generales la pobreza es el determinante social primordial para
que se desarrollen enfermedades desatendidas. Sin embargo, estudios recientes
muestran que la desestabilización política o un conflicto particular pueden
acelerar el declive económico y promover la incidencia y prevalencia de
enfermedades desatendidas. Algunos ejemplos incluyen a las epidemias del Virus
Ébola en África occidental, leishmaniasis visceral en África oriental,
leishmaniasis cutánea en Medio Oriente y África del Norte; y actividades guerrilleras
relacionadas con narcotráfico en Latinoamérica.
Este aumento de enfermedades
transmitidas por vectores (artrópodos o caracoles) en países en crisis tiende a
darse de una forma desproporcional. La gran paradoja para Venezuela es que
fue considerada por décadas un líder en las áreas de control de vectores
y políticas de salud pública en Latinoamérica. Sin embargo, la disminución
progresiva de inversiones en infraestructura de salud como en los esfuerzos de
prevención de la salud pública durante el régimen del presidente Hugo Chávez en
la década de 2000, con caídas aún más pronunciadas a partir de 2013 con el
presidente Nicolás Maduro. Venezuela sufre actualmente una crisis económica de
proporciones históricas con un marcado crecimiento económico negativo y altas
tasas de inflación y desempleo. La inseguridad alimentaria es desenfrenada y
hay una grave escasez de medicamentos e insecticidas, empeoraron la situación.
El estudio señala que la base de
la crisis de Venezuela son: 1) Dependencia excesiva del petróleo en el contexto
de una caída en los precios del petróleo; 2) El financiamiento público
negligente y la impresión de dinero público en forma artificial que conduce a
una moneda sobrevaluada, deudas masivas e inflación, retiros de inversiones externas
y apoyo de financiadores, y la corrupción pública. El aumento de las
enfermedades desatendidas transmitidas por vectores en Venezuela, según los
investigadores puede atribuirse a los siguientes factores: 1) Escasez de
insecticidas, medicamentos antiparasitarios y combustible, que dificultan el
control de los vectores y los esfuerzos de tratamiento de la enfermedad; 2)
Desnutrición subyacente debido a la inseguridad alimentaria; 3) Migraciones
humanas asociadas con la minería ilegal; 4) Largos periodos de ausencia de
apoyo a los trabajadores de salud estatales.
En el caso de paludismo, el
Informe Mundial de Malaria de la Organización Mundial de la Salud (OMS) 2017,
Venezuela es uno de los cuatro países en el mundo, en conjunto con Nigeria,
Sudán del Sur y Yemen, que se encuentra en condición de alerta, cuya compleja
situación ha llevado a un aumento de los casos de malaria y donde “las crisis
humanitarias en curso plantean serios riesgos para la salud”. En América, el
mismo documento informa para 2016 que Venezuela representa el 34,4% de todos
los casos del continente, superando la suma del número de casos de Brasil y
Colombia. En todo este panorama de desastre, la excepción es la oncocercosis,
campaña que es organizada por el Programa para la Eliminación de la
Oncocercosis en las Américas (OEPA), el cual abarca los últimos focos en los
seis países endémicos: Brasil, Colombia, Ecuador, Guatemala, México y
Venezuela. Colombia, Ecuador, México y Guatemala ya confirmaron estar libres de
oncocercosis. Consideramos que este programa se ha mantenido gracias al apoyo
internacional como la coordinación del Centro Carter y la participación de la
Fundación Panamericana de Educación de la Salud (PANHEF), Merck Sharp &
Dohme que provee la ivermentina, los Centros para el Control y la Prevención de
Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos, Organización Panamericana de la
Salud, Fundación Bill y Melinda Gates, Agencia Estadounidense para el
Desarrollo Internacional (USAID), Fundación Internacional de Clubes de Leones y
los Clubes de Leones, Fondo para el Desarrollo Internacional de la OPEP, Banco
Interamericano de Desarrollo (BID), varias universidades de América Latina y
Estados Unidos, y muchos otros donantes individuales.
La Comisión sobre Gobernanza
Global para la Salud, inicialmente conformada por la revista médica The
Lancet y la Universidad de Oslo, señala que inequidades en salud como las descritas para
Venezuela deben abordarse a nivel mundial y no solo a nivel nacional o solo
dentro del sector de la salud. Por ello la ciudadanía venezolana clama por una
ayuda internacional que permita normalizar y controlar el estado caótico de la
salud en el país. (Editorial de “Piel Latinoamericana” AÑO XIII - EDICION Nº 419; 15 Diciembre
2017 por Felix J. Tapia)
Maracaibo, 27 de diciembre del
2017
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