Elogio
del cambalache
Por el Dr. Rafael Muci-Mendoza
«Que el mundo fue y será una
porquería, ya lo sé, en el quinientos seis y en el dos mil también; que siempre
ha habido chorros, maquiavelos y estafáos, contentos y amargaos, valores y
dublé. Pero que el siglo veinte es un despliegue de maldad insolente ya no hay
quien lo niegue, vivimos revolcaos en un merengue y en un mismo lodo todos
manoseaos”. Enrique Santos Discépolo compuso el tango Cambalache en
1935: Cuan adaptable es su letra lunfarda a estos tiempos de ignominia y
suprema maldad. ¨Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio,
chorro, pretencioso, estafador. ¡Todo es igual, nada es mejor, lo mismo un
burro que un gran profesor! No hay aplazaos ni escalafón, los inmorales nos han
igualao…¨
Do quiera que uno mire ve el
desolado panorama, la tierra arrasada por el malvado mientras el país se hunde
en el cieno del cinismo y el pus revolucionario. ¨¡Que a nadie importa si naciste
honrao! Es lo mismo el que labura noche y día como un buey, que el que
vive de los otros, que el que mata, el que cura o está fuera de la ley…¨
Llegan de un bachillerato mediocre y faltoso, y si Dios les hablara en el
lenguaje de las matemáticas –Galileo dixit-, los nuevos bachilleres
bolivarianos no podrían balbucear una palabra digna. Las matemáticas, la física
y la química no son necesarias. Luego, médicos de pacotilla, ejerciendo la
curación sin más conocimiento que el creer que se puede, sin parar mientes en
la improvisación que les atenaza y les hace reos de una culpa que niegan. Lo que
está ocurriendo en salud, es inenarrable, es larga pesadilla y tremenda tortura
hecha realidad, ¿A dónde ir con mi dolor no redimido? ¿Es esa la ¨suprema
felicidad¨?, ¿Adónde consultar, cómo adquirir medicamentos que no existen, cómo
poder esperar mientras la enfermedad avanza, cómo puede el odio cegar, y a
tantos? “Si uno vive en la impostura y otro roba en su ambición, da lo mismo
que si es cura, colchonero, rey de bastos, caradura o polizón”…
Pero aun así, no ha lugar
para desesperanza aprendida, el convencimiento de que no somos capaces de
expulsar el mal nos hace tanto daño. No podemos ni debemos sentir miedo; el
miedo de todos puede transformarse positivamente en gran fuerza, en la
convicción de que sí podemos…
Addendum: ¿Es que no les dolió la
desaparición de la Emisora Cultural de Caracas?, pues debe haberles dolido
mucho pues lo hicimos con premeditación, alevosía y ventaja; hacemos y
deshacemos lo que nos viene en ganas, para eso somos los dueños, señores y
verdugos del país. Hemos aprendido a refinar nuestro arte, a darles donde más les
duela… ¿O no? Para ello también creamos
el Viceministerio de la Felicidad Suprema, ¿para ustedes? ¡Nooo!, para nosotros
que viajamos hartos en dólares y euros, vivimos en el Country o en La Lagunita,
nos desplazamos en autos gigantescos con ¨moscas¨ y guardaespaldas, en tanto
ustedes, lamiéndonos las botas para que les asignemos piches trescientos
dólares y tarjetas de crédito que se atascan y luego nos quedamos con el resto…
Con nuestro dinero hemos comprado a todo mundo, conciencias, países, al Reino de
Holanda que a lo mejor nos meten a la Shell de nuevo y hasta la fuerza armada,
y allí, para rebajarlos y humillarlos les hemos colocado cubanos para que los
manden sin vaselina, ¡y mire que se han dejado! Ya sabíamos que la palabra
dignidad y patriotismo no aguantaba dos pedidas…
A decir verdad, no nos burlamos del término
felicidad suprema, nos burlamos de ustedes, creadores de semejante mamotreto e
insulto a la razón y al pueblo…
Artículo del Dr Muci-Mendoza (rafaelmuci@gmail.com), divulgado
en Maracaibo a los 8 días del mes de noviembre de 2017
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