Champollion
y la piedra Rosetta
Los
jeroglíficos de la piedra Rosetta eran un enigma
incomprensible para arqueólogos, filólogos, lingüistas e
historiadores hasta el 14 de septiembre de 1822, cuando el intricado idioma de
los egipcios dejó de ser un misterio para Jean François Champollion quien logró el descubrimiento del código
y entró corriendo en el despacho de su hermano al grito de “¡lo tengo!”, para
inmediatamente después caer desmayado. Champollion el Joven, como se hacía
llamar Jean-François, para distinguirse de su ilustre hermano mayor Jacob
Joseph, un bibliotecario eminente y estudioso de la arqueología pagana y
egipcia, quien, por su parte, consciente del talento de Jean François, se hacía
llamar Champollion-Figéac, o, simplemente, Figéac. El joven Jean Francois nació
el 23 de diciembre de 1790 en Figéac, un pequeño pueblo francés cerca de la
ciudad de Grenoble, donde descubrió su enfermiza pasión por Egipto. En el año
1802 el joven Champollion tenía solo 12 años cuando conoció a Jean-Baptiste Joseph Fourier uno de los
expedicionarios que regresaba de Egipto. Fourier era un matemático y
físico que trabajaba en la “Descripción de Egipto”, una obra encargada por Napoleón. El
joven Champollion, a través de Fourier quiso acercarse a una tierra que nunca
había visto, pero sobre la que deseaba saberlo todo. Se fue a París, donde, de
1807 a 1809, en la Escuela Especial y en el Collège de France, se dedicó
intensamente a los estudios orientales: lenguas como el árabe, sirio, hebreo,
chino, copto, etiópico, sánscrito, persa. Estableció 15 correspondencias entre
los signos del demótico y las letras del copto. Jean-François, con tan sólo
dieciséis años ya dominaba seis lenguas orientales. Después sería profesor en
el instituto de Grenoble y en el año 1821 cuando comenzó a descifrar los jeroglíficos egipcios de la
piedra de Rosetta ya estaba trabajando en los caracteres jeroglíficos y
hieráticos, con los que proporcionó las claves para comprender el antiguo texto
egipcio grabado en la piedra. Entre las obras de Champollion se destacan: Manual de la escritura jeroglífica
(1824), Gramática egipcia
(1835-1841) y un Diccionario
(1842-1843). Jean François Champollion falleció el 4 de marzo de 1832 en
Quercy.
Entre 1798 y 1801, se produjo la campaña de Napoleón Bonaparte en Egipto que duraría tres años en los que Francia e
Inglaterra se enfrentaron en tierras egipcias y sirias. Napoleón fascinado con
Egipto, había creado un cuerpo especial, denominado Comisión de las Ciencias y las Artes que acompañaba a los soldados,
pero era un “ejército” de astrónomos, químicos, ingenieros, economistas,
pintores y poetas. Los franceses fracasarían militarmente pero corrieron con la
suerte de que el 15 de julio de 1799 Pierre-François Bouchard, un capitán del
ejército francés, que realizaba trabajos de excavación para reforzar una
zona defensiva en la ciudad de Rashid a unos 80 kilómetros de Alejandría, descubrió la piedra Rosetta. Inmediatamente
se reconoció hallazgo y el Instituto
de Egipto en El Cairo se encargó de la piedra pero tras la victoria
de los ingleses, la piedra Rosetta pasó a manos del Imperio Británico, asentado
en la Capitulación de Alejandria y hoy día, se encuentra en el Museo Británico desde hace ya más de 200
años.
La piedra Rosetta pesa varias
toneladas y es de basalto negro, un material parecido al granito. El texto, fechado
un 27 de marzo, 196 años antes de Cristo, está grabado únicamente en una de sus
caras. Lo escrito en 3 idiomas distintos se refiere a un decreto del faraón
Ptolomeo V Epifanes, quien gobernó Egipto desde los catorce años, y fue el
último de los grandes reyes de la dinastía ptolomeica. Tras la coronación de
Ptolomeo V se le inscribió un decreto que establecía el culto divino al nuevo
gobernante, dictado por un congreso de sacerdotes reunidos en Menfis. El
decreto se publicó en 196 a. C. y tenía la intención de restablecer el dominio
de los faraones ptolemaicos sobre Egipto. Las primeras 14 líneas están escritas
en jeroglífico. La parte
central en Demótico, que era el sistema
de escritura del idioma egipcio que surgió en la última etapa del Antiguo
Egipto, en la piedra es un derivado del jeroglífico que ocupa 32 líneas.
La parte inferior está dedicada al griego,
con un total de 54 líneas. El decreto de Menfis publicado por los sacerdotes,
garantes de la cultura tradicional egipcia, deja constancia que Ptolomeo V
regaló plata y grano a los templos y que en su
octavo año de reinado, y durante una inundación alta del Nilo, ordenó embalsar
las aguas sobrantes para beneficio de los agricultores. A cambio de estas
acciones los sacerdotes elevaron plegarias en el cumpleaños del faraón. El día
de coronación sería celebrado anualmente y todos los sacerdotes de Egipto le
servirían junto a los otros dioses. El decreto concluye con la instrucción de
que una copia fuera colocada en cada templo, inscrita con el «lenguaje de los dioses» (jeroglífico),
el «lenguaje de los documentos»
(demótico) y el «lenguaje de los griegos»
usado por el gobierno Ptolemaico.
El Decreto de Menfis, aunque fue divulgado
por todo Egipto, se halló solamente en la
Piedra de Rosetta. A cambio del apoyo del clero, en el Decreto de Menfis a los
templos les eran concedidos privilegios y exenciones fiscales. Ptolomeo V
Epífanes, que por aquel entonces era sólo un niño, fue coronado en dos
ceremonias, una en Alejandría al estilo macedónico, y otra en el templo de Ptah
en Menfis, al estilo tradicional siguiendo los ritos egipcios de coronación,
siendo el primer rey Lágida en someterse a esta ceremonia. El texto dice: "Bajo el reinado
del Joven, Que ha heredado la realeza de su padre, Señor de las Coronas,
Cubierto de Gloria, Que ha establecido el orden en Egipto, Piadoso con los
dioses, Superior a sus adversarios, Que ha mejorado la vida de los hombres,
Señor de las Triacontaeterides como Hefesto el Grande, Rey como el Sol, Gran
Rey de las regiones superiores e inferiores; Nacido de los Dioses Filopátores;
Aprobado por Hefesto; A Quien el sol ha dado la victoria; Imagen viviente de
Zeus, Hijo del Sol, Ptolomeo, Que vive eternamente, Amado de Ptah.
Maracaibo, 6 de marzo del 2017
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