“Como invocada por sor Juana
Inés de la Cruz, Patricia está oyendo con los ojos, escucha lo sagrado en el
vuelo de las aves que a su vez giran en torno a la Virgen que está entronizada
en la savia de todo amor” Con estas sentidas
palabras comenzó el periodista, narrador y poeta José Pulido su muy reciente (22/11/2024)
entrevista a la poeta venezolana Patricia Guzman (Caracas 1960).
Conocí a Patricia Guzmán
(Caracas,
1960), hace
ya muchos años cuando ella trabajaba en el periodismo y en la docencia, “con donosura y exigencia, con recato y
perfeccionismo”, como diría sobre sus dotes José Pulido, mientras yo
intentaba descubrir en los 80, el significado de cuanto garrapateaba como
escritor en ciernes. Fue gracias a su ayuda, publicándome algunos pequeños relatos
en El Diario de Caracas y en su Suplemento Cultural, quien me estimularía a
seguir escribiendo.
En aquel entonces era gran amigo y colega de su esposo Nicolás Bianco,
con quien compartíamos en la UCV la dirección de Institutos, Inmunología y el de
Anatomía Patológica y a través de esta conexión tuve la maravillosa oportunidad
de saber de la vida de Patricia y de Nico y estuve muy conectado en la arriesgada
aventura quirúrgica del oligodendroglioma, un tumor cerebral afortunadamente
benigno y de su exitosa operación en Norteamérica.
Patricia Guzmán es una importante poeta y
ensayista venezolana. Patricia, estudió y egresó
como comunicadora social de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB). Obtuvo
el doctorado en Literatura Hispanoamericana en la Universidad de La Sorbona
(París III). Como ensayista ha compilado y prologado las
obras completas de figuras tutelares de la poesía venezolana como Ana Enriqueta
Terán, Reyna Rivas, Hanni Ossott y Ramón Palomares.
En poesía ha publicado De mí, lo oscuro (1987), Canto de oficio (1997), El poema del esposo (1999), La boda (2001), Con el ala alta. Obra poética reunida
1987-2003 (2004), Soledad intacta (2009), Trilogía (2010) y El almendro florido (2017) este último con
ilustraciones de la artista Patricia Van Dalen.
En 1992, Patricia Guzmán publicó Yo y el otro (autobiografías apócrifas)
con Alfadil Ed. Un libro con ilustraciones del artista plástico Ernesto León
(Caracas 1956), donde los invitados fingiendo usurpar la voz e identidad de
famosos escritores, y ella misma asumiendo el rol de Silvia Plath, crean un
interesante testimonio donde Severo Sarduy se interpreta a sí mismo, Sergio
Dahbar a Rufino Blanco Fombona, Yolanda Pantin a Emily Brontë, Jesús Sanoja a Rafael José Pocaterra y así con 18
escritores y /o poetas reconocidos.
Fui a tomar el libro de autobiografías apócrifas Yo y
el otro de mi biblioteca para “repasar” memorias sobre la autora y me
encontré entre las paginas del libro un sobre amarilleando por el tiempo, con
una nota de puño y letra de la autora, donde al final, amablemente me sugería inscribirme
en algún Concurso de Narrativa como el de Fundarte para probar suerte con mis
garrapateados relatos. Siento no haberle dado las gracias personalmente, ahora
en realidad no lo puedo recordar si de veras no lo hice, pero lo que si tengo muy
presente en todos aquellos años es el amor y dedicación de Patricia a mi amigo
Nico, su también inolvidable esposo.
En 1985, Patricia Guzmán opinaría que: “La generación al pie de los años 50, en los
60, esa a la que no le alcanzó la edad para ver “Las Fresas de la Amargura”,
que se levantó a espaldas de un modelo sociopolítico combativo, es una
generación conflictuada fríamente. Las mujeres de esa generación, afectadas en
mayor grado-por aquello de la eterna discriminación- por la ausencia de un
empuje ideologico, las mas de las veces se convierten en lo que este artículo
se define como / “inteligentes a medio tiempo”/. Ellos y nosotras, los de los
60, somos los penúltimos. Los llamados a luchar para que los últimos, por fin,
sean los primeros… también las primeras”.
La Virgen del árbol seco fue el
título de la obra que se presentó el jueves 21 de noviembre en los jardines del
Centro de Artes Los Galpones de Los Chorros.
Con prólogo de Ana María Hurtado, poeta y psiquiatra y un
epílogo firmado por María García de Fleury, presidente del Apostolado
Mundial de la Virgen de Coromoto, este libro invita a adentrarse en la
contemplación y en el poder de los símbolos a través de la palabra. Ana María
Hurtado, prologuista del libro, y el escritor y poeta Alfredo Chacón,
ofrecieron su visión sobre la trayectoria poética de Patricia Guzmán.
A mis 85 años recién cumplidos, agradezco la
afortunada casualidad de haber leído el muy reciente reportaje – la entrevista
de José Pulido- y a través del mismo
regresar a los recuerdos de toda una, para mi remota pero maravillosa aventura
de más de 30 años viviendo en la UCV, cuando tuve la suerte de conocer a
Patricia Guzmán poeta en quien, como ya dijo José Pulido “La fe como un pensamiento del corazón donde
la poesía entra y sale dando ánimos a la fragilidad de la esperanza”.
Maracaibo, miércoles 27 de
noviembre del año 2024
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