La pregunta que podemos hacernos
es… ¿Influyen los microbios intestinales en nuestra respuesta al estrés diario?
Pues debemos saber que un estudio pionero ha descubierto el papel que desempeña
el microbioma intestinal en la regulación de la respuesta al estrés destacando
que las bacterias intestinales del padre afectan a la salud de su descendencia
al interactuar con el reloj circadiano del cuerpo.
Cada vez son más abundantes las
evidencias que muestran la relevancia que tienen las bacterias intestinales en
nuestra salud. Según una nueva
investigación presente en la revista 'Cell Metabolism' el microbioma intestinal
desempeña una función clave en la regulación del estrés, un importante factor
de riesgo para muchas enfermedades, como la patología cardiovascular.
Se ha
descubierto que existe un vínculo importante entre la microbiota intestinal y
el modo en que el cerebro responde al estrés.
De manera que el microbioma intestinal,
el mismo que regula los ritmos diurnos (de, el día-y de la noche) del cuerpo está
relacionado con las hormonas del estrés.
Estudios actuales sugieren que el estrés tiene efectos significativos en la composición de la microbiota intestinal. Algunos de estos efectos pueden ser alteraciones en la motilidad intestinal, transporte de mucosas, función de barrera intestinal y percepción visceral. Estos efectos son producidos a través de la vía eje intestino-cerebro (GBA). El GBA es una red de comunicación bidireccional entre el intestino y el cerebro, en la que la comunicación se produce a través de tres vías diferentes: (a) a través de la comunicación neural (nervio vago), (b) a nivel endocrino, a través de glucocorticoides, como cortisol (incluido el eje hipotálamo-pituitario-adrenal (HPA)) y (c) en el sistema inmunológico, a través de la modulación de citosinas.
En concreto, una investigación
coordinada por la Universidad de Cork y APC Microbiome Ireland (Irlanda)
demuestra que una microbiota intestinal insuficiente es capaz de generar
alteraciones en el sistema circadiano central del cerebro y se asocia con
alteraciones en los ritmos de las hormonas del estrés.
Parece
mentira, pero existe un desconocido beneficio para nuestra salud en el hábito
de acostarse temprano y hoy día se sabe que determinadas bacterias
son beneficiosas para nuestro organismo y son más abundantes en aquellos niños
que duermen antes de las 9:30 pm. ¿Qué tal? Estos hallazgos abren la puerta al
desarrollo de nuevas terapias basadas en microbios que podrían ayudar a las
personas a gestionar mejor los problemas de salud mental relacionados con el
estrés, como la ansiedad y la depresión, que a menudo se asocian con
alteraciones en los ciclos circadianos y del sueño.
Partamos
pues del hecho ya comprobado que la microbioma intestinal no solo regula la
digestión y el metabolismo; también desempeña un papel fundamental en la forma
en que reaccionamos al estrés, y esta regulación sigue un ritmo circadiano
preciso. Estos hallazgos subrayan la importancia de mantener un microbioma
saludable, en particular para quienes viven en el entorno estresante y de ritmo
acelerado de hoy en día. Estas realidades nos las asegura el investigador
principal, el profesor John Cryan.
Sus
estudios se llevaron a cabo utilizando el trasplante de microbios. De esta
forma, el equipo confirmó que las alteraciones de los microbios intestinales a
lo largo del día son fundamentales para regular la secreción de la hormona del
estrés. Los Profes John Cryan y Dr Gabriel Tofani en su laboratorio han
demostrado que La microbiota desempeña un papel importante en
la regulación del sistema inmunológico, y se sabe que la inflamación crónica o
desregulada puede afectar negativamente el neurodesarrollo.
La
microbiota intestinal
ayuda a modular la respuesta inmunológica, manteniendo un equilibrio entre
tolerancia y respuesta inflamatoria y de esto hablamos no hace mucho, a
propósito del trasplante fecal (https://tinyurl.com/5n6b6atj). En este blog lapesteloca
hemos discutido y escrito sobre este tema, previamente en 2021 (https://tinyurl.com/267ta7pc) a propósito del autismo y
delos trastorno de atención asociado a
hiperactividad (TDAH).
A nivel
de la microbiota, el estrés actúa en el eje intestino-cerebro
modulando los niveles de cortisol a través de la alteración de
la función de la barrera epitelial en el intestino. Estudios recientes han
puesto de manifiesto que el estrés aumenta la permeabilidad de
esta barrera permitiendo que las bacterias y los antígenos bacterianos la
crucen, lo puede activar una respuesta inmune de la mucosa aumentando la
"filtración" intestinal y provocando un aumento de las citocinas
proinflamatorias que, a su vez, pueden alterar la actividad de la indolamina
2,3-dioxigenasa (IDO).
Las citocinas proinflamatorias como IL-1 e IL-6 junto con 5-HT (receptores de serotonina) influyen en la hormona liberadora de corticotropina (CRH) o vasopresina de arginina (AVP) en el eje hipotalámico-pituitario-adrenal (HPA) y en el núcleo paraventricular (PVN) del hipotálamo, lo que conduce a su vez tanto a cambios en la función inmunológica y metabólica implicados en la sintomatología del estrés, como a una disponibilidad alterada de cortisol y triptófano, influyentes en la creación de serotonina (5-HT) y melatonina (elementos esenciales en el mantenimiento del estado de ánimo y regulación del sueño).
El
estilo de vida actual altera cada vez más los ritmos circadianos a través de
patrones de sueño irregulares, alto estrés y mala alimentación; esta
investigación subraya la importancia de la microbiota intestinal para mantener
los procesos naturales de regulación del estrés del cuerpo. Estos estudios
aportan información crucial sobre cómo bacterias específicas pueden ayudar a
controlar o prevenir afecciones relacionadas con el estrés.
Los
Profesores John Cryan y el Dr Gabriel Tofani en su laboratorio autores del
estudio señalan que este descubrimiento innovador abre nuevas posibilidades
para intervenciones psicobióticas destinadas a mejorar los resultados de salud
mental al dirigirse a las bacterias intestinales que influyen en la regulación
del estrés.
El primer autor, Gabriel
Tofani, añadió “los hallazgos subrayan la
importancia no solo de la composición de la microbiota intestinal, sino también
de cómo cambian los microbios intestinales a lo largo del día. Al demostrar que
las bacterias intestinales influyen en la forma en que el cuerpo maneja el
estrés a lo largo del día, estamos ayudando a comprender los mecanismos a
través de los cuales la microbiota moldea nuestras respuestas al entorno que
nos rodea. Nuestro trabajo también demuestra que explorar esta relación entre
la microbiota intestinal y los ritmos circadianos será clave en el desarrollo
de terapias basadas en la microbiota para los trastornos relacionados con el
estrés en el futuro”.
Para Paul Ross, director de APC Microbiome Ireland, este estudio
supone un gran avance en nuestra comprensión de cómo el microbioma influye en
nuestra salud mental. “Esta investigación
proporciona información crucial sobre cómo la focalización de bacterias
específicas puede ayudar a controlar o incluso prevenir afecciones relacionadas
con el estrés. El potencial de mejorar la salud mental a través de
intervenciones basadas en el microbioma es muy real, y este estudio nos acerca
un paso más a ese objetivo”.
Maracaibo, sábado 23 de noviembre del año 2024
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