sábado, 30 de noviembre de 2024

Microbios dentro de tumores

 


Este breve articulo espera señalar la importancia del misterio que encierran los microbios que viven dentro de los tumores y es que tanto las bacterias como hasta algunos hongos son capaces de convivir en los tumores.

 

Sabemos que nuestros cuerpos son hábitat para otras formas de vida, para muestra tenemos a la microbiota como un ejemplo recién comentado (https://tinyurl.com/caemnwyw) y así como el intestino, la boca, la nariz y la piel albergan diversas comunidades de microbios que pueden ser buenos o malos para nuestra salud. Ahora, los científicos han encontrado, que existen microbios en un lugar más sorprendente aun, en los tumores.

 

Es común pensar que los tumores son simples masas de células del paciente que funcionan mal y crecen sin control y de hecho, son comunidades con muchos tipos de células diferentes, lo cual explica en parte la dificultad para atacarlos sin dañar el tejido sano. Pero los tumores también albergan células con otras formas de vida: las bacterias y los hongos. Algunos de estos organismos prosperan en el ambiente alrededor del tumor, mientras que otros viven dentro de las propias células cancerígenas.

 

Hasta hace poco tiempo no se entendía claramente qué papel desempeñaban los microbios en los tumores, pero ahora los científicos comienzan a desentrañar respuestas para saber si estos microorganismos son cómplices que ayudan a las células cancerosas a desarrollarse o simplemente son transeúntes atrapados en el tumor. Las respuestas podrían proporcionar nuevos enfoques para tratar y prevenir el cáncer, y es bueno saber que hay ciertas bacterias que protegen los tumores, o sea, que les ayudan para que continúen creciendo en su organizado desorden…

 

Ravid Straussman, biólogo del cáncer en el Instituto de Ciencias Weizmann en Rehovot, Israel, en un estudio de 2017, demostró junto con su equipo que algunas bacterias que viven dentro del cáncer de páncreas pueden proteger los tumores al ser capaces de desactivar un medicamento de quimioterapia común. Straussman y col., descubrieron que existe una clase particular de bacteria, conocida como Gammaproteobacteria, que es capaz de descomponer la gemcitabina, un medicamento que se usa para tratar varios tipos de cáncer. Esta presencia de la bacteria ayuda a que los tumores se volvieran resistentes a la gemcitabina. Cuando el equipo inyectó la bacteria en ratones con cáncer de colon, los tumores también se volvieron resistentes al medicamento, pero cuando los investigadores dieron a los ratones un antibiótico junto con el fármaco de quimioterapia, la resistencia desapareció.

 

Una investigación publicada en 2019 por un equipo de la Universidad de Tohoku, en Japón, analizó retrospectivamente a pacientes que padecían tumoraciones avanzadas y fueron tratados con un fármaco de quimioterapia y aquellos que recibieron un antibiótico además de la quimioterapia, y descubrieron que los pacientes que recibieron un antibiótico respondieron mejor al tratamiento.

 

Aunque el estudio no examinó la cantidad de bacterias presentes en el tejido canceroso de estos pacientes, los investigadores especularon con que los antibióticos podrían haber eliminado las bacterias asociadas al tumor y que podrían haber interferido con el tratamiento del cáncer. La bacteria Fusobacterium nucleatum se asocia comúnmente con la boca, pero también se encuentra en muchos tumores. Straussman y su equipo con un ensayo clínico que involucra a pacientes con cáncer de páncreas que fracasaron en su tratamiento de primera línea, darán a los pacientes un antibiótico que actúa contra la Gammaproteobacteria, junto con gemcitabina, para ver si el antibiótico mejora sus resultados.


 

Las bacterias también podrían desempeñar otras funciones en el cáncer además de proteger a los tumores del tratamiento farmacológico, hay bacterias que empeoran el cáncer. Pero en el mes de agosto de 2023 grupos de científicos han descubierto como unas células modificadas pueden encontrar mutaciones cancerígenas en el organismo, y en un sorprendente avance científico, un equipo internacional de investigadores ha demostrado que los microbios podrían convertirse en aliados cruciales en la detección temprana del cáncer. Aunque esto pareciera un escenario sacado de una película de ciencia ficción, se ha logrado entrenar a microorganismos para actuar como detectores de cáncer.

 

El biólogo Robert Cooper de la Universidad de California en San Diego, diseñó bacterias capaces de identificar fragmentos de ADN asociados con células de cáncer colorrectal. Estos microbios modificados, conocidos como "biosensores", podrían marcar un hito en el diagnóstico temprano de esta enfermedad. Un aliado en la detección les ha ofrecido la clave de esta técnica que está basada en el uso de una bacteria llamada Acinetobacter baylyi, que tiene la habilidad natural de recoger fragmentos de ADN de su entorno.

 

Normalmente, esta bacteria utiliza esta capacidad de recolección de ADN, conocida como "competencia natural", para incorporar nuevos fragmentos genéticos a su propio genoma. Sin embargo, en este innovador estudio, los investigadores lograron equipar a A. baylyi con instrucciones específicas para que busque secuencias de ADN asociadas con mutaciones cancerígenas en cánceres colorrectales, y los resultados obtenidos son asombrosos.

 

Acinetobacter baylyi demostró ser capaz de discriminar entre mutaciones cancerígenas y errores genéticos inofensivos presentes en el ADN liberado por las células. Cuando la bacteria detectaba ADN tumoral, activaba un gen de resistencia a los antibióticos, lo que permitía su crecimiento en placas de agar con antibióticos, señal de que había detectado células cancerosas. Este enfoque novedoso y prometedor podría ofrecer una manera no invasiva y muy efectiva de detectar el cáncer de intestino en sus etapas más tempranas, ya que la detección temprana es la clave y aunque aún se necesitan años de investigación y ensayos clínicos para validar la eficacia y seguridad de este método en seres humanos, los resultados hasta ahora son alentadores.

 

La científica biomédica Susan Woods, autora del estudio de la Universidad de Adelaida (Australia), comentó, citada por ScienceAlert:

"Este estudio demuestra que las bacterias pueden diseñarse para detectar secuencias específicas de ADN con el fin de diagnosticar enfermedades en lugares de difícil acceso". En un próximo paso, el equipo de investigación planea expandir su enfoque para detectar otras mutaciones y tipos de cáncer, lo que podría abrir la puerta a diagnósticos tempranos de diversos tipos de cáncer.

 

La detección temprana sigue siendo uno de los pilares más importantes en la lucha contra esta enfermedad, y la utilización de microbios entrenados como biosensores para detectar los tumores que afectan a los seres humanos siempre es un desafío. Científicos de la Universidad de California en San Diego, en los Estados Unidos, y colegas de Australia produjeron bacterias que son capaces de detectar la presencia del ADN de tumores en un organismo vivo, técnica que ya fue probada por científicos de Estados Unidos y Australia en ratones con tumores de colon. 


Con este avance, se está abriendo un nuevo capítulo en el desarrollo de los llamados “sensores biológicos tecnológicamente avanzados”. Los resultados fueron publicados en la revista Science y se trata de una innovación en biotecnología por la cual las bacterias pudieron detectar el cáncer en el colon de ratones. A partir de los resultados, se vislumbra la posibilidad de allanar el camino a nuevos biosensores capaces de identificar diversas infecciones, cánceres y otras enfermedades.

 

Anteriormente, se habían diseñado bacterias para llevar a cabo diversas funciones diagnósticas y terapéuticas, pero no contaban con la capacidad de identificar secuencias específicas de ADN y mutaciones fuera de las células. Los científicos ahora diseñaron una herramienta -que llaman “CATCH”- para conseguir ese tipo de identificaciones. Con CATCH, los investigadores crearon bacterias utilizando la tecnología de edición genética CRISPR que analizan las secuencias de ADN que flotan libremente a nivel genómico y pueden comparar esas muestras con secuencias de cáncer predeterminadas.

 

Maracaibo, sábado 30 de noviembre del año 2024

 

 

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