miércoles, 17 de mayo de 2023

Las coplas de Jorge Manrique


Tuve la suerte de tener un profesor de literatura en bachillerato (3er año) que logró acentuar mi amor por los libros y mi interés por la lectura de las obras de los grandes escritores: Mariano Parra León fue un sacerdote de gran importancia para los zulianos...


"Si hay en el Siglo XV un nombre y una composición que haya resistido todos los cambios y perdurado para todos los gustos, es sin duda alguna “Las coplas de Jorge Manrique”. Tomada en conjunto, la obra lírica y didáctica de Jorge Manrique, es la del primer poeta de su siglo, exceptuando a Santillana. Podríamos decir, sin embargo, que, si no fuese por su obra maestra, “Las Coplas”, que en un momento supremo de inspiración en el que esta le venció a él y él venció a todos, yacería olvidado entre el vulgo de los muchos trovadores provenzales.

La principal característica de su obra, es la originalidad. En ella, todo lo que dice son conceptos y decires ya conocidos antes de él. De aquí proviene precisamente el prestigio de su fama. Durante la Edad Media, el tema de toda meditación era la muerte. Era repetida en prosa y en verso, en latín y en lenguaje vulgar, resonaba en los pulpitos y tomaba forma dramática en las danzas de la muerte asediando la imaginación de todos. Se comparaba la vida humana con el sueño, el sol, la sombra, con la flor que pronto se marchita, con los ríos que van a la mar…

Ya para el siglo XV la idea de la muerte era tan común que llegó a vulgarizarse. Es entonces cuando aparece Manrique quien sacando las ideas de su abstracción las renueva y les da un acento de ternura y melancolía, poniendo junto a los temas de lo pasajero y terrenal tan corrientes en la Edad Media al exponer un mejor concepto sobre la existencia humana y terrenal, que lleno de novedad y grandeza supone nada menos que un nuevo sentido de la muerte.

Manrique escribió esta elegía, inspirado en la honda emoción que le causo el recuerdo de la inestabilidad de las cosas de este mundo, ante el cadáver de su padre. Las coplas suman cuarenta estrofas y en las veinticuatro primeras, habla de lo efímero de la vida y de la vanidad de las cosas de este mundo.

Recuerde el alma dormida/ avive el seso y despierte, contemplando

Como se pasa la vida/ como se viene la muerte, tan callando.

Cuan presto se va el placer/ como después de acordado, da dolor

Como a nuestro parecer/ cualquier tiempo pasado, fue mejor

Y pues vemos lo presente/ como en un tiempo se es ido, y acabado

Si juzgamos sabiamente/ daremos lo no venido, por pasado

Nuestras vidas son los ríos/ que van a dar a la mar, que es el morir

Allá van los poderíos / derechos a su acabar y consumir.

Estos son los primeros versos de “Las Coplas” y como se puede ver, la estrofa es de pie quebrado, compuesta de dos octosílabos seguidos de un tetrasílabo y formando una estrofa de doce versos. Todo el poema exhala un aire consolador y reconfortante que se extiende en las conmovedoras escenas. En las dieciséis ultimas coplas, Manrique evoca la figura de su padre, don Rodrigo y se lamenta de su muerte con varonil entereza. Para él, la vida nuestra en la tierra es solo un camino para la muerte que iguala a todos y llama a todos a su hora. Por ella entramos a la otra vida, pero mientras vivimos esta vida, labramos con nuestras obras una tercera vida: la vida sobrenatural.

La vida terrenal, la de la fama, es según Manrique el fundamento de la vida humana y por el cual debemos conseguir la salvación…

Estos reyes poderosos/ que vemos por escrituras, ya pasadas

Son casos tristes llorosos/ fueron sus buenas venturas, trastornadas

Así que no hay cosa fuerte/ que a papas y emperadores y perlados

Así los trata la muerte/ como a pobres pastores de ganado.

Jorge Manrique nos enseña como las cosas de este mundo, son pasajeras y lo podemos ver en estas otras estrofas:

¿Que se hizo en rey don Juan? / ¿Los infantes de Aragón?, ¿Que se hicieron?

¿Qué fue de tanto galán? / ¿Qué fue de tanta invención?...

Hasta aquí llegaba mi trabajo del tercer año de bachillerato en un cuaderno escolar “Tesis” cuando nuestro inolvidable profesor de Literatura en el Gonzaga era el padre Mariano Parra León, quien, para aquellos años, era el párroco del templo de Santa Bárbara en Maracaibo y le dio una puntuación de aa/a lo que uno jactancioso (“jochao”) llamaba “20 puntos”. Lo cierto es que he copiado textualmente (mi letra era y sigue siendo pésima -la clásica “letra de médico” a pesar del “método Palmer de caligrafía comercial”) - pero descifré el manuscrito para plasmarlo en este mi blog lapesteloca.



Jorge Manrique (1440-1479) era miembro de una familia de la nobleza más rancia de Castilla (hijo de don Rodrigo Manrique, maestre de la orden de Santiago, y sobrino del poeta Gómez Manrique). Jorge Manrique compaginó su afición por las letras con la carrera de las armas, participando junto a su padre en las luchas que precedieron al ascenso de los Reyes Católicos. Combatió con su padre del lado de Isabel la Católica contra los partidarios de Juana la Beltraneja. Su obra maestra, son “Las coplas” compuestas a raíz del fallecimiento de don Rodrigo (1476) y publicada en 1494 en Sevilla.


Su estilo posee una elegante sobriedad, fruto del empleo de los vocablos más sencillos pertenecientes al habla patrimonial. Las coplas de pie quebrado (por la popularidad de la obra, pasarían a llamarse coplas manriqueñas), donde el tono exhortativo característico del poema refuerza la gravedad de los versos, en una evocación serena del tiempo pasado.


Maracaibo, miércoles 17 de mayo, del año 2023

No hay comentarios: