sábado, 27 de mayo de 2023

Las metamorfosis


Las metamorfosis del poeta romano Ovidio, narra la historia del mundo desde su creación hasta la llegada al poder de Julio César, combinando mitología e historia. Pocas obras de la antigüedad clásica, griega y romana, han ejercido una influencia tan decisiva en la literatura europea como las Metamorfosis de Ovidio. Se considera una obra maestra de la edad de oro de la literatura latina y serviría de inspiración a numerosos artistas durante la Edad Media y el Renacimiento, ejerciendo profunda influencia en la cultura occidental.

Pocas obras de la antigüedad clásica, ni de la griega ni de la romana, han ejercido una influencia tan continuada y decisiva en la literatura europea como las Metamorfosis de Ovidio. Las Metamorfosis han ejercido considerable influencia en la literatura y las artes de Occidente. Aunque la mayoría de sus relatos no proceden del propio Ovidio, sino de otros escritores como Hesíodo y Homero, para otros el poema en Ovidio es su única fuente. La influencia del poema Las metamorfosis en Los cuentos de Canterbury, de Geoffrey Chaucer es ampliamente conocida. Las Metamorfosis también influirían a William Shakespeare, en particular en Romeo y Julieta recordando la historia de Píramo y Tisbe. La mayor parte del discurso de renuncia de Próspero en el acto V de La Tempestad está tomado palabra por palabra de un discurso de Medea en el libro VII de Las Metamorfosis.

Las Metamorfosis fueron también una inspiración para John Milton en El paraíso perdido, La historia de Píramo y Tisbe aparece en el poema L’Amorosa Fiammetta de Giovanni Boccaccio. Muchas de las historias de La Metamorfosis también han sido objeto de pinturas y esculturas, algunos de los cuadros más conocidos de Tiziano representan escenas del poema, como Diana y Calisto, Diana y Acteón, y Muerte de Acteón. ​ Otras obras famosas inspiradas en las Metamorfosis la podemos hallar en el cuadro de Pieter Brueghel Paisaje con la caída de Ícaro y en la escultura de Gian Lorenzo Bernini Apolo y Dafne.​

Publio Ovidio Nasón- Publius Ovidius Naso-; nacio en Sulmona, actual Italia, 43 a.C. y fallecería en Tomis, hoy Constanza, actual Rumania, 17 d.C. Educado en las artes de la política, Ovidio estudió en Roma y completó su formación en diversas ciudades del mundo griego, pero pronto abandonó la política para dedicarse por entero a la poesía, convertido en un hombre adinerado tras heredar la hacienda de su padre.

Ovidio perteneció a una serie de poetas que no conocieron las guerras civiles que asolaron Roma durante el siglo I a. C. Los antiguos poetas augusteos, como Virgilio y Horacio, con sus valores patrióticos y su estética clasicista, estaban ya muy lejos de la generación de Ovidio, heredero de la estética helenística que representa el gusto por la erudición y por la despreocupación política y social. Tuvo numerosas amantes, y se casó tres veces (con dos divorcios), y algunas de sus peripecias amorosas aportaron el material poético para sus Amores, una serie de poemas que narran los incidentes de sus relaciones con Corina, personaje en el que seguramente condensó diversas figuras femeninas.

En Roma, donde residió Ovidio hasta los cincuenta años de edad, se relacionó con la más alta sociedad, incluido el emperador Octavio Augusto. Sin embargo, en el año 8 d. C. cayó en desgracia y fue desterrado hasta su muerte en Tomis, en el Ponto Euxino, cerca del Mar Negro, sin que se sepa cuál fue exactamente el motivo; el propio Ovidio creyó suponer que se debió al tono libertino de algunas de sus obras, que se habría interpretado como un ataque a la política de reforma moral y a la estética del emperador Augusto, quien llegó a castigar el adulterio como si fuese una ofensa contra el Estado o la religión, incluso más allá de la propia tradición romana. Sin embargo, estas obras circulaban desde hacía tiempo, por lo que se ha especulado también con la posibilidad de que el poeta se mezclara en un escándalo en el que estaba implicada la hija del emperador.

Muchos años más tarde, en el año 29 d.C. moriría a los cuarenta y siete años Julia la menor, nieta del emperador Augusto, la hija primogénita de Marco Vipsanio Agripa y de Julia la mayor. Al igual que su madre, fue desterrada a una isla de por vida al ser condenada por adulterio en el 8 d.C. sin que sirviera de algo ser nieta del emperador Augusto. Julia la menor nació en el 19 a.C. como segunda descendiente del general Marco Vipsanio Agripa y de Julia la mayor, hija de Augusto.

Sabemos muy poco acerca de su infancia; el historiador Suetonio cuenta que el emperador “educó a su hija y a sus nietas acostumbrándolas incluso al trabajo de la lana y prohibiéndoles toda palabra o actuación encubierta”. Aun así, cuando Julia creció demostró ser más parecida a su madre de lo que a Augusto le habría gustado, y en un momento incierto entre el 7 y el 5 a.C., Julia la menor se casó con Lucio Emilio Paulo, sobrino nieto del triunviro Marco Emilio Lépido que había sido cónsul en el año 1 d.C. En el año 8 d.C., una década después de la caída en desgracia de su madre. Así, Julia la menor fue declarada culpable de adulterio y condenada a vivir de por vida en Trimerus, una isla desierta del mar Adriático.

Augusto prohibió que su nieta fuera enterrada en el mausoleo imperial cuando muriera. Es probable que el único delito que cometiera Julia la menor fuera el adulterio, pero aquí hay una nube de misterio que implica también a uno de los mejores poetas de la antigua Roma, precisamente a el autor de La Metamorfosis, Publio Ovidio Nasón. A finales del 8 d.C., en el mismo año en que Julia la Menor fue condenada, Ovidio recibió instrucciones para marcharse desterrado a Tomis, la ciudad a orillas del mar Negro.

En un momento incierto entre el 7 y el 5 a.C., Julia la menor se casó con Lucio Emilio Paulo, sobrino nieto del triunviro Marco Emilio Lépido que había sido cónsul en el año 1 d.C. En el año 8 d.C., justo una década después de la caída en desgracia de su madre, Julia la menor declarada culpable de adulterio y condenada a vivir de por vida en Trimerus, la isla desierta del mar Adriático y además, Augusto prohibió que fuera enterrada en el mausoleo imperial cuando muriera.

A Ovidio se le culpaba de corromper la moral de la juventud gracias a la popularidad e influencia de su obra Arte de amar. Sin embargo, puede ser que Ovidio observase o que escuchó algo secreto que no debía, y tal vez fue esa la razón por lo que habría sido desterrado como castigo al extremo oriental del imperio. Algunos historiadores han teorizado que el error cometido por Ovidio, y la causa de su desgracia, fue presenciar la boda secreta que supuestamente unió a Julia la menor y su amante Décimo Junio Silano. A pesar de ser testigo de este enlace ilegal, Ovidio no denunció a la pareja, pero lo cierto es que fue castigado con un destino aun peor que el de Julia, la hija y de Julia la nieta de Octavio, el emperador Augusto, definitivamente interesado en cuestiones morales, un ejemplo que no todos los futuros emperadores del Imperio Romano segurian…

Maracaibo, sábado 27 de mayo, del año 2023

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