El padre Ugalde sj
Luis Ugalde sj, se incorporó a la Academia
Nacional de la Historia, el 25 de enero de este año, con un trabajo titulado Mito, ilusiones y miseria de El Dorado,
con el que hizo un
recorrido histórico sobre los orígenes y la evolución del mito de El Dorado y
evolución histórica del pasado y
presente de nuestro país. Hace un par de días Ramón Escovar León publicó en
PRODAVINCI un artículo sobre las palabras del padre Ugalde, que he querido
resumir para los lectores de este blog.
El padre Ugalde
señaló como "Venezuela necesita conocer mejor su historia para encontrar su
identidad, recuperar el rumbo perdido y construir el futuro”. La obsesión por
el oro y la riqueza, esa que no es
producto del trabajo, ya lo señalaba Arturo Uslar Pietri en El camino de El
Dorado, dio pie para que
existiesen personajes como Lope de Aguirre, Pedro de Ursúa, o Sir Walter
Raleigh, quienes movidos por la ilusión del oro, buscaron El Dorado y terminaron
sumergidos en locura, la tragedia y la
muerte. Después de la cruenta y desbastadora guerra de la independencia, los generales Antonio Guzmán Blanco y Joaquín Crespo,
ya tenían una visión clara de lo que significa “el país como botín”, aunque hay
que aceptar que después de ellos, históricamente, desde 1920 a 1980 se habría
de producir un crecimiento económico sostenido, con una inflación de apenas
2,1% anual. Es necesario recalcar que entre los años 1958 y 1999, a pesar de
muchos errores e imperfecciones, en Venezuela hubo un verdadero crecimiento
económico y existió una gran estabilidad política. Nos acostumbramos a vivir
del petróleo, y desde 1958 hasta 1999 pudimos
vivir en democracia.
Durante la
época de los gobiernos civiles, hay que recordar cómo se formó entonces una
gerencia profesional de venezolanos que llevaron a PDVESA a la cúspide de su
rendimiento, el cual fue reconocido internacionalmente. El régimen civil, supo
respetar la meritocracia y la riqueza petrolera fue aprovechada de la mejor
manera, hasta el año 1999, cuando regresó el militarismo. Entonces el grupo de
trabajadores y técnicos petroleros que se había consolidado, fue expulsado de
la empresa por razones ideológicas o políticas, acabando de un pitazo con la
meritocracia y desde entonces el deterioro de la industria ha sido indetenible hasta
llegar a la situación de hoy, que es de todos conocida. La arbitrariedad
política en el manejo de los negocios, la corrupción, el nepotismo y un
desmedido abuso de poder son una parte de los desafueros del autoritarismo
populista por controlar los recursos del país. Destruida PDVESA, la vista
puesta en el Arco Minero del Orinoco, es una evidencia que señala la intención
de echarle mano a esta gran riqueza natural para compensar los efectos
destructivos que la revolución bolivariana ha traído sobre la Venezuela del
petróleo.
Maracaibo, 2 de febrero de 2018
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