domingo, 15 de enero de 2023

Javier Covo Torres


Desde hace muchos años, y ya no recuerdo ni cómo, ni cuantos, llegó a mis manos un libro con el título de “Van Gogh (PARA ESQUIZOIDES)” que he sido para mí de muchísima utilidad para comprender interesantes detalles sobre la vida del controversial y excelente pintor del neoimpresionismo (https://bit.ly/3XhC4tc ). Lo que no había hecho desde entonces fue leer en la contraportada (o si lo hice, hará ya tantos años que lo olvidé), para obtener detalles sobre el autor, pero hoy quiero rendirle un homenaje al creador de tan maravillosa obra y a sus otras producciones literarias y gráficas.


Javier Covo Torres comenzó a estudiar arquitectura en su Cartagena natal. Su pasión, desde niño, siempre fue contar historias con dibujos y cuentan que, en el colegio, y a escondidas, se dedicaba a crear y borrar escenas con tizas sobre el pupitre en horas de clase. Al finalizar al 8vo semestre de Arquitectura se fue a México, ingreso en la Academia de Artes Plásticas de La Esmeralda y publicó su primer libro Einstein (relativamente fácil). Regresó a Colombia en 1984 y en 1985 obtuvo un premio de pintura en el IV Salón Regional Blasco Caballero, y comenzaría a publicar en El Universal de Cartagena una tira cómica titulada Ludovico. En 1986 se graduó de arquitecto y tras ganar varios premios comenzó a publicar sus libros en la Editorial El Ancora Editores.

Julie Parra Benítez es una periodista de El Universal de Cartagena, quien publicó en agosto del año 2017 un artículo sobre Javier Covo Torres (Covo), el caricaturista colombiano ya asentado en México quien había publicado varios libros ilustrados:
Einstein relativamente fácil, Napoleón a la Mignon, Julio César a lo Bruto, El diario de Colón según su diario de a bordo, Maya Sutra, Pasaporte Yucateco, Los Mayas en las rocas, Freud (para inconscientes), Van Gogh (para esquizoides), Gandhi (en ayunas), Mozart (Ma non troppo), Beethoven (para sordos), Picasso (en cubitos), Leonardo Da Vinci (Al fresco), Napoleón (A la mignon), Julio César (A lo bruto).
etc. Libros de humor y divulgación que son conocidos de los lectores hispanoamericanos. Al “investigarlo” en “la red de la nube”, me encontré que el mismo decía: “Hola, si llegaste aquí, tienes afinado el sentido del humor (espero que en especial el del humor gráfico) y si quieres saber quién soy, de dónde vengo y a dónde voy. Te lo agradezco, aunque deba responderte como lo hizo Sócrates tras un ayuno sin almuerzo ni desayuno: «Sólo sé que no he cenado»”.

El excelente sentido del humor de Javier Covo Torres, su gran habilidad para el dibujo y el conocimiento de los personajes que describe, hacen de estos libros una excelente mezcla que conjuga el buen humor con datos históricos, serios y precisos. Covo como pintor y caricaturista cartagenero, si bien se dedicó a este último oficio, o a hacer “muñequitos”, como él dice, también veía un futuro prometedor cuando apenas se formaba como profesional en la Universidad Jorge Tadeo Lozano.

Decía estar tan convencido de que “el arte no daba plata”, que se especializó en Restauración de Monumentos e Historia de la Arquitectura, en Madrid, España, a pesar de que sus dibujos ya le habían generado dinero siendo apenas estudiante de bachillerato, pues ya hacia caricaturas para el periódico El Universal, en los años 70, al ganarle el puesto a su profesor de dibujo. También trabajó durante 15 años para El Espectador, pasando por el momento en que el narcotráfico atacó al diario por sus publicaciones, en los 80.

Cuenta Covo: “Esa serie de biografías tuvo un relativo éxito, y eso me impulsó mucho y me hizo andar por las ferias. Realmente lo que hago es divulgar la cultura con humor. Tratar de que la gente lea, pero con humor gráfico. Mis libros son una manera de enseñar divirtiendo. De Cartagena, hice La historia de Cartagena, un libro que hicimos de una aventura, con Sícalo Pinaud. Esa edición se vendió toda y a raíz de eso, me empezaron a publicar aquí en Colombia, porque ese libro llegó a las editoriales en Bogotá”.

Después de su trabajo en Colombia, Covo y su esposa, Ileana Reyes, se mudaron en el 2000 a la ciudad natal de esta, Mérida, Yucatán en México.
“Allá ese proceso de divulgar la cultura me agarró como en un periodo de madurez creativa, porque ya tenía más de 40 años. Allá empecé a desarrollar un trabajo en un lugar que no es el mío, pero en el proceso de adaptarme y asimilar una cultura diferente (incluso a la del resto de México), ese trabajo empezó tener mucho impacto”
, señala el caricaturista. Y hace unos ocho años, Covo creó el libro Pasaporte Yucateco, del cual se han vendido cerca de 20 mil ejemplares en varias ediciones.


Ese libro, es un recorrido por la cultura yucateca, nació tres años después un personaje llamado ‘Donia Way’. “’Donia’ es doña, porque en el habla yucateca, en su cruce con maya, tienen dificultad para pronunciar la ñ. En maya no existe la ñ. Y ‘way’ es una interjección. En maya es una expresión de asombro, de sorpresa”, aclara el autor. “Javier empezó a mostrar a ‘Donia Way’ en redes y ella reflejó, aún siendo una mujer indígena, que allá se le dice mestiza, a gente de todos los estratos sociales y de todas las edades. Era la primera vez que un personaje hacía este trabajo de identificar y representar una cultura allá, en Yucatán. 


Donia Way comenzó a ganar seguidores, actualmente tiene más de 76 mil en Facebook. “La gente preguntaba qué había de Donia Way, porque querían comprar algo de ella y así empezamos a hacer una taza, una camiseta”... Desarrollaron la marca ‘Way’, con productos de todo tipo, montaron su propia tienda en el centro histórico de Mérida, una revista mensual que va en su edición número 66 y mueve mucha publicidad, unas cartillas con ‘bombas’ (versos que se dicen durante la ‘jarana’, baile típico de Yucatán), recetarios, ‘yucabulario’. Y todo con la creatividad y los “muñequitos” de Javier Covo Torres y la solidez investigativa de su esposa.
  Maracaibo, domingo 15 enero del año 2023

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