martes, 2 de septiembre de 2025

Cisneros y Bellermann

Joseph Luis de Cisneros fue un comerciante venido de España a la Provincia de Venezuela, donde ejerció su comercio unos años y en función de su actividad recorrió bastante el país y publicó, en 1764, una obra donde detalla sus impresiones sobre el estado del comercio y del país que conoció. Descripción exacta de la provincia de Benezuela, su libro, fue publicado en 1764(ver). Aunque su identidad es todavía una incógnita… Cisneros ha sido considerado como el primer escritor criollo venezolano con obra impresa conocida.


 

Lo único que de Cisneros se sabe positivamente es lo que dice en su libro. El mismo afirma que era natural de la provincia de Venezuela, pero tanto pudo nacer en Valencia como en Caracas o cualquier otra población. Residió en Caracas y como comerciante o funcionario al servicio de la Compañía Guipuzcoana, y recorrió en el transcurso de 25 años la provincia de Venezuela y parte de las de Maracaibo, Santa Marta y otras zonas de la Nueva Granada, navegando por el río San Faustino, por el Orinoco y llegando hasta las colonias holandesas de la orilla derecha del Esequibo y de Suriname.

 

El título completo de su libro es: Descripción exacta de la provincia de Benezuela, por D. Joseph Luis de Cisneros. Dedícala a un incógnito amigo suyo; el pie de imprenta, en la portada, dice: «Impreso en Valencia, Año de MDCCLXIV». Las investigaciones de Grases han demostrado que la impresión del libro no se hizo en la Valencia venezolana (donde no había imprenta en 1764), ni tampoco en la Valencia de Levante en España, sino en la ciudad de San Sebastián, en Guipúzcoa (España) muy probablemente en el taller de Bartolomé Riesgo y Montero, impresor de la Compañía Guipuzcoana.

 

En su libro, Cisneros describe las poblaciones venezolanas de Caracas, San Sebastián de los Reyes, Villa de Cura, Valencia, El Pao en Cojedes, Nirgua, San Carlos, San Jaime, San Felipe el fuerte, Barquismeto, El Tocuyo, Carora, Coro, Trujillo, Guanare, San Fernando de Ospino, y Araure. Numerosos detalles sobre las actividades de la Compañía Guipuzcoana y sobre los recursos naturales y el paisaje de las diferentes regiones descritas aparecen en su libro.

 

Cisneros dijo de Caracas: “Es esta ciudad bastantemente grande. Sus calles muy derechas, de diez varas de ancho, iguales todas en simetría. Está fundada en un valle hermoso, a la parte del sur de la primera cordillera. El temperamento es templado, de modo que ni el calor molesta en el verano, ni el frío en el invierno…Sus aguas son abundantes y delicadas, de cuatro ríos que descienden de la primera cordillera, con que fecundan su terreno, de modo que por todas las calles corren las aguas y sirven de fecundar muchas huertas que proveen a la ciudad de menestras y todo género de hortaliza…Sus edificios son a la antigua. Tiene iglesia catedral, con obispo sufragáneo del arzobispo de la isla Española de Santo Domingo. Un colegio seminario, y en él universidad. Tres conventos de religiosos, dos de religiosas, tres parroquias, cuatro ayudas de parroquia y dos hospitales…

 

Su vecindario pasa de 26.340 almas. Tiene muchas familias ilustres de casas conocidas en la Europa. Mantiene su comercio con la Real Compañía Guipuzcoana… El cacao que se consume en el país es con tanto exceso, que se hace increíble, porque se tiene por preciso alimento. Unos lo toman en chocolate, otros (y son los más) sin canela ni azúcar, solo con papelón -que es una especie de azúcar prieto-, y en todos los valles de la costa de la mar y ciudades de tierra adentro lo toman sin ninguna especie de dulce, que llaman “cerrero”, y a todas horas del día, por cuya razón debemos considerar consumidas en el propio país 34.109 fanegas y 90 libras y 5 onzas de cacao.

 

En esta ciudad, como es la capital de su Provincia, reside el gobernador y capitán general… Dista del puerto de La Guayra dos leguas y media por línea recta, y aunque el camino es muy fragoso, se anda en quatro horas. El puerto es bastante penoso, por estar desabrigado y ser el mar en aquella costa muy fuerte. Tiene buenas fortificaciones, de tres castillos y algunos baluartes. Tiene allí la Compañía Guipuzcoana una factoría con grandes almacenes para la carga y la descarga de los navíos de su comercio …”.


Ferdinand Konrad Bellermann (1814 -1889) pintor y naturalista alemán, quien influenciado por las ideas de Alejandro de Humboldt sobre la vegetación tropical suramericana se especializó en escenas de Venezuela. Ferdinand había hecho amistad con el pintor Friedrich Preller quien fue, a su vez, amigo de Goethe -fue él quien creó el famoso dibujo que muestra al gran poeta en su lecho de muerte- (y en sus brazos falleció, en Italia, el hijo de Goethe).

Para Ferdinand, aun joven pintor, Preller fue un importante iniciador, con quien compartía, además, idénticas ansias de viajar que los llevó a incursionar juntos por los alrededores inmediatos de Turingia, por la isla Rügen en el mar Báltico y finalmente por Noruega, pasando por Bélgica  y Holanda, en 1840. Aquel viaje a Noruega fue decisivo en su vida, un viaje peligroso, con rutas y hospedaje primitivos; al regreso, Bellermann pintó un cuadro de gran formato que atrajo la atención sobre su talento para la representación exacta de la naturaleza, incluyendo formaciones geológicas.

Su cuadro, comprado por el rey de PrusiaFederico Guillermo IV, no se sabe si por sugerencia de Humboldt, pero el gran sabio se convenció de que difícilmente habría otro artista más adecuado para lograr representaciones con valor artístico y precisión científica de las plantas y paisajes de Sudamérica. Existe una carta de recomendación de Humboldt para Bellermann donde le dice"Viaja por encargo de Su Majestad", únicamente con la intención de allanarle todos los caminos al pintor. ​

Bellermann llega a Venezuela el 10 de julio de 1842 y permaneció hasta el 28 de septiembre de 1845. Desembarcó en el puerto de La Guaira e hizo una descripción de las personas que rodean en el puerto y de las calles llamándole la atención las ruinas del terremoto de 1812. Gran parte de su estadía en La Guaira la paso en los altos de Galipán, realizando parte de su obra pictórica a esta región, cautivado por una hermosa cascada y la cantidad de helechos existentes. En Caracas, Bellerman estuvo presente en los homenajes realizados con la llegada de los restos Simón Bolívar dando una descripción fiel de los actos.

Bellermann recorrió gran parte del territorio venezolano produciendo una extensa obra pictórica, constituida por dibujos al creyón, apunte, dibujos a lápiz, pinturas al óleo, en los cuales plasmo vistas urbanas y costumbres típica del territorio venezolano. Confiesa en un informe enviado a Alemania a propósito de un cuadro suyo que representa la Sierra Nevada de Mérida utilizada como paisaje de fondo para un estudio de palmeras."Nunca hubiera osado pintar si antes no hubiese apreciado semejante combinación de elementos en la naturaleza"

Sus vistas de ciudades y edificaciones constituyen documentos reveladores sobre varios aspectos de Venezuela, dibujó las ruinas de edificios de Caracas y Maiquetía devastados por el terremoto de 1812 y pintó los muelles de La GuairaPuerto CabelloAngostura y Maracaibo. Sus tipos humanos se reducen a unos pocos representantes de la población, como indios guajiros y llaneros. Confiesa en un informe enviado a Alemania a propósito de un cuadro suyo que representa la Sierra Nevada de Mérida utilizada como paisaje de fondo para un estudio de palmeras."Nunca hubiera osado pintar si antes no hubiese apreciado semejante combinación de elementos en la naturaleza".  

La obra de Bellermann se caracteriza por una maestría del oficio pictórico. Su dibujo es minucioso hasta el más mínimo detalle siendo preciso y fluido. Caracterizado por un colorido de marrones, sepias, ocres, tonos dorados, anaranjados y verdes profundos y grises azulencos. El Puerto de Puerto Cabello (1842).Vista de La Guaira desde el mar (1843).La cueva del Guácharo (1843).Vista de Puerto Cabello (1843).Rada de Angostura (1843).Páramo en la Sierra Nevada de Mérida (1844-1845).Calle de Mérida con paisaje (1844-1845).Calle de La Guaira con escena figurada. (1844).Yunta de bueyes. (1845).

Con una atmósfera lumínica y cromática de delicados tornasoles caliginosos. Bellermann interpretó el paisaje venezolano en la idea del romanticismo.

Maracaibo, martes 2 de septiembre del año 2025

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