El 21 de enero de 1966, en la zona
sur de la ciudad, donde funcionaba la Granja del Estado el Gobernador Octavio
Andrade Delgado decretaría la creación de un Parque de Ciencias Naturales. Simultáneamente se decretó la
reorganización de la Sociedad de
Ciencias Naturales del estado Zulia. Ese mismo año, enfrentando la
instrucción gubernamental de desalojo del mobiliario y bienes del Instituto de Ciencias Naturales de su
sede histórica en Los Haticos, Adolfo Pons realizó en su representación frustrantes
gestiones ante personalidades políticas e instituciones del estado, tratando de
influir en contra de tales disposiciones.
No obstante, los esfuerzos del Dr
Pons, fue imposible revertir las acciones y los animales del zoológico,
alrededor de 700, que fueron trasladados a una localidad en el sector Los
Pozos, donde necesariamente dejaron de ser atendidos con la misma eficiencia.
El 30 de octubre se consumó el cierre del instituto, con la mudanza desordenada
de las colecciones del museo a una antigua casa situada en el centro de
Maracaibo, quedando ya no para exhibición sino arrumbadas en un espacio
insuficiente y en calidad de depósito. En este ciclo de creación y destrucción
al cual parece condenado el patrimonio cultural de Maracaibo, y en
simultaneidad con esta tragedia, se funda el Centro de Investigaciones Biológicas de la Facultad de Humanidades y
Educación de la Universidad del Zulia.
En 1967 aparece el primer número de
su Boletín, revista periódica de
carácter científico que sobrevive con ingentes esfuerzos las adversidades del
presente. La casa en la cual se depositaron sus colecciones biológicas y su
biblioteca, todas de un valor incalculable por su registro histórico y
geográfico, fue saqueada, vandalizada y
finalmente derrumbada en 1972 durante la demolición del sector tradicional del
casco histórico de Maracaibo.
Bajo el Gobierno
de Rafael Caldera y auspiciado por el zuliano Hilarión Cardozo, un plan de
“desarrollo urbano” destruyó gran parte del barrio “El Saladillo” para ampliar
las vías de transporte automotor en el centro de la ciudad. Actualmente quedan
pocos vestigios del barrio original, pero se conservan varias edificaciones
históricas, La demolición del barrio significó la destrucción una parte de la
identidad cultural zuliana y, especialmente, la maracaibera. Se destruyó el
testimonio de la historia arquitectónica maracaibera de los siglos XVIII y XIX.
El Zoológico de Maracaibo resulto ser un lugar de esparcimiento familiar fundado el 15 de
junio de 1973 en 40 hectáreas de terreno
que se encuentran vía a La Cañada, en el hoy Municipio San Francisco, lo que lo
hace el más grande del país. Una iniciativa que continuó con la que se
encontraba en Los Haticos que por motivo de espacio y población tuvo que ser
cerrado y funcionó desde 1944 hasta 1966, este fue sección del Instituto de
Ciencias Naturales del estado Zulia. Los animales se encuentran en ambientes
naturales que les hacen una convivencia e interacción más tranquila con los
visitantes. La población animal ha llegado en ocasiones a superar los 500
distribuidos en 70 especias.
En 1976 se publica auspiciada por
esta facultad, la revista Anales de Ciencias. En plena
efervescencia llega a Maracaibo el profesor
José Moscó. En 1979 su vida se comparte entre el apoyo a los huelguistas y
la fundación del Museo de Biología de la
Universidad del Zulia, dependencia del
Departamento de Biología, de la
Facultad Experimental de Ciencias que a partir de 1984 comienza a funcionar
en coordinación con el Laboratorio de
Taxidermia y Preparados Anatómicos de la Facultad de Humanidades y Educación, el cual posteriormente será
asimilado al Centro de Investigaciones
Biológicas.
La ciudad y nosotros que relatamos los hechos, regresaremos al sensacionalismo del año del pingüino, episodio muy divulgado cuando en 1978 los estudiantes de ciencias, dirigidos por Ramón Acosta, rescataron el cadáver de una orca de dos toneladas en los bancos de arena de San Carlos, en plena barra del lago. Espontáneamente se levantaría un campamento para la preparación del esqueleto de aquel coloso y la noticia de nuevo toma posición en los diarios de la región. Finalizada la gran campaña taxidérmica y en la tribulación de las limitaciones para alcanzar los objetivos esperados, los estudiantes de ciencias promueven acciones radicales de reclamo a las autoridades universitarias y los acontecimientos llegan hasta escalar el conflicto de una huelga de hambre, todavía en la memoria de muchos de los participantes y profesores.
El 24 de octubre de 1983, se inaugura el Jardín Botánico de Maracaibo, a través de una Fundación creada desde el Rotary Club de Maracaibo. Son 108 hectáreas de jardines y bosques naturales repartidos entre los municipios Maracaibo, Jesús Enrique Lossada y San Francisco. El diseño paisajístico es obra de Roberto Burle Marx. Contó con biblioteca y herbarios propios. Por acuerdos, convenios y comodatos de la Fundación Jardín Botánico de Maracaibo, operaron allí varias iniciativas del Centro de Estudios Botánicos y Agroforestales del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (sede Zulia) desde su creación en 2008 hasta su supresión en 2022.
La revista ANARTIA se publicó por primera vez en 1988 con el descubrimiento de un nuevo
pez que hasta esa fecha había permanecido desconocido para la ciencia. La
especie, Brycon unicolor apareció fotografiada en la portada del primer número
de ANARTIA. El autor de esa
contribución ictiológica fue el profesor José
Moscó, quien además fungió como fundador del Museo de Biología de la Universidad
Central de Venezuela (MBUCV) y del Museo
de Biología de la Universidad del Zulia (MBLUZ).
El profesor Moscó trabajó en la consolidación de la revista y formó parte del grupo de editores que la revista ANARTIA ha tenido durante su fructífera trayectoria. La revista hasta el año 2009 había tenido una edición independiente (monográfica) por número y hasta el presente han salido veintidós contribuciones a la luz pública y científica. El nombre de la revista fue propuesto por Ángel Viloria, destacado entomólogo, quien dirigiera tanto el MBLUZ como nuestra revista. ANARTIA es el epíteto genérico de un grupo de mariposas diurnas neotropicales de la Familia Nymphalidae.
La presente edición de ANARTIA, conmemora con respeto y
admiración la presencia, paso firme y obra civilizadora del Profesor Agustín Pérez Piñango en la ciudad de
Maracaibo, y celebra el octogésimo aniversario del establecimiento y fundación
de su Instituto de Ciencias Naturales, cuya efímera existencia representa un
antes y un después en la cronología del accidentado tránsito histórico de las
instituciones científicas locales.
Mostramos
como ejemplo de la revista ANARTIA, el 23 (2011). En la presente edición se
incluyen los resultados de seis investigaciones en las áreas de la zoología y
la botánica. Estos trabajos inéditos, todos realizados en diversas localidades
de Venezuela, contienen: la descripción de
una nueva especie de anfibio para la ciencia, descubierta en los bosques
nublados de la cordillera de Mérida; la caracterización de las vocalizaciones de
una especie de cocodrilo desde momentos antes de su eclosión y nacimiento; la
caracterización de la dieta del murciélago de saco Peropteryx kappleri en la
serranía de Aroa; el primer
registro del delfín cabeza de melón Peponocephala electra en las costas del
estado Carabobo; la primera contribución sobre la flora
liquénica de la serranía de Perijá y un inventario sobre los peces de las zonas
inundables adyacentes al río Palmar. Cabe destacar que este último aporte,
representa una importante contribución al conocimiento ictiológico del país y
de esta proviene la fotografía de la portada de este número de Anartia.
El equipo editorial de Anartia, de la División de
Investigación de la Facultad
Experimental de Ciencias es una publicación impresa del Museo de Biología de la
Universidad del Zulia ISSN 1315-642X (impresa) ISSN 2665-0347(https://doi.org/10.5281/zenodo.)
En Maracaibo,
el día sábado 21 de septiembre del año 2024
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