sábado, 23 de marzo de 2024

Yanomamis y fotografía.


El médico, fotógrafo y hostelero venezolano Héctor Padula, convivió durante tres años con los Yanomami y sus fotografías y experiencias aparecieron en PRODAVINCI (el 30 de marzo del 2023) en un excelente reportaje del periodista Francisco Olivares. Hago aquí para lapesteloca, un breve resumen de sus vivencias.

Recién graduado de médico, cuenta Héctor Padula que su padre, anestesiólogo como él, lo invitó a una conferencia Caracas sobre la selva amazónica y las comunidades yanomami. Héctor Padula, además de médico, es cocinero y maneja varios restaurantes en Caracas y especialmente es, un artista de la fotografía, quien en libros como Ipa Wayumi, Mi viaje (2017) y PADULA revelaciones (2022) ha reflejado lo que fue su vida durante tres años en la selva amazónica venezolana, conviviendo con comunidades yanomami.

Padula quiso viajar al Amazonas apenas se graduó en 1984, y de 1986 a 1989 se internó en territorio yanomami con jóvenes médicos de la Universidad Central de Venezuela en el programa Parima Culebra-Médicos de la Selva, que duró 16 años. Héctor Padula vivió todo ese tiempo en el Amazonas. Final del formularioTrabajarían siete médicos, a lo largo de 7.000 kilómetros cuadrados del Amazonas, en comunidades como Mavaca, La Esmeralda, Ocamo y Platanal, y fue allí donde Padula comenzaría a retratar a los Yanomamis. Así, empezó a fotografiar a sus pacientes y fotografiaría aproximadamente 800 retratos en todos esos años porque él vivía con ellos, dormía con ellos en sus shabonos y estableció a través de los yanomamis un nexo entre la enfermedad y la salud, la vida y la muerte.

A los registros fotográficos con nombres. se sumaría una constelación de nombres ficticios, buscando registrar a sus pacientes, pero eso no servía de nada porque la condición nómada del yanomami hace prácticamente imposible encontrar a alguien por un registro, porque nunca había dirección física del paciente, tan solo su ubicación del momento.

La muerte de un antropólogo alemán que estaba investigando la fonética yanomami llevaría a Padula a buscar su cadáver en el Alto Siapa, una zona inhóspita. Caminarían durante días. hasta hallar al fallecido que había atado su escopeta al cuerpo para apretar el gatillo y darse un tiro en la cabeza. Había que entregar el cuerpo a un representante de la Embajada de Alemania en Mavaca, pero el guía yanomami había decidido ir a visitar a unos familiares y ningún otro quería ser guía para su regreso, por lo que Héctor tuvo que quedarse instalándose en el shabono cercano. Los yanomami encendieron fuego cerca del shabono para contrarrestar el olor del cadáver del alemán…

En la selva el reloj es inútil y si uno le pregunta a un yanomami cuánto falta te responde: “Si vamos lento, llegamos lento; si vamos rápido, llegamos rápido”. En la noche, pensando en cómo le pudo cambiar la vida al fallecido investigador alemán, los niños yanomami salvaron la de Padula, pues le hicieron levantarse e ir con ellos a jugar en la selva. A la noche siguiente, regresaría a la selva con los niños y utilizaría varios rollos fotográficos que guardó sin revelar por varios años. Cuando el guía regresó se llevaron el cadáver del alemán. en una especie de camilla hecha de fibras de palma, y forraron el cuerpo con hojas de plátano.

En el Amazonas, al caer la lluvia sobre las lajas de piedra negra, se iba generando un marco abstracto, el espacio, el tiempo, la velocidad, la luz y las sombras. Es que Héctor Padula casi todo lo veía a través de un lente. Fue difícil aprender el idioma -porque los Yanomami tienen distintos dialectos- y Héctor fue haciendo su propio diccionario y uno de terminología médica.

Los Yanomami tienen un sistema numérico muy sencillo, que se basa en las dos manos: mori es uno; porokapi, dos; y bruca, muchos. Tener más de dos cosas es mucho… El código de comunicación entre el paciente y el médico es muy importante en cualquier circunstancia. indicando que es tanto o más efectiva que el acto de “brujería” del chamán el chamán de la comunidad hacía sus rituales al paciente mientras los médicos ponían una inyección. Héctor Padula usababa mori, porokapi y bruca para indicar las dosis de pastillas. y los troncos de árboles como los indicadores: de acuerdo a la posición del sol.

“Un guerrero yanomami flechó a la luna y donde cayó la gota de sangre de la luna nació un yanomami”... Uno de los niños que lo levantaba de noche para que los acompañara a jugar en el Alto Siapa, robaba las flechas a su papá, las partía y con ellas se golpeaba en su pecho, al tiempo que le gritaba cosas a la luna, porque los yanomami son los hijos de la luna.

El director curador de la Fundación Archivo Fotografía Urbana, Vasco Szinetar, fue a su consultorio para un chequeo y viendo las fotos en el monitor, aparecieron las digitalizaciones de los rostros de los niños yanomami. Vasco le dijo: “Mira, olvídate del Catatumbo, hay que hacer un libro de los yanomami porque tienes una mirada única en retratos. No hay nadie que haya hecho este trabajo”.

La presidenta de la Fundación Movistar en Venezuela. y una joven que trabajaba en Venevisión que era directora en esa Fundación facilitarían la edición del libro Ipa Wayumi por Movistar de España. Héctor Padula afirma: … “dije que vivir con los yanomami fue un infierno, pero vivir sin ellos ha sido otro infierno”. No fue fácil la convivencia. Muchas enfermedades, frecuentes depresiones. Él era el líder del equipo y en ocasiones se escondía para llorar.

Ahora estamos presenciando el fin de esa etnia, unas comunidades indígenas donde no hay votos, no hay documentos de identidad. Están invadidos por la minería y afectados por la desnutrición y las enfermedades, entre otros factores, que están acabando con la selva del Amazonas y con las etnias. Padula afirma: “Este podría ser el fin de los yanomami. Es lamentable. Los yanomami tienen al menos ocho generaciones sin mezclarse con otra raza. Son los primeros habitantes de América”.

Francisco Olivares es periodista y consultor. Ha trabajado en medios como El Diario de Caracas y El Universal, donde fue editor del área de Investigación, en esta ocasión, para el blog, usaremos algunas de las fotografías de su artículo en PRODAVINCI 2023.

Maracaibo, sábado 23 de marzo del año 2024

No hay comentarios: