sábado, 13 de agosto de 2022

La tripofobia


Tripofobia. Escuché la palabra y al no estar familiarizado con ella, -imaginé: fobia a las tripas- y me interesó el asunto… Por eso estamos hoy tratando este -para mí curioso- tema. La tripofobia, es calificado cómo un trastorno de ansiedad que se considera como “una fobia simple”.

Investigadores recientes de la Universidad de Kent (Reino Unido) han descubierto que el miedo o aversión a agujeros o figuras geométricas muy juntas, también conocido como tripofobia, está relacionado con la respuesta exagerada o una marcada ansiedad que también provocan en algunas personas, los parásitos, o las enfermedades infecciosas. Los autores de este trabajo, que publica la revista 'Cognition and Emotion', reconocen que algunas personas lo pasan realmente mal cuando ven un conjunto de figuras geométricas repetidas, similares a pequeños agujeros, cuadrados u orificios muy pequeños.

Un ejemplo para explicar lo cuasi -para mí- inverosímil de este asunto, es que, digo yo, cómo imaginarse un panal de rica miel de abejas, y pensar que su imagen pueda provocar rechazo mental en algunas personas... Pero sí, panales de abejas, la semilla del loto repetida, ciertos hongos, o esponjas, solo sus imágenes pueden generar terror a la persona que sufre tripofobia, manifestándose ante la sola idea de estas cosas o elementos un gran temor, o un desagrado y miedo. Bastaría con la visión o la cercanía del objeto que tiene agujeros con un patrón geométrico para hacer que la persona manifieste una reacción hasta de pánico con un total bloqueo de pensamientos y de la racionalidad.

También podemos observar síntomas de la tripofobia manifestados por reacciones fisiológicas alteradas, tales como taquicardia, respiración agitada y síntomas de desvanecimiento asociados con la irrefrenable exigencia conductual de huir o de pedir ayuda y protección. Desde un punto de vista psicofisiológico, la ansiedad y el pánico son los síntomas característicos de la tripofobia. La ansiedad se reconoce como una manifestación fisiológica del miedo, y lo que desencadena el ataque de pánico, usualmente es el intento del organismo por controlar esas manifestaciones fisiológicas que paradójicamente se aceleran cada vez que intentamos bajarlas, de manera que el pánico lo provoca la persona misma que padece la fobia, al intentar no sentir el miedo.

El intento de gestionar y poder controlar las sensaciones, es definitivamente lo que acaba generando el problema ya que hay que entender que una fobia, es un miedo intenso, desproporcionado e irracional a un estímulo interno o externo que puede llegar a desembocar en un ataque de pánico. La tripofobia, a veces es llamada también “fobia al patrón repetitivo” o “miedo a los agujeros,” un miedo o repulsión generado ante figuras geométricas muy juntas, especialmente orificios pequeños, o rectángulos muy pequeños. Pero no hay que alarmarse, ya que esta fobia no está incluida en el Manual diagnóstico de los trastornos mentales, sin embargo hay personas que cuando se les inquiere afirman tener miedo de objetos con agujeros pequeños aglomerados, como los que se ven en panales, hormigueros, ciertos hongos y los frutos del loto.

La fobia a los agujeros podría ser más frecuente de lo que imaginamos. Arnold Wilkins y Geoff Cole, aseguran haber sido los primeros en investigar científicamente este fenómeno y el término se acuñó en el 2005, como una combinación del griego τρῦπα trypa “agujero” y fobia “miedo”. Cole y Arnold Wilkins identificaron reacciones tripofóbicas en un 16% de los sujetos que participaron y publicaron su estudio en la revista Psychological Science .

En 2010, una encuesta informal hecha por un grupo de servicios financieros para un programa de mercadotecnia citó la tripofobia, el temor de los agujeros o grupos de agujeros, como el segundo mayor temor, detrás del miedo a los objetos de madera (conocida como xilofobia). En el caso de la tripofobia se ha pensado que la sensación de peligro podría ser desencadenada por la semejanza entre el aspecto de los patrones con la piel de animales venenosos, con los gusanos que producen enfermedades en la piel, como las miasis cutáneas.


Algunos de sus síntomas de esta fobia son cosquilleos, picazón en el cuerpo, ansiedad e incluso náuseas que pueden variar de intensidad y frecuencia. Al señalar que esta fobia puede estar relacionada con el miedo a los parásitos o a las infecciones, se afirma que tiene un origen evolutivo relacionado con la supervivencia. Afortunadamente, como ocurre con otras fobias, la tripofobia tiene tratamiento. Existen, no uno, sino varios tratamientos posibles, entre los que encontramos la desensibilización sistemática y la terapia cognitivo conductual. El tratamiento puede incluir terapia de desensibilización sistemática, uso de ansiolíticos y antidepresivos o psicoterapia.

La mayoría de personas que sufren de estos A raíz de esto, acabaron investigando y publicaron sus hallazgos los miedos “irracionales” e intensos no tienen una explicación causal a nivel neurológico o bioquímico, y tampoco el entorno acaba de explicar la causa del trastorno, así que, si se intenta averiguar la causa del padecimiento a través de preguntas de por qué te incomodan estas fotografías?, se evidencia no saber y no obstante sentir una especie de rechazo instintivo con verdadera repulsión a las figuras geométricas muy juntas, bien sean colmenas, esponjas, o burbujas… Si bien los psiquiatras no consideran la tripofobia como un trastorno mental, miles de pacientes afirman sentir repulsión y síntomas de ansiedad al observar este tipo de imágenes. Los casos más extremos incluso sienten náuseas.

Los expertos, que intentan dar una explicación a esta curiosa fobia, creen que los patrones visuales que causan esta patología tienen mucho en común con las manchas que muestran en su piel varios animales venenosos como la cobra real, algunas arañas y escorpiones y el pulpo de anillos azules -uno de los animales más mortíferos del mundo. Este miedo podría, por lo tanto, tener una explicación evolutiva, y estos patrones provocan un rechazo instintivo en algunas personas. Esto es porque comparten rasgos visuales con sus antepasados, que aprendieron a evitar ciertos animales para sobrevivir.

Desde San Sebastián (Donosti), el domingo 14 de agosto del año 2022


No hay comentarios: