sábado, 20 de agosto de 2022

El Yaravirus

 


En marzo del 2020, relaté en este blog (lapesteloca) como era que existían virus gigantes y virus dentro de protozoarios, capaces de afectar a los seres humanos. En aquellos días, en Brasil fue descubierto un virus que infecta a las amebas; el misterioso Yaravirus que desconcertaba a los científicos con su ADN único, descubierto por los investigadores de la Universidad Federal de Minas Gerais. El virus fue denominado Iara, Uiara o 'y-îara' lo que traduce “señora de las aguas” o “Madre del agua”, un personaje mitológico con características de Sirena, que es parte del folklore mitológico brasileño.

El Yaravirus resultaba especialmente curioso porque más del 90% de su genoma, no se había descrito antes. Posee un total de 68 genes totalmente únicos e inéditos en la Tierra. De sus genes tan sólo seis tienen homólogos, aunque distantes, registrados en las bases de datos públicas. Este virus fue hallado en muestras de agua de los arroyos del lago Pampulha, una laguna artificial en la ciudad de Belo Horizonte, buscando virus gigantes, con genomas masivos, de los que infectan a las amebas cuando se encontraron un intruso mucho más pequeño, un nuevo virus de solo 80 nanómetros de diámetro, cuando los virus que infectan las amebas hasta la fecha son mucho más grandes, hasta más de 200 nanómetros.

El Yaravirus mide cerca de 80 nanómetros y su genoma consta de 44.924 pares de bases para 74 genes. El genoma de Yaravirus también contenía seis tipos de ARN que no coincidían con los codones utilizados comúnmente. Algunas de las características de el Yaravirus son las de ser “una entidad que podría representar el primer virus aislado de Acanthamoebas en un escenario evolutivo alternativo". Se ha pensado que el Yaravirus es misterioso y desconocido, y se cree que a los científicos les enseñará mucho sobre la vida terrestre y la forma cómo la evolución recorrió miles de posibilidades hasta llegar a la vida como la conocemos. Esto también nos permitirá aprender más sobre cómo puede darse la vida en otros planetas y cómo podríamos trasladarla fuera de la Tierra…

Este virus, como dije, fue aislado en los estudios que se hacían sobre los microorganismos patógenos asociados con las amibas de vida libre reconocidas como patógenas en casos de meningoencefalitis granulomatosas como son las que provocan las amebas del género Acanthamoeba. En 1969 trabajando con el microscopio electrónico del Sanatorio Antituberculoso descubrimos una amiba de vida libre que con sus quistes y su voracidad había invadido el cerebro de una señora del barrio Sierra Maestra de Maracaibo. La señora falleció por una meningoencefalitis amibiana primaria y el microscopio electrónico nos mostró a una Acantamoeba con su nucléolo en rosquilla y sus quistes festoneados y ya estudiando más exhaustivamente aquel caso, con la ayuda de Julio Martínez el neuropatólogo de la Universidad de Pittsburgh y del Dr Visvesvara en el CDC de Atlanta, supimos que era el primer caso de infección humana por la Acatamoeba Cultbersoni.

Aprendímos a diferenciar las Acantamoebas de las Neglerias y publicamos varios trabajos sobre las amibas de vida libre y la patología de sus diversas especies mostrando su ultraestructura y señalando particularmente como era la meningoencefalitis granulomatosa amebiana y las peculiaridades de los quistes de paredes festoneadas de las Acantamoebas. Pero lo cierto es que nunca nos permitimos ni imaginar que estos protozoarios podían albergar virus, por más grandes, o pequeños que ellos fuesen…

Las Acanthamoebas fueron descritas por primera vez por Castellani en 1930, en un cultivo de Cryptococcus pararoseus. Sin embargo, sólo en 1931 fue establecido su género, donde se ubicaron las amebas que presentaban numerosas proyecciones espinosas, superficiales, conocidas como acantopodios. En 1958 durante los ensayos para la vacuna contra la polio, en los cultivos celulares usados para preparar la vacuna, aparecieron placas que después de ser inoculadas en algunos modelos animales provocaron su muerte por encefalitis. Tiempo después se encontró que dichas placas fueron causadas por amebas pertenecientes al género Acanthamoeba. Estas observaciones llevaron a Culbertson a predecir el papel de las amebas de vida libre como agentes causantes de enfermedades en el hombre.

Hoy podemos mostrar la manera como se multiplica el Yaravirus dentro de una Aacatamieba: En la gráfica se muestra la multiplicación del Yaravirus dentro de la amiba de vida libre: 1-Fagocitosis, 2-entrada del virus a un fagosoma, 3-fusión con la membrana celular 4-comienza a crearse una fábrica de viriones 5-La numerosas partículas saldrán liberadas con lisis del citoplasma de la amiba.




El Yaravirus, no es un virus gigante, lo realmente único, es su genoma. "Se ha visto que la mayoría de los virus conocidos de las amebas comparten muchas características que finalmente llevaron a los autores a clasificarlos en grupos evolutivos comunes". Esto lo afirmaron los autores en declaraciones recogidas por Science Alert. Contrariamente a lo que se observa en otros virus aislados de amebas, el Yaravirus no está representado por una partícula grande/gigante y un genoma complejo, sino que al mismo tiempo lleva un número importante de genes que previamente no habían sido descritos. En sus investigaciones, los científicos encontraron que más del 90 por ciento de los genes del Yaravirus nunca habían sido descritos antes, constituyendo lo que se conoce como genes huérfanos.

Con esta curiosa afirmación cierro este informe de otro fenómeno de la biología en los años de la pandemia del Coronavirus.

En Madrid el sábado 20 de agosto del año 2022

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