viernes, 26 de agosto de 2022

Julio Romero de Torres


Julio Romero (1874-1930) fue un pintor español nacido en Córdoba, representante de la corriente del simbolismo y quien en ocasiones sería incomprendido o a su vez alabado, por muchos de sus contemporáneos.

Cuando era joven, realizaba una pintura regionalista, heredera de la mejor tradición española, pero progresivamente fue entrando en la estética de la generación del 98 y del modernismo que triunfaba en España. ​ En sus inicios, junto a Solana, Arteta y Ricardo Baroja, Julio Romero intentó reflejar en sus cuadros a esa España dramática y rural, diferenciándose de Sorolla, Sotomayor o Moreno Carbonero, quienes tenían quizás una visión más acomodaticia. Hacia 1908, su estética desembocará en un estilo muy personal que conjugaba el sentimiento popular y cierto folclore, en una genuina línea andalucista plagada de refinamiento y embrujo.

Romero de Torres se caracterizaba por su dibujo preciso en composiciones equilibradas de colores azulados, verdosos y de tonos negros. También su temática flamenca y taurina, le ofrecería un tributo a la copla popular. Tres etapas podemos apreciar en su obra modernista, inicialmente hasta 1908. Una segunda etapa que terminaría en 1916 y finalmente finaliza con su muerte en 1930.​ En 1899, Romero de Torres contrajo matrimonio con la cordobesa Francisca Pellicer López, hermana era el escritor y dramaturgo Julio Pellicer, tío del pintor Rafael Pellicer. Del matrimonio nacerían tres hijos.

En 1895, Julio Romero obtendría una mención honorífica. con su obra ¡Mira qué bonita era! en la Exposición Nacional de Bellas Artes celebrada en el Retiro madrileño. Existe en Córdoba un museo que lleva su nombre y donde pueden apreciarse muchas de sus pinturas. Mira que bonita era, Manola, Conciencia tranquila (1895), Las aceituneras (1897), La consagración de la copla (1911-1912). En el Museo Nacional de Arte de Cataluña se puede ver El retablo del amor. Con La musa gitana recibió una medalla de honor en la Exposición Nacional de Arte del año 1908.

En 1902, Julio Romero pinta Lectura, y durante su viaje de 1904 por París y los Países Bajos se emociona con el lenguaje alegórico y buscará la representación de ideas abstractas usando figuras femeninas y acercándose a la realidad con mujeres de apariencia sensual, aunque desprovistas de erotismo o carnalidad, imbuidas en una atmósfera evanescente, más de contemplación platónica y de ensoñación poética, que las promesas de la carne. A todo lo cual contribuyó su utilización de colores positivos que insisten en la inmaterialidad, con blancos y los tonos de azul. Un lenguaje alegórico buscando la representación de ideas abstractas por medio de figuras femeninas. Romero de Torres consigue una mínima referencia a la realidad con mujeres de apariencia sensual en, obras imbuidas de una atmósfera evanescente.

Julio Romero participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1906. Una de sus obras, Vividoras del amor fue rechazada por inmoral. Paradójicamente, dos años más tarde, esta misma obra se expuso en Londres con gran éxito. Antes de su viaje por Europa, Romero concurrió a la Exposición Nacional de Bellas Artes del año siguiente con La musa gitana (1907), 1908 y el cuadro obtuvo la medalla de oro de la exposición. En 1910, su obra El retablo del amor, fue considerada transgresora. Es un políptico de seis tablas con medidas desiguales presidido por dos desnudos femeninos. Abajo, mujeres virtuosas. Arriba, mujeres pecadoras. Al fondo, la ciudad mítica de Torres, la Córdoba esencial.

El políptico Poema de Córdoba, pintado en 1913, está compuesto de siete paneles, es una alegoría de la ciudad de Córdoba a través de sus personajes femeninos más característicos. Fue expuesto en Madrid en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1915. De izquierda a derecha: Córdoba guerrera, Córdoba barroca, Córdoba judía, Córdoba cristiana, Córdoba romana, Córdoba religiosa y Córdoba torera. En el panel central, dos mujeres sostienen una imagen de San Rafael, el arcángel más fiel a Córdoba..

El artista murió en su casa natal de Córdoba en la madrugada del sábado 10 de mayo de 1930. La gente acudió en masa al Museo de Bellas Artes de la plaza del Potro, para dar testimonio de su dolor ante el cadáver, depositado en el salón del Museo Provincial, antigua capilla del hospital de la Caridad. El Ayuntamiento acordó sufragar los gastos de los funerales, asistir en Pleno al entierro y ceder terrenos a perpetuidad en el cementerio de San Rafael para recoger los restos mortales del pintor. El ministro de Gracia y Justicia, José Estrada y Estrada, acudió al sepelio en representación del rey Alfonso XIII. El entierro se llevó a efecto el lunes 12 de mayo, en la Mezquita-Catedral. Está enterrado en el cementerio de San Rafael de su ciudad natal.


En Madrid el viernes 26 de agosto del año 2022




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