viernes, 25 de marzo de 2022

Mutaciones y cáncer

 Mutaciones y cáncer

Javier Robles Valero en febrero de este año 2022 decía en ABC.es, que cada vez que surge una investigación relacionada con cáncer salta la pregunta de si podremos algún día curar esta enfermedad. Bien conocida es la máxima aquella de que el cáncer “es curable si se diagnostica a tiempo”; entretanto, miles de investigadores estudian el cáncer con la esperanza de hallar la respuesta certera sobre su curación.

En los últimos años, se ha logrado la secuenciación del genoma de distintos tumores humanos y ahora se entienden mejor las cosas al saber que el cáncer se compone de miles de alteraciones genéticas (mutaciones) de una gran cantidad de genes, por lo que se hace necesario conocer cuales mutaciones son realmente las importantes para el desarrollo del cáncer y además saber en detalle qué efectos provocan.

VAV1 es uno de los genes que se encuentra mutado en diferentes tipos de tumores y esto sucede precisamente en el linfoma periférico de células T. Las células T de nuestro sistema inmune, las mismas que reconocen y destruyen otras células potencialmente “peligrosas” para nuestro organismo pueden tener un problema que surge cuando los propios linfocitos T sufren mutaciones y estas los hacen proliferar de forma descontrolada hasta promover la formación de linfomas.

Los linfomas periféricos de células T se caracterizan por su agresividad, falta de opciones terapéuticas y una alta mortalidad que no ha mejorado significativamente en los últimos años. Estos tumores constituyen, por tanto, un importante reto para su estudio. El uso de ratones como modelos preclínicos de investigación ha valido para desarrollar un modelo animal que permite generar linfomas en ratones tras la expresión de mutantes de VAV1 en linfocitos T sanos.

La identificación y catalogación de estas mutaciones del gen VAV1 puede contribuir a desarrollar fármacos personalizados contra la progresión de este tipo de linfomas. El uso de ratones como modelos preclínicos de investigación es el ejemplo de cómo desarrollar un modelo animal que permita generar linfomas en ratones tras la expresión de mutantes de VAV1 en linfocitos T sanos. Un equipo de científicos del Centro de Investigación del Cáncer del CSIC y la Universidad de Salamanca, han identificado y catalogado ya 50 mutaciones de este gen.

Los investigadores han demostrado que el 51% de las mutaciones del gen VAV1 favorecen la rápida aparición de linfomas y promueven la activación descontrolada del gen. Si la activación de VAV1 es la adecuada, los linfocitos T funcionan de forma normal, sin embargo, si esa activación es errónea, las células empiezan a crecer y dividirse de forma descontrolada. Así ocurre en el caso de los linfomas periféricos de células T.

El trabajo publicado por este grupo de investigación en la revista científica EMBO Journal, demuestra que la mayoría de las mutaciones encontradas en los pacientes conllevan la activación descontrolada de la proteína VAV1 en las células cancerosas. También demostraron que las mutaciones más frecuentes de VAV1 actúan como “conductores” oncogénicos autónomos por lo que son capaces de inducir tumores sin necesidad de aparecer con otras alteraciones genéticas. Esta observación subraya aún más el hecho de que la presencia de estas mutaciones en los tumores son las responsables principales del origen de los mismos.

Curiosamente, científicos del Dana-Farber/Brigham and Women’s Cancer Center de Boston (EUA) analizaron el número de pruebas diagnósticas de cáncer (mamografías, colonoscopias, pruebas de Papanicolau para cáncer cervical, de PSA para cáncer de próstata y tomografías computarizadas) realizadas durante la primera ola pandémica entre marzo y junio del 2020 y sus cifras no dejaban lugar a dudas: el número de pruebas de diagnóstico temprano de cáncer disminuyó pronunciadamente en los tres meses de la primera ola pandémica, disminución esta que provocó una reducción drástica en el número de diagnósticos de lesiones precancerosas y de tumores detectados.

Hay que entender que los recursos hospitalarios se habían visto reducidos enormemente al destinarse fundamentalmente a atender la emergencia pandémica, sumado a que muchas personas evitan acudir a centros médicos para no saturar aún más el sistema o por miedo a poner su salud en riesgo. Finalmente el British Journal of Haemathology describió el caso clínico de un paciente con linfoma de Hodgkin en estadio III que ingresó con dificultad respiratoria por neumonía a SARS-CoV-2 positivo por PCR. No se le administró corticosteroides ni inmunoquimioterapia y cuatro meses después, una exploración clínica y con PET reveló una remisión del linfoma. El SARS-CoV-2 aparentemente le había curado el linfoma. La pregunta era…¿Pudo el SARS-CoV-2 desencadenar una respuesta inmunitaria antitumoral?

Se había descrito un caso similar en otro tipo de linfoma que había remitido espontáneamente antes de tratamiento debido al efecto antitumoral de una neumonía infecciosa y de una colitis por Clostridium difficile, de manera que era un hecho ya conocido que los microorganismos no solo pueden causar cáncer, sino que también pueden ayudar a curarlo. Sobre este tema hay curiosos ejemplos…



A finales del siglo XIX, William B. Coley, un médico de Nueva York (y muestro aquí su fotografía con un par de colaboradores) desarrolló un tratamiento contra el cáncer con un preparado de bacterias llamado “las toxinas de Coley”, al darse cuenta de que los pacientes con cáncer y quienes además sufrían una infección respondían mejor que los pacientes sin infección. Coley desarrolló un cóctel de bacterias Streptococcus pyogenes y Serratia marcescens, que inyectaba directamente en el tumor.  De manera que era ya una historia conocida que durante años en EUA se trató a pacientes de algunos tipos de cáncer incurables con preparados de bacterias y toxinas, en muchos casos de forma exitosa.

Aunque suene a tratamientos con CoolAid, esta historia al final nos presenta al autor de una de estas curiosidades en el mundo de los genes, las mutaciones y el cáncer.

Maracaibo, viernes 25 de marzo del año 2022

 

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