Noticias de
un escándalo científico en Europa
En septiembre
del año 2015 la bióloga molecular Susana González del Centro de Biología
Molecular Severo Ochoa, en Madrid, recibió dos millones de euros de la Unión
Europea para investigar durante cinco años, algo que aunque suena a ciencia
ficción: se trataba de rejuvenecer corazones de personas ancianas o enfermas. Desde
el 1 de enero de 2017 Antonio Herrera Merchán, un científico cordobés de 38
años está en las filas del paro tras destapar un escándalo de la ciencia
española, y la prestigiosa bióloga molecular Susana González López, del Centro
Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), y reconocida por sus
vanguardistas estudios sobre las enfermedades del corazón, fue despedida de su
cargo. El equipo de la
investigadora González López había observado que, si se bloquea un gen en el
corazón de unos ratones, estos desarrollan una cardiomiopatía dilatada, que es
el diagnóstico de una enfermedad que afecta a una de cada 2.500 personas
adultas, les produce insuficiencia cardiaca y es el motivo más frecuente para
requerir un trasplante de corazón.
El grupo de
González López modificó genéticamente un ratón para desactivar solo en las
células de su corazón uno de sus genes: el Bmi1.
Esta inactivación del gen hacía que no se produjera más la proteína Bmi1,
que es el regulador epigenético que actuaba como un interruptor del ADN del
ratón. Su ausencia provocaba la aparición de la cardiomiopatía dilatada. El
corazón del ratón envejecería en un mes el equivalente a 50 años humanos, y se convertiría
en una pelota, sus pulmones se encharcan y el animal moría. La investigadora demostró
que si le adhería el corazón de un ratón sano a otro que experimentalmente estaba
sufriendo de insuficiencia cardiaca, en un mes el roedor enfermo se habría recuperado.
En solo un mes compartiendo sangre, pegados como siameses, algo que
técnicamente se conoce como “parabiosis”, el ratón envejecido había recuperado
su corazón. “La regresión de la
cardiomiopatía dilatada es posible”, celebró la científica y esta primera
parte de su hallazgo se publicó en marzo en la revista Nature Communications. Durante
cinco años, la bióloga molecular, jefa del Grupo de envejecimiento cardiaco del CNIC,
dedicará los dos millones de euros a intentar identificar la molécula natural
que rejuveneció el corazón del ratón.
Antonio Herrera
Merchán, investigador, licenciado en Ciencias del Mar, quien había realizado su
tesis doctoral en el CNIC a las órdenes de González, entre 2008 y 2012, tras un
año de silencio desde el despido de González López, ejecutado el 29 de febrero
de 2016, ha explicado lo sucedido. En septiembre de 2014, durante el Congreso Anual
de la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular, celebrado en
Granada, Susana González ofreció una charla sobre su revolucionaria técnica
para “rejuvenecer” corazones. Herrera Merchán asistió a escucharla esperando
saludarla después del acto, pero durante la charla en Granada, le pareció que
una de las imágenes que mostraba su antigua tutora estaba “duplicada y
ampliada”, ilustrando dos experimentos distintos en dos ratones diferentes. Más
tarde se lo comentaría a un compañero quien le habló de la web PubPeer, en la
que los científicos comentan artículos de otros colegas de manera anónima, sin
embargo, Herrera Merchán no le dio mayor importancia.
El 9 de marzo de
2015, cuando Susana González publicó sus impresionantes avances en ratones
Herrera Merchán vio claramente que eran exactamente las mismas imágenes que había
visto en Granada, solo que una, era la ampliación de la otra, por lo que decidió
ir a la web PubPeer, y para su sorpresa, su nombre y el de Susana González tenían
numerosas acusaciones anónimas contra estudios de su propia tesis doctoral y
contra los experimentos de su ex-tutora.
En enero de 2016, muy preocupado, y tras una discusión con la bióloga
molecular, Herrera Merchán compartió su inquietud con los responsables del CNIC.
Susana González fue despedida de manera inmediata por “irregularidades”; el
CNIC comunicó al Consejo Europeo de Investigación las “presuntas malas
prácticas científicas” de González y la ayuda de 1,86 millones de euros fue
suspendida ipso facto.
Tras un
año de silencio desde el despido de González, ejecutado el 29 de febrero de
2016, en el mes de enero 2017, el Juzgado de lo Social número 5 de Madrid ha
desestimado una demanda presentada por la investigadora y ha declarado el
despido procedente según fuentes del CNIC, aunque la sentencia no es firme y Susana
González, funcionaria, se reincorporó a su plaza fija de científica titular del
CSIC en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa. Herrera Merchán desde que
terminó su último contrato en el centro GENYO de Genómica e Investigación
Oncológica, en Granada, está convencido de que el escándalo sigue manchando su
nombre, pues ha acudido a entrevistas de trabajo, sin éxito. Solo le cabe
decir: “Yo tengo las manos limpias”. "Solo hice lo que, creo, debía
hacer". Que cada quien juzgue y la historia quizás absolverá con el paso
del tiempo a los protagonistas de este drama inusual para nuestras regiones lejos
del llamado “primer mundo”, por acá, en uno de los países, que supuestamente està en “vías
de desarrollo” …
Maracaibo, 2 de abril del 2017
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