Diciembre,
1991 -DISCURSO
DE CLAUSURA DE LAS XXXV JORNADAS de la S.V.A.P. (Caracas)
Tres de
mis queridas colegas, encargadas del Comité Organizador de estas Jornadas de la
Sociedad Venezolana de Anatomía Patológica, me escribieron una carta hace un
mes, instándome a decir unas palabras y me pidieron de manera especial que
tratara de expresar un mensaje de optimismo. En la Venezuela de hoy, este
pedido es casi una quimera utópica, pero yo hice un esfuerzo por complacerlas,
entre otras cosas porque las quiero mucho y por ello, escribí estas palabras
que resumen algunos de mis deseos referidos a nuestros jóvenes patólogos...
Final: En el fondo de todo, mis más caros deseos son para que nuestra especialidad
sé enrumbe por una
senda de perfección gracias a ustedes,
los patólogos jóvenes quienes tienen todo el futuro frente a frente, ahora,
cuando ya estamos casi finalizando el siglo XX, con un ejercicio de la
especialidad cada vez más decente, el cual se hará una realidad cuando nosotros
mismos consideremos a nuestra profesión con mucho más cariño del que le
profesamos, cuando repletos de optimismo avancemos por el claro sendero de
quien asume con valor sincero, que lo importante es trabajar con amor
verdadero, no solo dedicados a la investigación o a hacer diagnósticos
certeros, sino a ser más humanos todavía, para poder sentir y vislumbrar como
en la madrugada, bajo un cielo preñado de luceros, florece cada día, en el
solar de cada quien un limonero. Muchas gracias.
Junio 1997 EL OFICIO DE ESCRIBIR-VIVENCIAS DE UN PATÓLOGO (Valencia, Edo Carabobo.).
En esta charla pretendo discutir el tema de la escritura como “oficio”. No
voy a referirme a la escritura de trabajos de investigación, o la descripción
de casos anatomopatológicos, ni tampoco la redacción de ensayos filosóficos o
de artículos periodísticos; deseo conversar con ustedes sobre el oficio de
escribir, novelas, sobre algo que pudiéramos denominar, el oficio de escribir,
literatura. El tema no es común y les confieso que, es esta la primera vez que
intento abordarlo… Final: Quisiera concluir esta charla con unas palabras de mi
amigo, el escritor Eduardo Liendo, a quien debo el saber una buena parte de lo
que les he comentado hoy: “Lo que más me
fascina de la literatura es la posibilidad de ser otro, de ser yo y múltiple.
Ser zorro y pez, nube y cometa, héroe y ratero, espuma y roca, eco y
silencio... El escritor, por muy desamparado que se encuentre, por suicida que
sea, es el amante preferido de la existencia. Por eso quizás su mayor desafío
es vencer a la muerte con el filo de la palabra”. Muchas gracias En
Valencia, Edo Carabobo, el 28 de junio de 1997.
Diciembre 1997 FINAL DE UN “DISCURSO”
(Maracaibo)
El 11 de diciembre de 1997, me correspondió decir unas
palabras en el Salón de Situaciones del Palacio de Gobierno del Estado Zulia,
en Maracaibo en representación de “los escritores publicados” por la Secretaría
de Cultura del Estado Zulia. Recién venía desde Caracas a “bautizar” la
publicación de “La Peste Loca”, gracias a la iniciativa de la Secretaría de
Cultura de la Gobernación del Estado y en particular a los buenos oficios de
Jesús Ángel Parra, quien se había entusiasmado con mi novela y auspició su publicación
para iniciar una nueva colección que llevaría el nombre de “Madréporas”. Comencé
diciendo: “Hace
un par de días recibí con emoción un fax con la invitación de la Secretaría de
Cultura del Estado para asistir a este importante evento y debo confesarles que
me llenó de preocupación una nota al pie de la página. En ella se me anunciaba
que tenía que intervenir en el protocolo, y que debería hacerlo en
representación de todos los escritores publicados…
Final: Quizás pronto nosotros, los escritores y los poetas de esta región del occidente venezolano, podremos volver a sentir que era cierto, aquello que decía Udón, de los zulianos y del lago, aquella historia, de que...“és fama que le basta, ya encinta, a la madre futura, somorgujar sus formas en la corriente pura, para que luzca el hijo sobre su sien de esteta, la aureola que anuncia la gloria del poeta”. Muchas gracias.
Marzo 2014. CUARENTA AÑOS EN LA Sociedad Latinoamericana de
Patologia (SLAP). Charla dictada en el XXXCongreso Centroamericano y del
Caribe- Managua, Nicaragua.
Esta es una
historia personal, sobre mi relación con la Sociedad Latinoamericana de
Patología (SLAP) y con los patólogos latinoamericanos. Creí conveniente iniciar
mi historia en el año 1969, y antes de seguir adelante, me parece debo
presentarme. Soy un patólogo venezolano
graduado como médico-cirujano en la Universidad del Zulia, en Maracaibo, mi
ciudad natal, en julio del año 1963. Comencé en Anatomía Patológica desde
entonces, y en febrero del año 1964, ya había hecho 60 autopsias. Tenía un
cargo hospitalario sin sueldo, por lo que fue una suerte lograr una beca, que
el doctor Franz Wenger jefe del Servicio de Patología del hospital
Universitario de Maracaibo gestionó con un Club Rotario de Wisconsin. Así pude
irme a los Estados Unidos donde permanecí hasta el año 1967. Estuve haciendo la
residencia en patología en la Universidad de Wisconsin, pasé un año en el
Philadelfia General Hospital y en la Universidad de Pennsylvania, e hice un
curso complementario de microscopía electrónica en Berkeley. Regresé a mi tierra en enero del año 1968 y
tuve la suerte de poder trabajar en microscopía electrónica en Maracaibo,
iniciando lo que llamamos la patología ultraestructural. Final:
Finalmente allí mismo, reunidos con muchos amigos, decidimos que asistiríamos
el año siguiente al XXXI Congreso Centroamericano y del Caribe de Patología que
estaban organizando el doctor Argüello y Vilma Isabel Pérez Valle y se nos
ocurrió pensar en que podría hablar relatando todas estas experiencias de vida,
durante 40 años con los amigos de la SLAP. Tanto Víctor Argueta como Martín
Sangüeza, el actual presidente de la SLAP, me plantearon la posibilidad de
intentar escribir parte de la charla que había dado, ayudado por imágenes
recogidas en viejas fotografías. Espero haber cumplido sus deseos.
Junio,
2014 DISCURSO DE
CLAUSURA DE LA SEMANA ZULIANA DE LA
NARRATIVA (Maracaibo).
Quiero agradecer al Movimiento Poético de Maracaibo por haberme ofrecido
este inmerecido protagonismo, dentro del programa de la Semana Zuliana de la
Narrativa. Igualmente le doy las más expresivas gracias a La Alcaldesa y a las
autoridades de la Alcaldía de Maracaibo por
prestarnos los espacios del Museo de Artes Gráficas para haber podido
desarrollar aquí las actividades de este evento. Quise aprovechar esta
oportunidad, para atreverme a relatarles cómo y por qué, un
médico-anatomopatólogo llega a transformarse en “escribidor” de novelas. Este
es un hecho raro, ciertamente, por eso quiero explicarles como he venido
cumpliendo ininterrumpidamente, una actividad
que para mí ha sido muy satisfactoria.
Final: Tengo un amigo, que toca la guitarra, y canta.
Algunas veces canta tangos, y yo quisiera para finalizar, como una reflexión,
poder repetir en este momento algunas estrofas de uno de esos que él canta, que
me gusta mucho. Se denomina “Convencernos”. Convencernos
un día de veras, que todo lo bueno no viene de afuera /Que tenemos estilo y un
modo y hace falta jugarlo con todo. / Ser nosotros por siempre y a fuerza de
ser, convencernos y así convencer. /Y ser, al menos una vez nosotros, sin ese
tinte del color de otros /Recuperar la identidad, plantarnos en los pies,
crecer hasta tapar la inmadurez / Y ser al menos, una vez, nosotros, tan
nosotros, bien nosotros, como debe ser”. Muchas gracias.
Septiembre, 2016. DISCURSO DE
ORDEN 487º Aniversario de la Fundación de la Ciudad de Maracaibo (Teatro
Baralt).
Quiero
agradecer la invitación que me ha hecho el Poder Municipal de Maracaibo, al
otorgarme el privilegio de hablar ante Ustedes cuando estamos conmemorando el 487 aniversario de la fundación de
nuestra ciudad. Venía navegando desde Santo Domingo, Ambrosio Alfinger, un alemán
que para aquellos días contaba tan solo con 29 años y había nacido a orillas
del Danubio, cuando el día ocho de septiembre, del año 1529, decidió
desembarcar en una playa bordeada de palmeras, en los linderos desdibujados
años atrás por Juan de la Cosa, en lo que aparecía como la tierra firme, a la
entrada del lago Coquivacoa.
Final: Así, la flora y fauna lacustre
paulatinamente se recuperarán, y podremos ver brillar el cielo por las noches,
y volveremos a decir, como Marcial Hernández, que “ni aun el ímpetu de los huracanes puede apagar el simbólico Faro del
Catatumbo”, porque “El Zulia entre la noche relampaguea”. Muchas gracias
Octubre
2017. CONFERENCIA MAGISTRAL en la Instalación del XVIII
Congreso de la Academia de Medicina del Zulia (Maracaibo).
Buenas tardes,
mis estimados colegas, señoras, señores: quiero agradecer el honor de haber
sido designado epónimo de este décimo-octavo congreso de la Academia de
Medicina del Zulia, heredera de la Sociedad Médico Quirúrgica del Zulia, una
institución fundada en 1917. Este año estamos celebrando el centenario de su
nacimiento y recién se cumplen también, 50 años desde agosto de 1967, cuando
mediante Decreto de la Asamblea Legislativa del Estado, se transformó la
Sociedad Médico Quirúrgica en la Academia de Medicina del Zulia. Agradezco
igualmente, la oportunidad de dirigirme a ustedes en esta ocasión tan
importante…
Final: Sería en el
año 1991, cuando traté de explicarles en la capital a mis colegas patólogos,
que era ya tiempo de abandonar el exilio y de regresar a mi tierra. Ellos no
querían aceptarlo… Recuerdo les hablé del lago, con sus ondas; la ola medio
caliente, entumecida, coronada de espuma, que para mí, flotaba melancólica y me
llamaba… Bien. Al final concluiría diciendo y lo repito ahora, que lo
importante es trabajar y es ideal poder hacerlo en lo que a uno le gusta, pero
especialmente, hacerlo siempre, con amor, para ser más humanos todavía, y poder
dormir así, tranquilos, y apaciblemente, vislumbrar en las madrugadas, bajo un
cielo preñado de luceros, como florece cada día, en el solar de cada quien, un
limonero. Muchas gracias.
NOTA: Estos comienzos y finales de “discursos”, fueron
como lo indica el título “ejercicios de retórica”, y representan recuerdos de
algunas de las veces que, por invitación, estuve conminado a hablar en público.
Maracaibo, lunes 24 de noviembre del
año 2025
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