Nápoles 1944 según Norman Lewis
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Norman Lewis (1908 - 2003) fue un escritor prolífico británico conocido
por su literatura de viajes. Nació en Forty Hill, Middlesex, un suburbio de
Londres, y asistió a Enfield Grammar School. Sirvió en la Segunda Guerra Mundial
y escribió un relato de sus experiencias durante la ocupación aliada de Italia,
titulado Nápoles '44. Finalizada la guerra escribió libros titulados Tierra Dorada sobre Birmania, y Un Dragón aparente, sobre la Indochina
francesa. Fascinado por culturas poco conocidas en Occidente, publicó libros
como Un Imperio de Oriente sobre
Indonesia, y Dónde las piedras son
dioses de los pueblos tribales de India, Crónicas de Viaje I: El Expreso de Rangún, Genocidio y otros relatos.
Lewis escribió doce novelas pero su reputación se basa principalmente en su
literatura de viajes. Es considerado por algunos como uno de los autores en
lengua inglesa más importantes del siglo XX. Graham Greene dijo de él que “es uno de los mejores escritores, no de
ninguna década particular, sino de
nuestro siglo". La
primera esposa de Lewis, Ernestina, fue una aristócrata siciliana que, tuvo
vinculaciones con la Mafia, otro tema de gran interés que Lewis reflejó en La Honorable Sociedad o en In Sicily. Su visión de la Mafia estaba
basada en una comprensión aguda de la sociedad siciliana y el sufrimiento de la gente, sin perder de vista
los horrores infligidos por la organización. Lewis también focalizó su interés
en el impacto de las misiones en las sociedades tribales, con una actitud muy
crítica sobre las actividades de los misioneros evangelistas americanos
descrita en Los Misioneros. En 1968,
su artículo Genocide in Brazil,
publicado en Sunday Times, impactó y
culminó con la fundación de Survival International, organización dedicada a la protección de los
pueblos tradicionales del mundo, hecho que Norman Lewis consideró el mayor
logro de su vida. Lewis escribió varios volúmenes autobiográficos, centrados en
sus observaciones de los muchos lugares en el cual vivió durante años, Lewia murió en Saffron Walden, en Julio 2003.
Norman
Lewis, pisó tierra italiana con el desembarco de los aliados en Salerno, el 8
de septiembre de 1943. En ese momento comenzaría con un ritmo desesperantemente
lento el proceso de distracción de las fuerzas alemanas para llevar adelante el
proyectado ataque al año siguiente a través del Canal de la Mancha. La misión
de la unidad de Lewis era garantizar la seguridad en la zona de Nápoles, informar
sobre sospechosos, prevenir sabotajes, y cumplir con todo lo necesario para sostener
el curso de la guerra, experiencia
esta, desde septiembre de 1943 hasta octubre de 1944, que está recogida en
forma de diario en su obra, Nápoles
1944. Un oficial del Servicio de
Inteligencia en el laberinto italiano. Los pueblos que estaban siendo liberados
por las tropas aliadas, supuestamente recuperarían la paz y la justicia y habría de cesar el hambre extrema
al restablecerse el orden y finalizar el fascismo. Norman Lewis en su libro
señaló que lo acontecido fue precisamente todo lo contrario.
Tras la
liberación, el desabastecimiento, el hambre, el desorden y la inseguridad fueron
caóticas. El robo se transformó en un mal endémico, el mercado negro se
expandió nutriéndose a diario de la sustracción de material del ejército
liberador, el pueblo tuvo que prostituirse para lograr un mínimo sustento, el
contrabando y el desorden cundió entre las tropas de ocupación, que se hacían
de la vista gorda aduciendo que todo lo que acontecía eran cuestiones internas
que deberían resolver las nuevas autoridades italianas. Muchos soldados
americanos desertaron. Se describieron numerosos casos de ultraje de mujeres
italianas por soldados de las fuerzas de liberación, así como de oficiales que
torturaron a civiles o se asociaron con delincuentes locales. Aparecieron grupos
de bandoleros italianos para saquear a los pobres habitantes de
pueblos indefensos. Lewis tenía asignada la vigilancia en pueblos
próximos a Nápoles en la llamada Zona di Camorra donde una mafia logro con la
colaboración de soldados americanos de origen italiano, la omertà, complicidad
encubierta, en ocasiones forzada por temor donde se organizarían negocios que
alcanzaron incluso al Gobierno Militar Aliado. Vito Genovese, gangster
estadounidense nacido napolitano, empleado por el ejército como traductor,
había desarrollado una red de hampones para ejercer control político de la
región, apareciendo como el capo de Nápoles, por encima incluso de la autoridad
militar aliada. Los italianos demasiado acostumbrados a que luchar por su
supervivencia tras el gobierno fascista y la ocupación alemana sobrevivieron en
medio de una trágica situación en la Nápoles descrita por Lewis. Para colmo de
males, el Vesubio hizo erupción en marzo de 1944, engullendo la lava un poblado
de las cercanías. Las iglesias se verían colmadas de feligreses con el ansia de
ver milagros y proliferarían los amuletos, las procesiones, el incienso mientras
la enfermedad, la superstición, el hambre y el abuso del poder remedaban épocas
medievales ya en pleno siglo XX. La fiebre tifoidea, brotes de malaria e
innumerables enfermedades venéreas en medio de una infraestructura sanitaria
catastrófica con hospitales atendidos solo por una enfermera y de noche los
heridos y enfermos abandonados hasta al día siguiente esperar a saber cuántos
sobrevivieron a la noche. El contrabando de penicilina robada al ejército, es
un ejemplo de como la compra de jueces y abogados aseguraba que los acusados
resultaran absueltos. “Nunca se hacía justicia”, escribió
Lewis, “y si alguna vez hubo un lugar que estuviera en venta, ese era Nápoles”.
Todas estas situaciones vividas ante la supuesta indignación de los mandos
militares aliados incapaces de ordenar la precaria vida de la Nápoles del 44. Un
ejemplo de lo sucedido en medio de una avanzada de guerra para ir hacia la paz
y un recordatorio de lo sucedido para asimilarlo a los tiempos que estamos
viviendo en este comienzo del siglo XXI.
Maracaibo, 27 de julio del 2016
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