domingo, 19 de octubre de 2025

De la escritura…(1)

 

Este es un Blog que como mis lectores conocen, o no, desde 2007 o 2008 comenzó a fraguarse y tal vez su desarrollo se concretaría en los años 2013 y 2014, para arrancar formalmente en 2015 y 2016 y tomar desde 2019, la idea (que se transformaría en una compulsiva manía) de escribir todos los días (salió en verso sin esfuerzo)…

 

Esta manera de llevar el Blog ( lapesteloca ) ha valido para que aquí escribiese sin otra idea que no fuese, la que día a día se llegase a mi mente. De manera que, a través de este Blog, he aprovechado para conversar con quien me leyese sobre muchas cosas, muy diferentes. En este sentido quisiera concretar en una serie de varios artículos para en estos días, ir sucesivamente, casi como en una retahíla, escribiendo sobre tópicos relacionados con la creación literaria, o sobre la escritura como oficio, y quizás al final, particularmente sobre el ejercicio de escribir novelas.

 

Para comenzar debo decir que un buen escritor tiene que ser un buen lector. El proceso de “creación literaria” no puede completarse eficientemente si el escritor no ejercita permanentemente la lectura. Todos los escritores han sido grandes lectores. Ya lo hemos dicho antes “para escribir bien hay que leer bien”. La condición de ser lector es algo fundamental para quien se interese en el oficio de escribir literatura y citaré algunos ejemplos de esta afirmación: fue enfatizada por Juan Nuño, hace años ya desaparecido. Él escribió una vez que: “La clave de todo buen escritor es la buena lectura”. 

 

En una reflexión similar, Jorge Luís Borges dijo en una ocasión: Que otros se jacten de los libros que les ha sido dado escribir, yo me jacto de aquellos que me fue dado leer”. Rosa Montero dice que “para aprender a escribir hay que leer mucho”. Finalmente citaré algo expresado por el novelista venezolano contemporáneo recientemente fallecido Eduardo Liendo: “Sin lectura mucha lectura, siempre lectura, no hay escritor posible”. Adicionalmente haré para ustedes otra afirmación que frecuentemente he repetido por ahí : “la literatura no se hizo para leerla, sino para releerla”.

 

Se ha insistido en que la lectura y más allá, la re-lectura es obligatoria para el escritor. "Solo la relectura salva al texto de la repetición (los que olvidan releer se obligan a leer en todas partes la misma historia)". Esta es una cita del ensayista francés Roland Barthes (1915-1980). Sobre esta premisa de “leer bien para escribir bien”, pueden surgir en ustedes algunas preguntas. ¿Cómo puede un escritor ser auténtico? ¿Cómo puede ser capaz de sustraerse de cuanto ha leído? Si el escritor es buen lector, tendrá algunos escritores favoritos, o preferidos…

 

 ¿Cómo hace el escritor-lector para no imitar a esos autores? Si Jorge Luís Borges,Carlos Fuentes son los escritores favoritos de un lector, y él está dispuesto a escribir literatura, es lógico que le guste escribir como ellos. Al pretender imitar a Borges, o a Vargas Llosa … ¿Se verá lo que redactes como una parodia en tu intento de novelar como el brillante invidente, o como Nobel Literario de “La Casa Verde” ? Otra pregunta que puede surgir sobre este asunto puede ser muy directa y siempre será : ¿Cómo se puede ser original?

 

Hallar un escritor que pudiese ser absolutamente original tiene que ser muy difícil. Sobre esta situación he citado en otras ocasiones al mismo Eduardo Liendo, quien parafraseando a Federico Amiel, una vez se ha preguntado si todos los escritores no somos más que copia de copias, reflejo de reflejos”.

 

García Márquez, premio Nobel de literatura, en su novela “Cien años de soledad” repitió modalidades de forma y estilo ya usadas por Rebelais muchos años antes y eso no desmerita a las novelas de El Gabo. Mijail Bajtín había denominado realismo grotesco a aquella manera de enfocar la vida que se muestra en la obra escrita de Rabelaisy éste autor existió bastante antes del realismo mágico... Pueden estas reflexiones llevarnos a hacer otra pregunta, si se quiere de corte shakespeariano, como el príncipe de Dinamarca, tal vez uno se puede preguntar entonces, “leer o no leer, he aquí el dilema”. Pero no hay tal dilema, porque definitivamente para poder escribir literatura, es necesario leer y mejor aún si digo, leer literatura…

 

Una pregunta adicional surgirá entonces… pero… y, ¿Qué debemos leer? Con la masificación de la información es imposible leerlo todo, y por lo tanto será indispensable hacer algún tipo de selección. La mayoría de los escritores lee todo cuanto les cae en sus manos. Hay que leer los libros buenos”, los que son realmente literatura, pero también puede ser útil leer los libros malos, es decir libros mal escritos.

 

Cuando el escritor es un buen lector, le será fácil sumergirse en las historias y percibir el espíritu de quien narra, captar en detalle sus diversos puntos de vista, igualmente deberá detectar las variables que funcionan para cada personaje creado por el autor. El escritor-lector, puede disecar el lenguaje, y deberá hacerlo ya que este será un ejercicio de gran utilidad para aprender sobre lo bueno y lo malo, de lo que está escrito.


Otra pregunta interesante podría ser. ¿Se puede imitar, y hasta plagiar la manera de decir las cosas que ya están escritas? Ya dijimos que, al ser exégeta de un escritor preferencial, el lector-escritor puede sentirse llamado a imitarlo. Esto puede ser visto como una especie de “espionaje literario” que podría llevar a malas artes, o a pésimas consecuencias. Algunas veces el temor a caer en el plagio puede frenar la intención del escritor en su proceso de creación literaria.

 

Existe algo que se ha denominado la re-escritura de una historia, desde otra óptica más personal y esto puede ser un peligro, pero a la vez pudiese representar un arma poderosa para intentar alguna creación literaria. Hay quien ha señalado que la pretensión de no plagiar, el deseo de soñarse absolutamente original, no es otra cosa que más una declaración de soberbia y de ignorancia. Pero hay que entender y aceptar que estos fenómenos re-escriturales pueden darse inconscientemente en el escritor-lector.

 

Sabemos que la escritura se nutre de lo vivido y de la imaginación, así pues  muchas veces también el escritor puede ser influenciado por lo leído, o por lo que ha visto o ha percibido en su vida, o que ha captado por otros medios como el cine, la televisión, o por la información verbal, en ocasiones el desarrollo de situaciones históricas y todos estos elementos que constituyen la vida misma del escritor-lector los cuales estarán siempre relacionados con lo que él guarda en su subconsciente.  

 

Esta aventura de conversar sobre literatura continuará mañana lunes…

Hoy día domingo 19 de octubre, en Maracaibo, seguimos en el año 2025 de este siglo XXI

No hay comentarios: