La microbiota
intestinal de menores ha demostrado poseer hasta un total de 31 marcadores
biológicos asociados con el trastorno del espectro autista (TEA) que podrían tener valor
diagnóstico. En este blog lapesteloca hemos discutido este tema previamente en
2021 (https://tinyurl.com/267ta7pc). Tener autismo o un trastorno de atención asociado a hiperactividad (TDAH) aumenta el riesgo de mortalidad.
La relación entre el microbioma
intestinal y el TEA ha sido objeto de investigaciones previas, Una investigación que se publicó en 'Nature Microbiology' sugiere que un
subconjunto específico de estos componentes podría ser efectivo para informar
estudios diagnósticos y quizás tratamientos en el futuro. La microbiota
intestinal incluye bacterias, virus, hongos y arqueas.
Es
importante conocer la terminología. La microbiota
y el microbioma son dos términos relacionados pero diferentes que se utilizan para describir el ecosistema microbiano
que habita en nuestro cuerpo. La microbiota se
refiere a la comunidad de microorganismos que viven en un
determinado ambiente, como el tracto gastrointestinal, la piel, la
boca o el tracto respiratorio. Estos microorganismos incluyen bacterias, virus,
hongos y otros microorganismos. La microbiota es única
para cada persona y puede variar según factores como la edad, la dieta, el estilo de vida
y la salud en general.
El microbioma se
refiere al conjunto completo de genes de todos los microorganismos que
componen la microbiota. Es decir, el microbioma es el catálogo
genético de los microorganismos presentes en un determinado hábitat, como el
intestino. El microbioma incluye el ADN de las bacterias, virus y
otros microorganismos presentes en el cuerpo.
Se ha descubierto que la microbiota tiene una influencia
significativa en el neurodesarrollo, es decir, en el desarrollo del sistema
nervioso y del cerebro. Existen múltiples vías a través de las cuales la microbiota puede afectar este
proceso crucial en el desarrollo de cada persona. La microbiota desempeña un papel importante en la regulación del
sistema inmunológico, y se sabe que la inflamación crónica o desregulada puede
afectar negativamente el neurodesarrollo. La
microbiota intestinal ayuda a modular la respuesta inmunológica,
manteniendo un equilibrio entre tolerancia y respuesta inflamatoria. Esto es
especialmente relevante durante los primeros años de vida, cuando el cerebro
está en pleno desarrollo. Un desequilibrio en la microbiota puede llevar a una
respuesta inmunológica anómala que puede tener consecuencias en el
neurodesarrollo.
Por otra parte, la microbiota está involucrada en la producción y metabolismo de ciertos
compuestos químicos, como los neurotransmisores,
que son mensajeros químicos del cerebro. Por ejemplo, se ha demostrado que
ciertas bacterias intestinales pueden producir neurotransmisores como
la serotonina y el ácido gamma-aminobutírico (GABA), que están implicados en
la regulación del estado de ánimo y el comportamiento. Estos compuestos
pueden influir en el desarrollo y la función del sistema nervioso.
La
microbiota intestinal
interactúa con el sistema nervioso a través del eje
intestino-cerebro, que implica señales (https://tinyurl.com/267ta7pc)
de ida y vuelta entre el intestino y el cerebro a través del sistema nervioso
central y el sistema nervioso entérico. Esta comunicación bidireccional puede
afectar la función cerebral y el comportamiento. Alteraciones en la composición
y diversidad de la microbiota pueden afectar la señalización a lo largo de este
eje, lo que potencialmente puede
influir en el neurodesarrollo.
Tras
revisar información de múltiples bases de datos se ha logrado desarrollar
un algoritmo para identificar vías metabólicas específicas del autismo asociadas con microbios intestinales
humanos particulares. Es importante destacar que estas vías
también se observaron en otros lugares en personas autistas, desde sus perfiles
de expresión génica asociados al cerebro hasta sus dietas. Otro descubrimiento
aún más sorprendente fue hallar una superposición entre los microbios asociados
con el autismo y los identificados en un estudio reciente de trasplante de microbiota fecal a largo plazo
dirigido por James Adams y Rosa Krajmalnik-Brown en el Centro de Biodiseño para la Salud a través de Microbiomas de la
Universidad Estatal de Arizona.
Los
microbiomas del TEA reflejan la mejora del comportamiento después del trasplante de materia fecal. Para probar esto, se volvieron a
analizar los datos de un estudio abierto de trasplante de materia fecal (FMT)
de 2 años de duración con 18 niños con TEA en 2019. El transplante fecal
(término que parece algo muy serio, pero no es un procedimiento complicado en
realidad) se hace ingiriendo unas cápsulas que son las que contienen las cepas
de microbiota sana. En ese estudio, los niños fueron sometidos a un
tratamiento antibiótico de 2 semanas y una limpieza intestinal, seguido de 2
días de tratamiento con FMT en dosis altas y 8 semanas de dosis diarias de
mantenimiento de FMT. Basado en una de las escalas de evaluación más
comunes, la Escala de Calificación de Autismo Infantil (CARS), se
lograron mejoras significativas después del curso de
tratamiento de 10 semanas. Dos meses más tarde, las mejoras iniciales se
mantuvieron en gran medida y un seguimiento de 2 años mostró
signos de mejoría adicional en la mayoría de los
participantes.
Es
necesario conocer mejor los mecanismos que subyacen en el éxito del trasplante de microbiota
fecal para mejorar su eficacia, según dos recientes
revisiones publicadas en Cell Host and Microbe.[ Según
un comunicado de prensa, los dos equipos de investigación coinciden en que es
necesario saber más sobre cómo afectan al éxito del trasplante de microbiota fecal diversos factores poco explorados,
como la dieta y los antecedentes genéticos del paciente, el grado de
coincidencia de la composición microbiana del donante con el microbioma
existente del paciente y la presencia de microflora intestinal no bacteriana,
como virus y hongos.
El trasplante de microbiota fecal se
utiliza sobre todo para tratar infecciones recurrentes por Clostridioides
difficile, que no siempre responden a los antibióticos. Las tasas de
éxito fluctúan de 60% a 90%, según la vía de administración y el diseño del
estudio, señaló un equipo internacional de investigación dirigido por el Dr.
Abbas Yadegar, bacteriólogo médico de la Universidad de Ciencias Médicas Shahid
Beheshti de Teherán, en Irán.
El Dr. Yadegar y sus colaboradores
apuntaron que aún no se sabe a ciencia cierta cómo funciona el trasplante de
microbiota fecal y que no están claras las causas por las que algunos pacientes
no obtienen beneficios. Se ha prestado poca atención al papel que desempeñan
otros componentes del microbioma del paciente, al igual que los factores
externos, en el éxito del tratamiento, añadieron. La revisión de más de 130
estudios realizada por el Dr. Yadegar y sus colaboradores resumió los datos
recientes sobre los mecanismos que contribuyen al éxito del trasplante de microbiota fecal contra la infección
recurrente por C. difficile, destacó las lagunas de
conocimiento y propuso futuras líneas de investigación en este campo.
Un equipo de investigadores dirigido
por la Dra. Serena Porcari, gastroenteróloga de la Fondazione Policlinico
Universitario Gemelli y de la Università Cattolica del Sacro
Cuore en Roma, Italia, ha revisado 149 estudios sobre los
factores que influyen en la eficacia del trasplante de microbiota fecal y el
potencial de este procedimiento para el tratamiento de otras enfermedades
asociadas a la disbiosis intestinal. El Dr. Gianluca Ianiro opinaría que: "Nuestro
principal objetivo no era solo desentrañar los distintos mecanismos de la
eficacia del trasplante de microbiota
fecal, sino también introducir algunos cambios de mentalidad necesarios
para hacer avanzar el trasplante de microbiota fecal, cubriendo principalmente
la brecha que existe entre las ciencias básicas y las clínicas", así comentó a Medscape
Noticias Médicas el Dr. Gianluca Ianiro, Ph. D., quien es el
investigador principal en enfermedades digestivas que trabaja con la Dra.
Porcari, autor principal de la revisión.
Maracaibo, sábado 5 de octubre de 2024
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