sábado, 27 de enero de 2018

Gilbert y el magnetismo




Gilbert y el magnetismo

Los fenómenos magnéticos fueron conocidos por los antiguos griegos. Se dice que se observaron por primera vez en la ciudad de Magnesia, en Asia Menor, de ahí el término magnetismo. Sabían que ciertas piedras atraían el hierro y que los trocitos de hierro atraídos, atraían a su vez a otros. Estas se denominaron imanes naturales. Un imán es un cuerpo con un campo magnético que atrae o repele otro imán significativo, de forma que tiende a juntarse con otros imanes. Un imán está conformado por: 1- el “Eje Magnético” (barra de la línea que une los dos polos); 2-la “Línea neutra” (la línea de la superficie de la barra que separa las zonas polarizadas), y 3-“Los Polos”: (los dos extremos del imán donde las fuerzas de atracción son más intensas); estos polos son, el polo norte y el polo sur; también denominados polos positivo y negativo, respectivamente.
William Gilbert, (1544-1603) fue un médico inglés, filósofo natural y un pionero del estudio científico del magnetismo, quien al realizar experimentos con la electrostática y el magnetismo logró avances en la termodinámica, realizando experimentos que él describía detalladamente en sus obras. A través de sus experiencias clasificó los materiales en conductores y aislantes, e ideó el primer electroscopio. Descubrió la imantación por influencia y observó que la imantación del hierro se pierde cuando se calienta al rojo. Estudió la inclinación de una aguja magnética concluyendo que la Tierra se comporta como un gran imán. 
Gilbert pensaba que las fuerzas que mantienen a los planetas en movimiento alrededor del Sol eran de origen magnético, y para estudiar este problema hizo unas esferas de magnetita y estudió la interacción de éstas con agujas de brújula puestas en diferentes direcciones. Observó entonces que en un punto de la esfera había un máximo de atracción de un extremo de la aguja y en el punto opuesto un máximo de atracción del otro extremo. La aguja siempre se orientaba en una posición definida a lo largo de un círculo que enlazaba las puntas de atracción máxima o polos magnéticos de la esfera. Este comportamiento era similar al de las agujas de la brújula en los distintos puntos de la Tierra, y Gilbert concluyó que la Tierra puede ser considerada como un imán gigantesco con sus polos situados cerca de los polos norte y sur geográficos.

Gilbert consiguió amplia fama como médico y como científico: en 1589 era uno de los comisarios encargados de la dirección de la Pharmacopeia Londinensis, obra que no vio la luz hasta 1618. En 1601 fue nombrado médico de la corte; a la muerte de la reina Isabel I en marzo de 1603 y su sucesor Jacobo I Estuardo de Inglaterram le confirmó el cargo. Ese mismo año fue nombrado miembro del Real Colegio de Médicos, pero Gilbert murió poco después. El cráter lunar Gilbert lleva este nombre en su memoria, honor compartido con el geólogo estadounidense del mismo apellido Grove Kael Gilbert  (1843-1918).

Maracaibo 28 de  enero de 2018

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