Existen muchas curiosidades miméticas y hay una mariposa, Agraulis vanillae (ver imagen), que visita usualmente a las orquídeas Epidendrum ibaguense. Esta es una orquídea terrestre desde México hasta Bolivia y el Brasil está caracterizada por sus flores que son de color naranja con labelo amarillo intenso imitando a las flores de una asclepiadácea, Asclepias curassavica.
Las
mariposas “Agraulis vanillae” visitan
estas orquídeas para procurarse néctar y en muchas oportunidades la mariposa
que es atraída por el color y la forma de las flores de Epidendrum y
se dirige hacia ellas e introducen su probóscide(aparato bucal) en un conducto estrecho (el ginostemo) de la orquídea pero su muy escaso
diámetro hace que la espiritrompa quede atrapada unos instantes. Vendrá a ser
el forcejeo del insecto por liberarse lo que hace que las polinias de la orquídea se le adhieran a
la cabeza de la mariposa y luego al
soltarse, y al ser engañado nuevamente se distrae mirando otra vez a otra
hermosa y vistosa orquídea Epidendrum,
y simplemente va a transportar el polen efectuando de esta manera la
polinización en la especie, pero sin haber recibido el néctar de la flor por
sus servicios. Así son las cosas, como diría Oscar Yánez.
En el corazón del
bosque, donde cada criatura parece seguir el curso natural de la vida, se
esconde uno de los engaños más sofisticados del reino animal. Un impostor
diminuto, disfrazado de hormiga, que camina entre miles sin levantar sospechas.
Pero no es una de ellas. Es un depredador infiltrado. Se trata de la larva de
un escarabajo de la familia
Staphylinidae, otro maestro del mimetismo.
A través de señales
químicas y movimientos perfectamente ensayados, este escarabajo logra parecerse
tanto a una hormiga que estas lo aceptan como uno más de la colonia. Lo
reciben, lo cuidan… incluso lo alimentan. Pero todo es parte de su plan ya que
una vez dentro del hormiguero, este falso aliado comienza su verdadero trabajo:
la destrucción silenciosa. Por las noches, cuando la actividad se reduce, se
mueve con sigilo entre los túneles y cámaras, devorando huevos, larvas y, si se
presenta la oportunidad, a sus propias anfitrionas. Para cuando las hormigas
descubren lo que ocurre, ya es demasiado tarde. El daño está hecho desde
dentro.
Este fenómeno no es
solo una curiosidad biológica. Pareciera un filme de ciencia ficción, pero esta
es una metáfora viviente. Una advertencia. En este mundo donde muchos aparentan
ser lo que no son, este caso nos recuerda una lección vital: la apariencia no
garantiza buenas intenciones. La confianza es valiosa, pero no puede entregarse
a ciegas. Así como el hormiguero cayó por abrir sus puertas sin cuestionar,
cualquiera de nosotros puede sufrir si dejamos entrar, sin cuidado, a quien
lleva un disfraz convincente. A veces, el mayor enemigo no golpea la puerta. Ya
está adentro.
Los estafilínidos (Staphylinidae)
son una de las familias más numerosas de
coleópteros polífagos con unas 63.000 especies descritas y miles de géneros. Los coleópteros,
son los conocidos escarabajos, y son un orden de insectos de entre
375 000 y 400 000 especies descritas que tiene tantas especies como
las plantas o los hongos y 66 veces más especies que los mamíferos. Su tamaño
oscila entre 0,5 y 50 mm, aunque la mayoría miden entre 2 y 10 mm.
Las antiguas familias Micropeplidae, Pselaphidae y Scaphidiidae deben incluirse
entre los estafilínidos con categoría de subfamilias.
Este es un grupo tan antiguo que se
conocen fósiles del Triásico,
de 200 millones de años y todavía, es posible que haya otros más antiguos.
Los coleópteros polífagos (de Polyphaga, que
significa "que come una gran variedad de alimentos") son
el suborden de coleópteros más
amplio y diverso. Lo componen 16 superfamilias y
144 familias
que despliegan una enorme variedad de especializaciones y adaptaciones, con más
de 300 000 especies descritas, es decir, el 90 % de las especies de
escarabajos descubiertas hasta hoy.
Los coleópteros polífagos utilizan el mimetismo como estrategia
evolutiva imitando la apariencia de otra especie para su beneficio, como
protección contra sus depredadores. Este tipo de mimetismo denominado batesiano (el insecto inofensivo imita
a uno que es toxico o peligroso), o a uno de tipo mülleriano donde son varias las especies peligrosas que se imitan
entre si reforzando las señales de advertencia hacia los depredadores.
La
mayoría de las especies de los coleópteros polífagos son alargadas y con
tegumento blando. Los élitros están
típicamente acortados, dejando al descubierto parte del abdomen. En la mayoría, las
alas están bien desarrolladas y son buenos voladores. Unos pocos carecen de
alas. La mayoría son carnívoros o carroñeros, pero también hay especies saprófagas (materia vegetal en
descomposición) y fitófagas (polen,
flores, algas, etc.). Muchos segregan sustancias malolientes e irritantes para
repeler a sus enemigos.
Los
estafilínidos tienen gran diversidad de hábitats: hojarasca, turba, hongos, corteza de árboles, carroña, madrigueras de mamíferos, nidos de aves,
nidos de insectos sociales (hormigas, avispas, abejas, termitas), cuevas,
vegetación, flores, etc
y tienen un importante papel en los ecosistemas,
tanto actuando como presas, como manteniendo el equilibrio de poblaciones de
otros insectos, a los que depredan, los escolítidos, larvas de dípteros, caracoles,
etc.
Maracaibo, lunes 2 de junio del año
2025
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