jueves, 27 de febrero de 2025

Insectos Impostores (1)


No solo las sociedades humanas están repletas de impostores, también existen en la naturaleza, especialmente entre los insectos. Algunas especies de insectos para aprovecharse de otras a las que imitan parecieran jugar al despiste, como “la mosca abeja” o la “araña hormiga”, pero nunca antes los investigadores habían dado con una mosca azul con más descaro ya que esta especie, familia de los califóridos…

Los califóridos (de la familia Calliphoridae) son una familia de dipteros braquíceros que incluye numerosas especies llamadas comúnmente, moscardones de la carne, moscas azules o verdes (en inglés “blowfly”, “bottle flies” o “carrion-flies”). Las moscas de la familia  Sarcophagidae  son insectos de aproximadamente entre 10 y 12 mm de largo y generalmente exhiben brillantes colores metálicos y son también llamadas moscas de la carne. Estas moscas se ponen una máscara, se hacen pasar por termitas y se dan la gran vida en un termitero…Las larvas imitan los ojos, las antenas y el olor de sus hospedadoras, que las cuidan y las alimentan.

Estos moscardones logran que sus larvas formen parte de las colonias de las termitas cosechadoras gracias a ese disfraz único que consiste en una máscara con ojos y antenas falsos, que además llevan en la cola, un olor que imita el de sus hospedadoras. Este insecto farsante ha sido descubierto por un equipo internacional liderado por el Instituto de Biología Evolutiva que es un centro mixto del CSIC y la Universidad Pompeu Fabra con la participación del Instituto Botánico de Barcelona, de España.

Los científicos encontraron estos moscardores farsantes en la cordillera del Anti-Atlas al sur de Marruecos y aquí se puede ver la larva de mosca azul mostrando la “máscara de termita” en el momento de ser descubierta en un termitero en el Anti-Atlas de Marruecos. El equipo ha descrito en la revista 'Curren Biology' las adaptaciones morfológicas y químicas únicas de la mosca azul para infiltrarse en los termiteros. En la parte posterior de su cuerpo, la larva muestra una “máscara de termita”: una “cabeza” (no funcional) con antenas y palpos del tamaño de una gran termita cosechadora. Además, cuenta con dos ojos falsos, que en realidad son los orificios respiratorios de la larva. Parte posterior de la larva de mosca azul donde se aprecia la “máscara de termita”, con falsos ojos y antenas 

La mayoría de las termitas viven a metros de profundidad y no tienen percepción visual. Sin embargo, las termitas cosechadoras salen al atardecer a recolectar hierba, por lo que disponen de ojos funcionales que la larva logra imitar con sus espiráculos. Además, las larvas presentan inusuales “tentáculos” alrededor del cuerpo que imitan las antenas de las termitas con gran detalle, algo que el equipo ha podido mostrar mediante microscopía electrónica de barrido. Los numerosos tentáculos que rodean el cuerpo de las larvas facilitan la comunicación simultánea con varias termitas.

Dentro del nido todo está a oscuras, por lo que las termitas se reconocen entre ellas a través de las antenas, con las que detectan la forma y el olor de sus hermanas. Todos los miembros del nido comparten este aroma, y las termitas soldado atacan y descuartizan a cualquier intruso de otra colonia. Las larvas de esta mosca, no obstante, también han logrado imitar el olor distintivo de sus hospedadores.

Cuando el equipo encontró las larvas en Marruecos, estas ocupaban las cámaras de comida del termitero. Una vez en el laboratorio, pudieron observar que las larvas de mosca solían situarse en las zonas más pobladas del nido, dónde recibían atención constante por parte de las termitas, que las acicalaban con sus piezas bucales.

Aunque el equipo no logró desvelar su dieta, pudo observar comportamientos similares a la trofalaxis: las termitas parecían transmitirles alimentos boca a boca a las larvas. "La larva no solamente es tolerada, sino que se comunica constantemente con las termitas por contacto con sus tentáculos parecidos a antenas e incluso parecen alimentarla, aunque esto aún no se ha podido demostrar", apunta Vila.

El equipo destaca la dificultad de cuidar estos insectos en el laboratorio, puesto que implica mantener colonias de termitas oriundas del desierto, que viven en condiciones muy especiales. «Las larvas estudiadas acabaron muriendo sin alcanzar la metamorfosis, por lo que podría haber elementos del nido y de la relación simbiótica entre termitas y moscas que no logramos trasladar al laboratorio. Su alimentación se desconoce hasta la fecha, y su forma adulta sigue siendo un misterio», añade Vila.

«Cuantificamos la composición química de estas larvas y el resultado es sorprendente: no se pueden distinguir de las termitas de la colonia en la que viven, huelen exactamente igual. Además, las larvas y termitas de cada colonia tienen ligeras diferencias en su perfil químico que las diferencian de los otros termiteros. Este olor es clave para relacionarse con las termitas y beneficiarse de su vida en comunidad, es un disfraz químico».

Las mayoría de las larvas de las especies de esta familia de dípteros son necrófagas (se alimentan de tejidos muertos) aunque existen notables excepciones como Cochliomyia hominivorax, la cual es obligatoriamente biófaga (solo se alimenta de tejidos vivos). No es infrecuente hallar a las larvas de Calliphoridae junto a larvas de dípteros de otras familias tales como Sarcophagidae y Muscidae con las cuales comparten sus hábitos alimentarios.

Los adultos efectúan la polinización de ciertas flores que los atraen con su fuerte olor a putrefacción. Resultan así en ser polinizadores de tales flores, las cuales engañan al insecto pues no suministran el alimento que necesitan sus crías. También son polinizadores de algunas plantas de la familia de la cebolla y en la actualidad se usan comercialmente para esos fines porque son más eficientes que las abejas.

NOTA: este articulo continua y finaliza mañana

Maracaibo, viernes 27 de febrero del año 2025

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