viernes, 27 de septiembre de 2024

Reminiscencias

 

La palabra aplica para el ejercicio constante y esforzado de quien ya en cierta avanzada edad comienza a aceptar que los olvidos o dificultades para traer a la mente un nombre, un apellido, una dirección o cualquier cosa antes bien sabida, da vueltas en la mente y en ocasiones la palabra no llega, o aparece un poco más tarde cuando ya no la necesitas y está ya fuera del contexto de lo que piensas.

Mi hermano mayor, es decir un par de años más viejo que yo, culpa a estas “situaciones” (y me disculpan el eufemismo) al Covid 19, que le repite de vez en cuando, pero yo insisto sin convencerlo de que es, simplemente: la edad. “Son gajes del oficio” le digo risueño al recordar a un cómico chileno creo que de apellido Navarro, que decía sobre el oficio de cantantes de unos colegas, que eran “gases del duo-deno” y me salió el verso sin esfuerzo.

En 2020, escribía ya diariamente en este blog lapesteloca un poco sobre muchas y muy variadas cosas  (https://tinyurl.com/34rf6xsp) cuando me referí a los amigos y a mis maestros en unos ejercicios “recordatorios” para recrear los ejercicios de memoria en algo semejante a esta reflexión, ciertas reminiscencias… He intentado entonces recurrir a mis colegas de aquella ya pasada “belle-epoque” del IAP en la UCV (mis 30 años de mayor productividad profesional) pero resulta para mí, que ellos mis colegas, también por viejos ya han desaparecido.

Fue aquella época cuando ejercíamos la ya inventada “patología ultraestructural” y mi sentida impresión de la ausencia de reales amigos en la capital era tal, que en la reunión anual de la SVAP en 1991 me atreví a decir ante el público, que, tras 13 años de exilio, ya creía que estaba llegando para mí el momento de regresar a mi tierra del sol amada. Ya he antes comentado que ante la protesta por mi sincero comentario tuve que esperarme hasta alargar a casi 30 años, en mi exilio capitalino.

Concreto el asunto, pues pareciera que ando revoloteando sin sentido para decidirme a escribir algo que pensé muy temprano en la mañana de hoy… Había hecho algunos intentos en “la búsqueda de nombres perdidos”, ciertamente, aunque resultarían infructuosos. Recordaba a menudo a un colega patólogo colombiano que por su simpatía y capacidad para relatar historias verídicas pero chistosas era un personaje maravilloso, pero de cuyo nombre no lograba acordarme, aunque sabía dónde había ejercido y también de su hija, igualmente buena patóloga. Hasta ayer…

Decidí apelar a uno de mis discípulos, y aclaro que así los llamo yo porque ellos me catalogan como “maestro” …  Entonces le escribí al correo electrónico de Goyo, con algunas preguntas y de paso felicitándolo por su recién asumido cargo al frente de la ya cuasi extinta Sociedad de…(¡iba a escribir “de los poetas muertos”!) de la patología nacional. Me respondió de inmediato y telefónicamente empezó a esclarecerme el panorama de nombres ausentes…

La mejor notica fue saber que Raúl Sánchez vivía (yo suponía ya había también fenecido) y le conté al Goyo de cuanto recordaba yo un encuentro que revivía en un sótano del Museo del Prado en Madrid, allí surgió de la nada con su risa contagiosa. Qué lástima no haberlo antes sabido pues estuve con Julia, anclados en Bogotá más de 15 días el año pasado para renovar la visa americana, donde no logré contactar a Gerzain Rodríguez, otro recordado colega del hermano país que afortunadamente sé que todavía vive y ejerce su neuropatología en Bogotá y hubiésemos podido visitar a Raúl, le dije y recordé que afortunadamente nuestro amigo poeta Víctor Vielma nos alegró aquellos días en Colombia.

Pero en medio de tantas reminiscencias, hablé con Goyo sobre Gilberto y de su reciente deceso, el tan apreciado “maestro Berríos” lo recordé, no solamente cuando escucho a Sevillano cantando “las brumas del mar” pues le gustaba actuar cantando a Gilberto, y recordé su grata compañía en toda una epopeya docente que viviéramos siete patólogos del IAP (Marielena Ruiz incluida) durante “la guerra de los contra” en suelo nicaragüense para dictarles un curso a los colegas de la patria de Vilma Isabel Pérez Valle y de Sandino.

Aproveché para regresar memorizando muchas animadas conversaciones telefónicas sobre “casos de inmuno” con Hilda y le dejé con él mis saludos allá lejos en el oriente del país al rememorar el trio que Hilda completaba con Zayda y Eugenia, todas crecidas en “el Vargas”, la escuela natural donde se forjaría lo que iba a ser el IAP de la UCV al final designado Centro Nacional de Referencia en Anatomía Patológica cuando aspirábamos darle ayuda a todos los Servicios de la especialidad del país, para terminar transformado en un cascarón vacío, aunque sus paredes estén recién pintadas.

También rememoré a JoséÁngel, pues tras su reciente partida, tan solo su viuda Claudia y yo, aparecemos casi como los últimos sobrevivientes de la indescriptible catástrofe del IAP, de la UCV, lo que nos convierte en observadores atónitos ante esta debacle que se ha extendido a lo ancho y largo del país-nacional desde el inicio de este siglo; una triste situación creada por quienes entregaron una nación otrora soberana, rica y poderosa, a una isla caribeña por razones inicialmente ideológicas, que ahora parecen ser de otro tipo…

Ahora sobran las palabras para seguir en una tónica de recuerdos recuperados a través de la ayuda de colegas amigos, y no me queda de otra, sino expresar el deseo ferviente de que sea posible una reorganización, de nuestra tan desasistida asociación de patólogos, por una parte para ayudar a los pacientes elevando la calidad de nuestros servicios, y también, aunque en una especie de “misión imposible”, tener la esperanza de soñar con un país que regresará algún día a tener un sistema donde sus ciudadanos civiles y militares acaten la Constitución, y donde haya un espacio donde poder vivir sin presos ni torturados, militares o civiles, donde las sinrazones políticas no priven para que podamos los venezolanos acceder a un salario mínimo digno y aspirar a un hálito gratuito de libertad.

NOTA: ayer un problema eléctrico impidió que este episodio apareciera en el blog. Hoy aquí estamos para conversar un poco de “lo que sea punto com”.  

En Maracaibo para lapesteloca el día sábado 28 de septiembre del año 2024

 

No hay comentarios: